CUENTO CLÁSICO REINVENTADO
Contaban los hermanos Grimm que un joven y listillo campesino recibió un tesoro de un diablo, a pesar de haberle engañado. El demonio le había pedido como contraprestación la mitad de su cosecha durante dos años. El primero de ellos le ofreció la parte de la planta que naciera por encima de la tierra y sembró remolachas. Como lo aprovechable de las mismas es la raíz, lo dejó con un palmo de narices. Al año siguiente el supuesto maligno le pidió la parte de abajo y entonces sembró trigo, por lo que volvió a dejarle sin nada. A pesar de todo le dio el cofre con las joyas, por considerar que no había incumplido lo convenido.
Es raro que hasta ahora nadie haya levantado la voz sobre tan ridículo final del cuento, cuando de todos es sabido que Lucifer —el padre de los demonios— recuperó el tesoro, esparció sal por todas las tierras del campesino para que nunca más pudieran dar frutos, desposeyó al gilipollas de su hijo del título de diablo, le castigo con unas buenas hemorroides y le desterró del infierno al anodino purgatorio por toda la eternidad.
Jajjaja le querían vacilar a Lucifer los Grimm...qué ilusos...
ResponderEliminarBuen fin de semana y besos.
Dejaría de ser ángel malo y tendría que ser subido a los cielos.
EliminarBuen fin de semana también para ti, Carmen.
Besos.
Jajajaj, es que Lucifer tiene siempre la última palabra, y ya de paso hgana la partida.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz finde.
Para eso es el diablo de los diablos.
EliminarUn abrazo y buen finde también para ti, Marigem.
Tuvo que venir el padre a deshacer el entuerto. Por algo dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Besotes!!!
ResponderEliminarAtinada observación. Además es que el hijo no parecía ni diablo ni nada.
EliminarBesos.
Pero qué iconoclasta es usted, señor Macondo :D
ResponderEliminarMucha palabra es esa para una persona sencilla como yo, doña Ángeles.
Eliminar¡Ese es mi lucifer!...jajaja
ResponderEliminarMenudo desprestigio de hijo diablo, eso no era diablo ni ná...jajaja
Salud
Como que les estaba pisando el terreno a los ángeles buenos. Qué desastre de demonio.
EliminarSalud, Genín.
Jajaja. Lo peor es que te destierren del infierno, qué putada.
ResponderEliminarBesos y feliz finde.
Y al purgatorio, que no tiene ninguna gracia.
EliminarBesos y buen finde también para ti, Celia.
Con lo divertido que debe de ser el infierno...
ResponderEliminarSaludos.
Lo malo de allí debe ser la cantidad de beatitas y santurrones que debes encontrarte, como dice el sabio refranero.
EliminarSaludos, Alfred.
Los picaros al final salen perdiendo.
ResponderEliminarAbrazos
Pues a este lo habían salvado los hermanos Grimm. Menos mal que aquí estoy yo para corregir el cuento.
EliminarUn abrazo, Chaly.
Hala, para que aprendan esos listillos...
ResponderEliminarSaludos.
Que les den.
EliminarSaludos.
jajaja...a los listillos cuantas más lecciones se les de mejor, pero de poco les sirven, de ahí que se les llame listillos, y sí al final siempre salen mal parados.
ResponderEliminarGracias por hacerme reir.
Un abrazo Macondo.
Eso de hacerte reír no tiene precio. Pagado me siento con creces.
EliminarUn abrazo, Carmen.
Pues me ha parecido muy metafórico. Me ha recordado al "Génesis", y a cómo se nos expulsa del Paraíso Terrenal, solo que de tu irreverente mano y con el diablo de por medio... Muy buen cuento.
ResponderEliminarBesitos.
Me alegra que te haya gustado, Sara.
EliminarBesos.
Lucy jamás pierde.
ResponderEliminarUn beso
Parece una chica con ese nombre.
EliminarUn beso, chamaca.
Todo valía en esos cuentos con tal de que se pudiera extraer una lección, a veces mas retorcida todavía que la narración precedente.
ResponderEliminarSaludos, Julio David.
Tenía que haber conocido a su papá, ese diablo.
ResponderEliminarA lo mejor lo conoció, pero no le aprovecharon las lecciones. También podría ser que fuera bueno por naturaleza y hubiera confundido su ubicación.
EliminarBesos.
Guau, ahora entiendo porque cierto día la finca de un vecino aparecia llena de sal...
ResponderEliminarJa,ja,ja...
Un abrazo
Todo se termina descubriendo, Ildefonso.
EliminarUn abrazo.
Hacer una relectura de los cuentos de los hermanos Grimm y de otros cuentos infantiles es darte cuenta de que algunos, por no decir la mayoría son terriblemente "actuales", llenos de asesinatos, traiciones y otras barbaridades, ¿será que eran unos avanzados a su tiempo y nos preparaban para lo que tendríamos? Bromas aparte, menos mal que los niños son sabios.
ResponderEliminarUn saludo
Los que hemos ido a colegios de curas y monjas y además hemos leído estos cuentos, si no hemos salido delincuentes ha sido de casualidad.
EliminarUn saludo, Conxita.
jajaja igual es que nos curamos de espantos.
EliminarUn saludo
Seguramente.
EliminarUn saludo.
Genial!!!!
ResponderEliminarGracias, María Ángeles.
EliminarHay tantas historias que solo cuentan lo que queremos oír....y hay tanto Lucifer en la tierra.
ResponderEliminarGenial como siempre.
Un abrazo.
Gracias, Carmela.
EliminarUn abrazo.
Cualquiera compite con el diablo, Dios lo creó y quedó con él tablas.
ResponderEliminarHacer tablas con Dios es para estar orgulloso, ¿verdad?
EliminarMuy graciosa descripción de las fechorías que puede hacer el maligno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Ricardo. Bienvenido a mi blog. Voy a ver lo que tienes tú por ahí.
EliminarUn abrazo.
Estimado Macondo:
ResponderEliminarRecién hoy me doy cuenta de que ya no era yo un seguidor de su blog. Advertí el hecho de casualidad, ya que extrañaba que ya no publicase nada. Y, oh, sorpresa la mía al ver que no solo seguía publicando, sino que había cambiado el look y hasta me había publicado una entrada (es que estoy seguro que ese seguidor que faltaba era yo).
Lo primero que pensé fue que usted me había eliminado o bloqueado, pero no. Entonces voy a fijarme a mi lista de blogs y no lo encuentro. Qué pasó, no lo sé. Es posible que haya caído en la volteada de sitios abandonados que me saqué de encima, pero eso un un desafortunado clic sin querer.
Ahora tendré que ponerme al día.
Y le quiero decir a su demonio que con las hojas de la remolacha se preparan unas torrejas y tortillas deliciosas. Se pudo haber evitado tanto castigo.
Saludos.
Esto va a ser como el hijo pródigo, que se le valora más porque se le había perdido y ha regresado. Muchas gracias.
EliminarYa le diré al demonio lo de las hojas.
Saludos.
Tal vez el diablo, Lucifer, no es malo. Pero se inventó el mito para tener a alguien a quien echarle la culpa de todo. Tal vez se trate de un ángel al que le tocó hacer de carcelero. Tanto que no hay maldad en el hijo del diablo.
ResponderEliminarPero Lucifer lo desterró a un lugar intermedio, porque una cosa es no ser malo y otra dejarse engañar tan tontamente.
Saludos.
El diablo es como los niños, que es bueno que está ahí para echarle la culpa de nuestras cagadas.
EliminarSaludos.
Eso le pasa por tonto. ya sabemos que un diablo sí algo a de ser es listo, como el campesino, que ascendió al cargo dejado por tan incompetente diablillo.
ResponderEliminarLuego hubo un desconsiderado incremento de población el infierno y hubo que tomar otras disposiciones, pero esa es otra historia ;)
Un abrazo.
Ya veo que te lo conoces bien. Cuenta, cuenta...
EliminarUn abrazo.
Los hermanos Grimm escribieron muchos cuentos para niños, este no lo conocía.
ResponderEliminarEse diablo debía de ser joven e inocente, "mas sabe el diablo por viejo que por diablo"
Abrazo.
No te acostarás sin saber un cuento más.
EliminarUn abrazo, Matías.
La letra con sangre entra...
ResponderEliminarSaludos.
Y quien bien te quiere te hará llorar.
EliminarSaludos.
El cuento empieza mal; lo lógico en estos casos es que el joven campesino, al ver a un desconocido en sus tierras, le gritara un !"chate fueeera", que me pisas los plantíos!"
ResponderEliminarEn fin, cosa de los Grimm.
Un abrazo.
Estos Grimm me parece que eran hombres de asfalto y no sabían lo que se guisaba en el campo.
EliminarUn abrazo.
Me ha hecho reír de nuevo. Besitos
ResponderEliminarNo sabes lo que me alegro, Conxita.
EliminarBesos.
Vaya con Lucifer, sí que era un diablo jajaja.
ResponderEliminarBesos.
Un diablo como Dios manda, no como el otro.
EliminarBesos.
Cualquiera Diablo que se enorgullezca de serlo actuaría igual, que nivel de desprestigio tener un hijo tan zoquete. Menos mal que no lo puso a deshierbar la parcela de rodillas y a mano; ese sería un castigo extremo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Macondo.
He contando solo por encima, pero hay más cosas.
EliminarUn fuerte abrazo, Miguel.
Este es un diablo como Dios manda, no Chema?
ResponderEliminarMe voy con una sonrisa de oreja a oreja. Extraordinario, como siempre !!!
Abrazos y buenas noches, amigo.
Muchas gracias, Joaquín. Eres un amigo.
EliminarUn abrazo.
Me has provocado una sonrisa, Macondo.
ResponderEliminarEse final pide a gritos un mejor final :-). Un abrazo
Celebro tu sonrisa.
EliminarUn abrazo.
Te dire un secreto: los diablos de prestigio son los politicos que nos acechan. El resto no son sino pobres diablos...
ResponderEliminarNo sé yo sin los políticos dan la talla para diablos.
Eliminaral diablillo le faltaba un hervor. tropieza dos veces con la misma piedra. se lo merece todo. mennuda humillacion para el padre
ResponderEliminarsaludosss
Así es, Gabiliante.
EliminarSaludos.
El diablo, tarde o temprano, siempre se sale con la suya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para eso es diablo.
EliminarUn abrazo.
Es como intentar tomar el pelo a tu banco, siempre se salen con la suya y te cobran de más.
ResponderEliminarPuede que de esa escena de la sal venga la costumbre de echar una pizca por encima del hombro izquierdo, dicen que al derramar sal el diablo te está mirando por ese lado.
Saludos!
Borgo.
No sabía yo eso de la sal.
EliminarSaludos.
Si es que...¡uno tiene que saber con quién se mide! :D
ResponderEliminarUn abrazo!
Hasta entre los diablos hay pardillos, con lo listos que dicen que son.
EliminarUn abrazo.
Lucifer tendría que haber adoptado como hijo al campesino, que demostró ser más listo que un diablo.
ResponderEliminarUn saludo.
Tenían cambiados los papeles.
EliminarUn saludo.
Al demonio lo que es del demonio "donde el demoni no puede meter la mano mete la punta del na...." jajaja. Vaya final ¿una agricultor le dio su tesoro? no hay agricultor con semejante podería que siga encalleciendo sus manos. Me quedo con tu final.Feliz martes!!!!
ResponderEliminarMe emocioné y hay un puñao de erratas, tatatatata ;))
EliminarSe entendió perfectamente.
EliminarFeliz martes, aunque ya está bastante adelantado. Que sea también el miércoles.
Ya decía yo que no podía ser más listo que el diablo y me imaginaba la patada en el culo, aunque no que fuera al mismo hijo del diablo y en forma de hemorroide... Si es que no hay que jugar con fuego, seas lo que seas, XD.
ResponderEliminarUn abrazo, Chema!!!
Un abrazo, Pepe.
EliminarHola Chema, tu llevas a Cádiz esta versión del cuento y de fijo que gana el Primer Premio de chirigotas ¡Ojú! Me dejas muy buen sabor de boca, con una sonrisa de oreja a oreja, gracias miarma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Prontito estaré en el tajo.
Mucha gracia tienen los de las chirigotas de Cádiz como para que yo pretenda competir con ellos.
EliminarPor aquí te esperamos.
Un abrazo.
El diablo y sus diabluras. A ese pocos le engañan.
ResponderEliminarCuídate.
Un abrazo
Al padre no.
EliminarCuídate tú también.
Un abrazo.
Pues a mí me gusta la idea de un diablo con palabra y, además, me resulta creíble. Con más palabra que muchos de los que representan a "los buenos".
ResponderEliminarBesos
Me han dicho que hay incluso políticos con palabra, por lo que no sería de extrañar que hubiera diablos también.
EliminarBesos.
Haciendo honor a su título; nada de medias tintas. Y es que no cualquiera reúne todas las condiciones para tener tan mala baba y quedarse tan tranquilo (bueno, a decir verdad hay unos cuántos, jajaja)
ResponderEliminarMuy bueno, querido amigo. Es un placer volver a leerte tras mis días de desconexión.
Un abrazo grande, y muy feliz día 😘
Un placer para mí tu regreso, aunque para ti no lo sea tanto.
EliminarBienvenida.
Un abrazo.
Si es que los tratos con el demonio nunca acaban bien, ja, ja, ja... Estupendo microcuento, Macondo. Espero que hayas disfrutado de un verano maravilloso. Un abrazo!!
ResponderEliminarGracias, David.
EliminarHa sido un verano bastante tranquilo.
Bienvenido.
Un abrazo.
Así pasa.
ResponderEliminarSí.
EliminarPues yo creo que el idiota del hijo del diablo, no sembró de sal los campos, creo que visto lo visto con su destierro ha sembrado nuestro mundo de maldades, y es que con esa etnia... no se puede hacer tratos. Felicidades por tu microrelato.
ResponderEliminarUn abrazo con cariño
Muchas gracias, Ángeles.
EliminarUn abrazo.
Las historias o leyendas de perspicaces personas, que han logrado engañar al demonio, sobre todo en cuestión de no entregarle el alma, son las que más abundan, porque a este luciferino, le encantan como a mi el whisky, las almas. Aquí, en Colombia, hay una mojiganga antioqueña, especie de obra rural, con un personaje singular, que le gana al diablo, Preraltico, haciéndolo subir a un aguacatillo, donde lo espera una soga. Y, está la de FRancisco el hombre, que le gana y corre al diablo en un duelo de acordeones. Grato leerlo, Macondo. carlos
ResponderEliminarGracias por tu aportación, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Un relato que hace justicia...
ResponderEliminarBesos.
Besos, Amapola
EliminarEl maligno no da puntada sin dedal. Por eso hay que estar despiertos y alerta.
ResponderEliminarExcelente historia, muy querido Macondo.
Gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
¡Uy, es que es difícil hacer tratos con el diablo...! Ya sabemos como las gasta el muchacho...jejeje.
ResponderEliminarMacondo eres muy bueno.
Abrazos.
Ni robo, ni mato: BUENO.
EliminarUn abrazo, Maripaz.