El comportamiento de la niña había sido impecable en los últimos meses, por lo que sus padres le sorprendieron regalándole un televisor para su dormitorio el día de su treinta y cinco cumpleaños. El único inconveniente que le encontró fue tener que levantarse cada vez que deseaba cambiar de canal, pero pronto le puso remedio al asunto haciéndose con un mando. Se encontraba tan a gusto en la cama, que apenas salía de la habitación para las comidas. Llegó un momento en que ni siquiera veía la tele. Cuando se quedó embarazada sus progenitores fueron al cuartel, para exigirle al mando que formalizara la situación casándose con la chica.
Cita del día
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CITA DEL DÍA: «Existen dos maneras de ser feliz en esta vida: una es hacerse el idiota y la otra serlo» (Sigmund Freud).
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lunes, 27 de febrero de 2017
jueves, 23 de febrero de 2017
Caballeros y señoras
Sin que en principio me parezca ni bien ni mal, observo que actualmente se está despojando a los hombres del tratamiento de señor para sustituirlo por caballero. Supongo que será por las connotaciones de sometimiento que conllevaba la relación entre señores y vasallos o criados. Compruebo, sin embargo, que habitualmente a las mujeres se les sigue tratando de señoras sin problema.
Con más espíritu crítico observo que esos ignorantes políticos (valga la redundancia) que no utilizan el masculino genérico para referirse a ambos géneros, en su doble e innecesario trabajo evitan la cortesía de anteponer el femenino al masculino, seguramente por considerar machistas estas deferencias.
En consecuencia, en "señoras y señores" habría que sustituir a los señores por caballeros, dejar a las señoras como están e invertir el orden de los géneros. Con "caballeros y señoras" todos contentos, aunque a mí me suene fatal.
Se supone que quienes se la cogen con papel de fumar también tienen derecho a tocarle las pelotas al idioma con sus ridiculeces.
domingo, 19 de febrero de 2017
Devota de San Antonio
Mi hermana la mayor no sé si cree en Dios, pero a San Antonio que no se lo toquen.
En mi familia el 13 de junio era fiesta. Mi bisabuelo ya se llamaba Antonio. Le siguieron mi abuelo, mi padre, mi hermano y mi sobrino. Además, mi abuela era devota de San Antonio. Una imagen de madera que tenía en casa, de más tamaño que calidad artística, era la prueba más fidedigna. En sus brazos portaba al Niño Dios y a sus espaldas llevaba colgada una tabla cargada de indulgencias. El santo pagaba con ella que un cura de alto standing hubiera satisfecho su gula y recibido posada en la casa que entonces custodiaba la talla.
Sobre todo por su tamaño, desmesurado para cualquier vivienda normal en estos tiempos, el destino natural de la imagen al faltar mi abuela hubiera debido ser un rincón de cualquier iglesia que hubiese tenido a bien adoptarla. Pero hete aquí que mi hermana, a la par de que como nieta mayor siempre se ha sentido depositaria de las tradiciones familiares, se había hecho también partidaria del santo por coincidir con mi abuela en que no hay objeto perdido que se le resista. El caso es que San Antonio terminó pasando a formar parte del ajuar doméstico de su domicilio de casada, con la aquiescencia de otro santo como mi cuñado.
Según mi hermana rayan en lo milagroso las virguerías que es capaz de hacer nuestro héroe con las cosas que se le pierden. Resulta normal que se le caiga un anillo al Pisuerga y aparezca debajo del sofá del cuarto de estar de su casa. El único inconveniente es que para que las correspondientes oraciones surtan efecto han de ir acompañadas de dinero. Se ve que la eficiencia no va precisamente acompañada por el desinterés.
Cada vez que mi hermana recorre los aproximadamente 400 kilómetros que separan Valladolid de Zaragoza, supuestamente para venir a ver a la familia, es obligada la visita a la Iglesia de los Padres Capuchinos para pagar unas cuantas deudas pendientes. Supongo que en Pucela tendrá también alguna sucursal abierta San Antonio, pero por alguna razón que se me escapa deben tener pactado que las liquidaciones se hagan aquí. Lo que no entiendo es la capacidad de perder cosas que tiene la pobre. Para mí que el jodío del santo se las esconde, para encontráselas más tarde y hacer caja.
Quien haya leído estas torpes líneas quizá haya llegado a la conclusión de que mi hermanica es una beata meapilas, santurrona y preconciliar de Trento, pero estará equivocado. Podría decirse que su amistad con San Antonio es una respetuosa concesión a la galería del pasado, pero en todo lo demás ha evolucionado con sobresaliente de su educación en colegio de monjas. Se trata de una mujer absolutamente actual, liberal, tolerante y con la mente muy abierta.
martes, 14 de febrero de 2017
Cristiano Ronaldo
Cuando Portugal ganó la Eurocopa
a Francia tuvieron que decirle que había sido gracias a él, aunque apenas
interviniera un cuarto de hora porque se lesionó. No obstante había
que verlo al final fanfarroneando, como si hubiera sido el héroe del
partido.
No soy madridista, pero mucho
menos antimadridista. El Real Madrid es una gran institución,
impulsada y consolidada por una persona admirable y adelantada a su tiempo como
fue don Santiago Bernabeu, pero considero que actualmente están
desprestigiándola haciendo tantas comedias para tener contento a Cristiano. Una
buena parte de la culpa de su endiosamiento la tiene su actual presidente, que
parece enamorado de él. En cuanto alguien dice algo que le molesta, el club
saca un comunicado defendiéndole. Si el ofendido es otro jugador, nadie
parece preocuparse. Es como si los demás fueran meros comparsas. Todavía
no se ha planteado quitarle a don Santiago el nombre del estadio
para poner el del futbolista, pero no será por falta de ganas sino porque
el madridismo se le echaría encima.
Es el tirador oficial de faltas,
aunque suele estamparlas contra la barrera. Con toda seguridad hay jugadores en
el equipo que las lanzan mejor, pero no se puede desmotivar al señorito. En
penaltis tampoco es un consumado especialista, pero gracias a ellos consigue
unos cuantos goles cada año. Como se supone que es el crack, con frecuencia sus
compañeros le pasan el balón aunque haya otros mejor situados. Si no lo hacen
se enfada, incluso cuando la jugada ha terminado en gol. Recuerdo uno que metió
Arbeloa, a quien todos felicitaban mientras él se lamentaba porque consideraba
que debía haber sido suyo.
Cuando está lesionado el equipo suele
jugar mejor, porque cada uno hace lo que le parece más correcto sin temer
que nadie se sienta ofendido o que pueda haber represalias. Tienen que estar
todos muy pendientes de decir en los medios de comunicación que merece el Balón
de Oro y, si lo consigue, hacer muchos aspavientos como si fuera el logro más
anhelado por el equipo. Se diría que la Champions y la Liga pasan a un segundo
plano, porque hay que repartir el mérito y la satisfacción entre mucha gente.
Cuando está bien físicamente juega
y cuando no también, porque tiene que coger la forma. Es obligatorio alinearlo
en todos los partidos y está prácticamente prohibido que lo sustituyan, aunque
no haga nada o necesite descanso. Cuando hace una buena temporada le suben la
ficha para reconocerle los méritos y cuando la hace mala le prorrogan el
contrato al alza para levantarle el ánimo.
Dicen que al cabo del año mete muchos
goles, pero siempre me quedaré con la curiosidad de saber cuántos metería
otro buen delantero si fuera tratado de la misma forma. O cuántos más serían
capaces de anotar entre todos los jugadores del equipo si él no estuviera y
pudieran jugar a sus anchas.
viernes, 10 de febrero de 2017
Saber y ganar
Saber y ganar empieza hoy, en la 2 de RTVE, la celebración de su veinte aniversario. Quiero que estas líneas sean mi pequeño homenaje al logro conseguido. En plena era de la telebasura o de los espacios con gastos millonarios para competir por las audiencias, resulta que un sencillo programa cultural de preguntas y respuestas es capaz de convertirse en el concurso más veterano de la historia de la televisión en España. Tiene muchos seguidores fieles, pero también cuenta con el televidente que detiene en él su zapeo cuando abre el ojo después de la cabezada de después de comer. Su formato es prácticamente el mismo que cuando empezó y las personas que lo sacan adelante también. Jordi Hurtado, el presentador, es un buen profesional y una persona entrañable. Le acompañan en su labor Juanjo Cardenal y Pilar Vázquez, el sabio oculto que desde las alturas hace algunas preguntas y la chica que hace otras y que lógicamente se ha convertido con el paso del tiempo en una respetable señora. Por supuesto, han tenido el buen gusto de no sustituirla por una minifaldera dos décadas más joven. Los premios en metálico podrían dar risa si pretendieran competir con los de otros concursos, pero el dinero apenas tiene importancia. Lo que prima es el buen rollo. Antiguos y recientes concursantes volverán encantados a celebrar el cumpleaños con la familia de Saber y ganar, porque les hacen sentirse parte de la misma. Conocí a uno de ellos y me comentó que cuando llegó a Barcelona para participar en el programa, el presentador fue a recibirle con su mujer a la estación para que se sintiera arropado desde antes de llegar al plató.
No discutiré que en determinados momentos puede parecer un poco rancio, pero por sus muchos valores le deseo una larga vida a Saber y ganar.
lunes, 6 de febrero de 2017
Ciencias y letras
Creo que la cultura está en el saber en general, no en las ciencias o en las letras de manera particular. Tan ignorante me parece uno de ciencias que no le da importancia a la ortografía, como uno de letras que no se maneja con las cuatro reglas. Yo es que soy de ciencias/letras, manifestamos con frecuencia para justificar nuestras deficiencias culturales. Es normal una especialización en una de esas dos ramas en que suele dividirse el conocimiento humano, según los estudios por los que uno se ha inclinado, pero eso no exculpa de las lagunas en los aspectos más elementales de la otra.
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