Cita del día

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CITA DEL DÍA: «A los ídolos no hay que tocarlos: se queda el dorado en las manos» (Gustave Flaubert).

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jueves, 27 de septiembre de 2012

Mendigos profesionales







Me topé con él al pasar por la estación de autobuses. Estaba desencajado. Pedía ayuda con la desesperación propia de quien se le está echando el tiempo encima para poder tomar el último del día hacia su pueblo. “Acaban de robarme y no tengo dinero para volver a casa”. Pasé por su lado con actitud de bastante tengo con mis  problemas para que me vengas tú con los tuyos, que seguramente se reducirán a que  tienes un morro que te lo pisas. Cuando iba a pasar página en  mis pensamientos, una voz interior me planteó  la posibilidad de que ese chico pudiera necesitar ayuda de verdad. No le hice caso, aunque llegué a casa dándole vueltas al asunto. Me acosté con mala conciencia.

Muy pocos días después iba tranquilamente por otra calle cuando divisé una figura que me resultó familiar. Me acerqué y era él. Estaba desencajado. “Acaban de robarme y no tengo dinero para volver a casa”. Le pregunté indignado si estaba pidiendo para comprar un billete o el autobús.

Dicen que hay auténticas mafias organizadas para controlar los lugares más rentables para mendigar. Yo tanto no he profundizado en el asunto, pero hace años fui testigo de las graves amenazas del titular de la Parroquia del Perpetuo Socorro a una gitana que osó pedir en su zona. Era un hombre bastante joven, sin pinta  alguna de enfermo, que se ganaba la vida saludando y abriendo la puerta de la iglesia a la gente que entraba o salía de la misma. Prefiero no plantearme, aunque ya lo estoy haciendo, lo que hubiera respondido si alguien le hubiese ofrecido un trabajo que requiriera un horario y un cierto esfuerzo físico o intelectual.

Llegó a hacerse bastante famosa una gitana que pedía en el Coso. Cuando llegaba la hora de irse a comer a casa, se compraba un helado y cogía un taxi para no tener que esperar al autobús. Con frecuencia su última solicitud de ayuda había sido a los que estaban en la parada.

No soporto a los que mendigan de rodillas. ¿Ante quién se postran? No creo que sea ante ese dios por cuyo amor te están pidiendo, considerando que en muchas ocasiones se cagan en él cuando no les das. Menos todavía que lo hagan ante quien pueda darles dinero. Es el convencimiento de la necesidad de una familia y no la humillación lo que toca el corazón de la gente.

Afortunadamente está prohibida la mendicidad con menores,  sin embargo son utilizados con frecuencia en los letreros para llamar la atención. Es evidente que los planteamientos de situaciones con niños de por medio resultan más conmovedores. El problema es comprobar si responden a la realidad y si, en el caso de que así sea, el dinero recibido es realmente utilizado para sacarlos adelante.

El otro día me encontré con un mendigo sentado en el suelo. Tenía un papel al lado, en el que había escrito que era padre de dos hijos. El buen hombre era realmente mayor, por lo que calculé que los chavales debían ser de mi quinta. Me apeteció decirle que inspiraría más ternura pidiendo para sí mismo que haciéndolo para esos dos hijos de puta que lo tenían tirado en la puta calle.

Tampoco aguanto a los que explotan sus miserias, arremangándose para mostrar muñones o deformidades que en muchas ocasiones no son impedimento para llevar una vida prácticamente normal. Otra cosa es que no puedan valerse por  sí mismos, en cuyo caso entiendo que deben recibir un apoyo oficial con los impuestos que pagamos todos.

Los que se me hacen más insufribles son lo que exigen en vez de pedir. Afortunadamente no se dan con mucha frecuencia, porque hay motivo para engancharlos de la pechera. Me estoy refiriendo a  los que vienen  a decirte que están  haciéndote un favor solicitándote el dinero por las buenas, en vez de atracarte a punta de navaja. Considerarán que tu obligación como ciudadano es darles la pasta y las gracias por el detalle.

Recientemente ha aparecido el mendigo con pedigrí de autóctono. Tiene especial interés en exponerte en sus credenciales que no es uno de esos inmigrantes que han venido a quitarnos el  pan de nuestros hijos. Él pide con todo el  derecho que le da su nacionalidad española de toda la vida. Los otros son unos usurpadores de trabajo y de limosnas.

Lázaro de Tormes, Guzmán de Alfarache y el Buscón llamado don Pablos siguen por las calles. Nuestra picaresca  está más vigente que nunca.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Diccionario en tono de humor (17)






Reinvención personal, en clave de humor, del significado de las palabras.

LUSO. Hijo de portugués y soviética o de soviético y portuguesa.
MALABAR. Elogiar sin fundamento.
MALAYO. Mujer que reconoce su falta de bondad.
MANCO. Defeztuoso, incopleto.
MANDUCACIÓN. Acción de comer erguido, sin avidez, sin hacer ruido,  sin poner los codos en la mesa…
MANTENIMIENTO. Mantuvemiento.
MARAÑA. Conjunto de determinados arácnidos enredados.
MARCIANO. Natural de Marcia.
MENDICACIÓN. Administración terapéutica de medicamentos conseguidos de limosna.
MENGUADO. Pez acantopterigio venido a menos.
MENGUANTE. Dícese del guante que encoge  al  ser  lavado.
MENHIR. Dar a enhender lo conhraio de lo que se piensa.
MENINA. Dama de familia noble que desde niña entraba al servicio de los gatos.
MERLUZA. Pez malacopterigio borracho.
MESILLA. Mesa para sentarse.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Citas (181 a 190)








181. “El poder es bien tenido cuando es el poderoso más amado que temido” (Adelardo López de Ayala).


182. “No se debe usar el desprecio sino con gran economía, debido al gran número de necesitados” (François de Chateaubriand).


183. “Todas las generalizaciones son peligrosas, incluida ésta” (Alejandro Dumas).


184. “El cielo se gana por favores. Si fuera por méritos, usted se quedaría afuera y su perro entraría” (Mark Twain).


185. “El pasado ya no es y el futuro no es todavía” (San Agustín).


186. “A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada” (Winston Churchill).


187. “Luchemos por cosas lo bastante grandes para que nos importen y lo suficientemente pequeñas para poder conseguirlas” (Jonathan Kozo).


188. “Se es viejo cuando se tiene más alegría por el pasado que por el futuro” (John Knittel).


189. “¡He perdido mi gotita de rocío!, dice la flor al cielo del amanecer, que ha perdido todas sus estrellas” (Rabindranath Tagore).


190. “Cuando el error se hace colectivo, adquiere la fuerza de una verdad” (Gustave Le Bon). 


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jueves, 13 de septiembre de 2012

Clientes sin la razón







Considero una estupidez eso de que el cliente siempre tiene la razón. Tendrá derecho a ser atendido en sus reclamaciones, pero no a que todas ellas sean aceptadas aunque no tengan sentido. Hacerlo como norma significa que al final terminen pagando justos por pecadores.

Hace años estuve trabajando en una agencia de valores. Nuestra central nos ingresaba periódicamente dinero en una cuenta, para que pudiéramos satisfacer con él determinadas reclamaciones de clientes sin necesidad de tener que justificarlas. Casi todo terminaba en manos del mismo, que no era ni mucho menos el mejor sino  el  que más comido  le tenía el coco al jefe con sus requerimientos. Otros mucho más fundamentados se quedaban sin atender. Terminamos por darnos cuenta de que iba a ser mucho más rentable que se fuera con sus quejas a la competencia.

Si unos grandes almacenes me venden un artículo con la oferta de que si no quedo satisfecho me devuelven el dinero, entiendo que debo sentirme especialmente obligado a ofrecer como contraprestación un comportamiento honesto a la hora de hacer uso de ella. No quedar satisfecho no quiere decir comprarte un traje para una boda y devolverlo después de haberlo  usado en la misma. Eso es ser un  hijo de puta, que no es lo mismo.

No soporto la cara dura de los gorrones de periódicos. No estoy aludiendo, aunque también podría hacerlo, a quienes roban el del bar al que han ido a tomar café, sino a los que se lo leen en un quiosco o en un gran almacén. Una cosa es echarle un ojo a la portada y otra muy distinta empapártelo completo para no tener que pagarlo, esperando que no te vean o no les compense montar el número de llamarte la atención. Hace falta ser miserable, por ahorrarse un euro. El otro día estuve observando a un señor que lo hacía. Por lo bien trajeado que iba supuse que no le esperaba un mal coche a la salida. Me repugnó. Creo que eso tiene que ser una enfermedad. Pues al psiquiatra.

Luego están  los que van de clientes por la vida. No me refiero a los exigentes, que me parece muy bien que lo sean, sino a los que creen que el hecho de ir a comprar algo a un sitio les otorga poco menos que el derecho de pernada. Necesitan sentirse importantes recibiendo un trato respetuoso que personalmente no merecen. No pagan con la  misma moneda, mirando por encima del hombro a la persona que les atiende. Les agrada tenerla una hora a su servicio, para buscarles cosas que no van a comprar.

Dentro del grupo anterior hay un subgrupo que es superior a mis fuerzas. Podría encuadrarse en la clase fantasmas, orden protagonistas y familia impertinentes. Su hábitat natural son los restaurantes. En muchas ocasiones, cuando salen de casa, ya saben por qué motivo  van a montar el  número.  Si no, sobre la marcha. No hay tema sobre el que no opinen con  aires de estar en posesión de la verdad absoluta. Protestan por cualquier motivo y si no lo hay se lo inventan. Su ilusión es impresionar por su sensibilidad, paladar, saber estar y carácter a los que comparten  su mesa y, a poder ser, a los que están en las de alrededor. La mayoría de la gente termina rehuyéndoles, por lo que suelen quedarse con amigos de poca personalidad entre los que causan admiración.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Diccionario en tono de humor (16)






Reinvención personal, en clave de humor, del significado de las palabras.



IMPUTAR. Culpar a las prostitutas de las debilidades carnales.
INFANTA. Hija de S. M. la Coca-Cola.
INFLAMABLE. Dícese del  que se presta afablemente a ser quemado. (Véase "Vida de San Lorenzo").
INGLES. Parte del cuerpo en que se juntan los muslos con  el vientre de los nacidos en Inglaterra.
IRONÍA. Figura que consiste en  decir las cosas tal  y como son… dichas.
JOYA. Pintor español famoso por sus Magas.
LECTORAL. Canónigo rumiante.
LEGITIMAR. Certificar como genuino y verdadero algo que no lo es.
LEÓN. Mamífero carnívoro, muy aficionado a la lectura.
LETRINA. Signo de la escriturina.
LICORISTA. Mujer de revista dedicada a la fabricación o venta de licores.
LIBIDINOSO. Plantígrado lujurioso.
LOGROÑÉS. Dícese del que consigue nacer en la Rioja.
LOOR. Alabaanza.
LUMBAGO. Lumvago. Dolor reumático que padecen las personas ociosas o perezosas.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Citas (171 a 180)







171. “Aquél tiempo tan feliz en que éramos tan desgraciados” (Alejandro Dumas).


172. “¡Qué pena que beber agua no sea un pecado! ¡Qué bien sabría entonces!” (Giacomo Leopardi).


173. “A menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después” (Andrés Calamaro).


174. “No se debe juzgar a un hombre por sus cualidades, sino por el uso que hace de ellas” (François de la Rochefoucauld).


175. “El poder no me interesa. Después de la victoria, quiero regresar a mi pueblo y continuar mi carrera como abogado” (Fidel Castro).


176. “No puedo desear que ganen los buenos, ya que ignoro quienes son” (Gonzalo Torrente Ballester).


177. “A veces es necesario que un hombre muera por un pueblo, pero nunca debe un pueblo morir por un hombre” (Salvador Espriú).


178. “El político piensa en las próximas elecciones; el hombre de estado en la próxima generación” (William Edward Gladstone).


179. “¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos!” (Miguel León Portilla).


180. “El conocimiento se adquiere por medio del estudio; la sabiduría, por medio de la observación” (Marilyn vos Savant).


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