Refranuevo (140)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional
Refranuevo



Tanto se acerca la mariposa a la luz de la vela, que al final se quema.
El profe de natación me ha aconsejado una cosa: que como soy un capullo, no me apunte a mariposa.

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Aguja sin agujero, ¿para qué la quiere el zapatero?
Los ojos de mis agujas ha mirado el oculista; las dos o tres más antiguas tienen cansada la vista.

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En Alcalá no hay tranvía, tampoco tenemos metro; pero tenemos un vino que resucita a los muertos.
El alcalde de mi pueblo quería ponernos metro, pero se quedó en pulgada por falta de presupuesto.

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Ser pobre y rico en un día, milagro es de Santa Lotería.
Me gustó como acababa y un décimo me compré; gracias a ese buen presagio, vivo en mi décimo B.

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Dentro de la concha está la perla, aunque no puedas verla.
¿Ha subido a los altares por ser hombre y tener concha? San Sebastián es su nombre; pa los amigos, Donostia.

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No hay cielo sin nubes, ni paraíso sin serpiente.
Cobra vieja y pitón joven a machos sacan la guita; la cobra es la que les cobra, mientras la otra les excita.

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A la fea, el caudal de su padre la hermosea.
Me enamoré de mi novia, por su lunar adorable; pero me casé con otra, por su solar apreciable.

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Refranuevo (139)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional

Refranuevo



Si tomas un mal camino, no esperes un buen destino.
Entre martillos y yunques, encontraron su destino; el hombre en una herrería y la mujer de otorrino.

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Quien no ha visto Granada, no ha visto nada.
Atacando al enemigo, una granada he tirado; me ha escrito un wasap diciendo que La Alhambra le ha encantado.

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El amor es ciego y el matrimonio lo cura.
Tuvo mientras fue soltera un cuarto para ella sola, que pasó a ser un octavo desde el día de su boda.

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Si quieres vencer, aprende a padecer.
Con un buen gancho del pívot el partido hemos ganado, pero se ha quedado el pobre en la canasta enganchado.

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El ojo del amo engorda el ganado.
Dos cabezas de ganado cuenta entre sus propiedades; pronto comprará dos troncos y las ocho extremidades.

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A enfermedad rara, pocas medicinas y a estudiarla.
Me miraron la columna y ya me han diagnosticado; tengo artrosis en el fuste y el capitel desgastado.

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Al desdichado, las cerdas le paren perros.
Las cerdas de este cepillo están tan deterioradas, que se las cepilla el cerdo y no se quedan preñadas.

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Refranuevo (138)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional
Refranuevo



Cualquiera es general después de la batalla.
Mi carrera militar quiero acabar de teniente, porque eso de general se aplica a lo que es corriente.

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Cada rey manda en su reino y en su cola cada perro.
Cuando me ha visto mi perro, de tanto que se ha alegrado, se ha puesto a mover la cola y con ella se ha pegado.

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El vino en jarro, cura el catarro.
Estoy viendo al comisario bastante desmejorado; un preso le ha dado un soplo y ha cogido un resfriado.

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Adán cogió la manzana y todavía nos duelen las muelas.
El florido paraíso, Eva convirtió en manzana; se llenó de rascacielos, coches y gente marrana.

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Agua no quebranta hueso.
Se le fracturó una tibia y aún está convaleciente; ya se sabe que ese hueso no es ni frío, ni caliente.

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Genio repentino, seguro desatino.
Al pedirle tres deseos el genio le ha contestado que no es genio por dar nada, sino por lo cabreado.

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No hables mal del puente hasta haber cruzado el río.
Comiendo turrón del duro, se me ha destrozado un puente; a los pobres alimentos, se los lleva la corriente.

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Refranuevo (137)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional
Refranuevo



Si mi abuela tuviera ruedas, sería una bicicleta.
Tenía una bici el jeque con corona de diamantes, el plato de caviar ruso y el cuadro era de Velázquez.

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Por las faldas se sube a las montañas.
Un día que recorría la falda de una colina, vi que no llevaba bragas y escalé hasta la vagina.

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No comas judías cuando hayas de andar entre gente de cortesía.
Tanto me diste la lata por la lata de judías, que me quedé con las ganas mientras tú te las comías.

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Santa Bárbara se menta, solo cuando hay tormenta.
Los dolores de cabeza son el mayor de mis males; se me desatan tormentas en los huesos temporales.

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Aquel que anda por la sierra, cualquier día se desbarranca.
Fueron a pasar el día a lo alto de la sierra; los dejó a todos cortados y esparcidos por la tierra.

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Comamos los huevos a medias: tú las claras y yo las yemas.
Clara ha cogido un objeto, con la yema y de los dedos; “Clara” es chica y “yema” es punta; nadie ha nombrado los huevos.

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Conozco al viajero por las maletas.
Del hotel de la ciudad, el botones se ha marchado; el transporte de maletas, con velcro han solucionado.

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Refranuevo (136)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional
Refranuevo



El tren de Arganda, que pita más que anda.
Inmortal tú te creíste cuando a todo tren vivías y sin embargo no viste que llegaba un mercancías.

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El peor testigo, el que fue tu amigo.
Siendo el tercer relevista al cuarto le di el testigo y testificó en mi contra, a pesar de ser mi amigo.

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Ten en dos bancos el culo, por si te fallara uno.
Para no gastar dinero, en un banco me he sentado; cuando me ha visto el cajero, ocho euros me ha cobrado.

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Las llaves en la cinta y el perro en la cocina.
Acompañé a una mezquita a un amigo musulmán y se me fueron las llaves adonde estaba el imán.

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Una buena bota el camino acorta.
Peregrinando a Santiago, a la mitad del camino, alguien nos robó las botas y nos quedamos sin vino.

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El precio se olvida, la calidad permanece.
Le he dicho al que va a instalarme lo de la electricidad, que no ponga la corriente; la quiero de calidad.

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Buena bolsa, envidiosos y ladrones la hacen peligrosa.
Como me dejó elegir entre la bolsa o la vida, le di la bolsa del súper y me comí la comida.

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Refranuevo (135)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional
Refranuevo

Al perro y al gato, no les pongas en el mismo plato.

Hoy he pinchado una rueda y, como no tengo gato, la he cambiado con el perro; al pobre, casi lo mato.

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Cura y médico de aldea, para ellos venga lo que desean.

Cuando alguien se pone enfermo, es raro lo que acontece; si va un médico lo cura y si va un cura fallece.

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Más vale tarde que nunca.

A un curso de ordenadores, a mi tía hoy he llevado; ha derribado la torre y al monitor se ha tirado.

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Del mar, el mero; de la tierra, el cordero.

No sé quién le ha puesto el nombre a ese pez que llaman mero, pudiendo medir un metro y pesar más que un cordero.

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Mal que nueve meses dura, pronto tiene cura.

Un día, al salir de clase, la regla se me extravió y, pasados nueve meses, fue niña lo que nació.

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A mal hablador, discreto oidor.

Para acompañar el vino, pedí al camarero un taco; me preguntó si valía mandarme a tomar por saco.

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Ignorancia no quita pecado.

Hoy ha confesado el cura al que el órgano ha tocado, porque la masturbación se considera pecado.

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Refranuevo (134)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional

Refranuevo



Si quieres ser muy conocido, mete ruido.
Ayer me pasó en Correos, algo que fue divertido; cogí un sobre por el timbre y empezó a hacer un sonido.

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El ladrón piensa en el robo y el preso en la libertad.
Hallándome encadenado pedí un cambio de cadena, porque la chica del tiempo estaba mucho más buena.

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A los tontos no les dura el dinero.
He visitado a un cliente y le he dado mi tarjeta; en dos horas me ha dejado sin dinero en la libreta.

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Es peligroso jugar con dos cartas.
Para jugar a las cartas, me junto con mis hermanos; hoy salieron las de madre y leyéndolas lloramos.

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Donde se cree que hay chorizos, no hay clavos donde colgarlos.
El bocata de chorizo que quieres para almorzar, tendrá que ser de otra cosa porque ha salido a robar.

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A la dama más honesta, también le gusta la fiesta.
Es dama de noble cuna con un ilustre apellido, pero como es despistada un alfil se la ha comido.

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El que nace para real, nunca llega ni a peseta.
Por nacer un tres de octubre, libra se le llamaría; pero si es por lo que vale, en penique quedaría.

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Refranuevo (133)

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Teniendo en cuenta que en este Refranuevo no he buscado ser excesivamente puntilloso a la hora de que todas las sentencias inventadas respondieran exactamente a lo que académicamente se pueda considerar un refrán, voy a seguir el mismo camino incorporando al mismo la sección de Versos polisémicos, que publiqué en este blog durante los años 2017 y 2018.

Para adaptar los versos a la forma del Refranuevo que he venido publicando hasta ahora, voy a incorporar a cada sentencia nueva (estrofa) un refrán tradicional relacionado de alguna manera con ella. Por el mismo motivo, desharé las estrofas y publicaré seguidos los cuatro versos de cada una de ellas.

Con esta incorporación, que he querido dejar para el final, el Refranuevo llegará aproximadamente a las 1200 sentencias reinventadas. Con ellas terminaré trabajando, si sigo pensando editarlas en un libro. Quería seguir sometiéndolas a vuestro criterio, porque vuestra opinión (aunque siempre sea generosa) es muy importante para mí.

Muchas gracias por vuestro apoyo.

Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional

Refranuevo



Pídele peras al olmo y nueces al malvavisco, que tú te meterás monja cuando yo fraile francisco.

Ayer me pidió mi novia que me comiera una pera y se puso muy durita por la parte delantera.

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Dos andares tiene el dinero: viene despacio y se va ligero.

Hoy, saliendo de un cajero, me han pedido unos ladrones que les soltara la pasta; les he dado macarrones.

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Antes son mis dientes, que mis parientes.

He pedido en una tienda una goma de mascar y me he quedado sin dientes; me la han dado de borrar.

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Para mala capa, más vale ir a cuerpo.

Quería hacerme un regalo y le he pedido una capa; me han dicho en el hospital, que ya no puedo ser papa.

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En la mesa y en el juego, se conoce al caballero. 

Me ha pedido hacerme un juego, con el máximo respeto; le he dado el consentimiento y me ha hecho un set completo.

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Los reveses hacen al hombre prudente.

Soy un negro aficionado a disparar con el arco; para no tener problemas, digo “diana” en vez de “blanco”.

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A la iglesia no voy porque estoy cojo y a la taberna, poquito a poco.

Estaban en aquel bar como sardinas en lata; al no haber sitio en la barra, ocupamos la chapata.

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Refranuevo (132)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional
Refranuevo



A la bolsa sin dinero, dígola cuero.
En esta vida, lo que hay que tener en cuenta es dinero; y en libreta, también.

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Confesión con vergüenza, cerca está de la inocencia.
A quien dice no saber dónde meterse, lo que realmente le apura es salir de donde ya se ha metido.

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Al buen segador, nunca se le olvida la hoz.
Quienes están en las nubes, se olvidan con frecuencia de que deben apagar el móvil.

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Todo el orgullo y la opulencia paran en siete pies de tierra.
Hay quienes el único motivo que pueden aportar para llevar la frente muy alta, es que la tienen en la parte de arriba.

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Sin dudar, no hay acertar.
El problema de tener una torrija es que no sabes si te la tienes que comer o introducírtela por vía rectal.

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Mal juzga el arte, el que en él no tiene parte.
Muchos que van de artistas, tienen menos madera que una ventana de aluminio.

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Más vale perro vivo que león muerto.
Quien no tiene dónde caerse muerto, lo mejor que puede hacer es quedarse de pie vivo.

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Refranuevo (131)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional
Refranuevo
 


A quien buenos cojones tiene, lo mismo le da por lo que va como por lo que viene.
No es fácil tener más cojones que el caballo de Espartero, pero sí empatarle a dos.

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Por falta de un amén, que no se pierda un alma.
Muchos de los que siempre quieren tener la última palabra, se conforman con decir “amén”.

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Al pan, pan y al vino, vino.
Al pan, pan y albino al que tiene la piel y el pelo blancos, por ausencia congénita de pigmentación.

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Ningún bombero, pisa la manguera de su compañero.
Las personas absurdas coleccionan cascos, mangueras y botas, porque les gusta tener cosas de bombero.

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Las horas amargas, son mucho más largas.
Solo quienes tienen las horas contadas, saben que el día no da más de sí que veinticuatro.

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Al buen comedor, quitárselo de delante.
Las personas comedoras llevan mucho adelantado a la hora de jugar al tenis, porque tienen buen saque.

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Amor grande, vence mil dificultades.
Los bebedores habituales de cerveza sortean las dificultades con facilidad, porque suelen tener mucha cintura.

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Refranuevo (130)

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Reinvención de sentencias del refranero tradicional

Refranero tradicional
Refranuevo



Estudiante que no estudia, en nada bueno se ocupa.

El mejor ejemplo de que la ignorancia es propia de quienes hacen novillos, lo tenemos en las vacas.

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Los oídos no sirven de nada a un cerebro sordo.

Quienes citan el martillo, el yunque, el lenticular y el estribo porque otros los han nombrado, están hablando de oído.

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Pintor de la verde pintura, cada día tienes la cara más dura.

Quienes le echan jeta a la hora de realizar las tareas de la casa, lo único que consiguen es que terminen haciéndoles la cama.

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Más vale tonto callado que listo pesado.

Las personas pesadas no envejecen, porque logran que les hagan el vacío.

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El que cuida la higuera, comerá su fruto.

Los despistados suelen comerse los higos maduros, porque casi siempre están en la higuera.

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Quien ríe en viernes, llora en domingo.

El viernes es un día sobrevalorado, porque realmente no tiene nada del otro jueves.

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Ajo y cebolla en pepitoria, aumenta la memoria.

Para recuperar la memoria, lo mejor es comer rabos de no sé qué.

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