REEDICIÓN (edición: 07/02/2015)
Se empeñaron sus padres en inculcarle unos principios y le truncaron una brillante carrera en la mafia o en la política.
Mi sobrino Gonzalo es, por encima de todas las cosas, listo. Desde pequeño le gustó jugar a los negocios y podías darte por jodido si te cruzabas en su camino. Contaba con la agudeza de los buenos trapicheadores, la suerte de los triunfadores y la ventaja de que por aquél entonces no matizaba demasiado la diferencia entre lo que estaba bien y lo que estaba mal. Ponía en práctica sin conocerla la maquiavélica frase de que "el fin justifica los medios", sin aparentes escrúpulos morales que le estorbasen.
Contó desde el principio para curtirse con la eficaz colaboración de sus dos hermanos mayores, que lo puteaban tanto como lo querían. Aún no había abierto la boca y ya se le estaban descojonando. Aún no había metido la pata y ya se estaba llevando un revolcón. Pero en ningún momento se dejaba comer el terreno, a pesar de que a esas edades unos pocos años suponen una diferencia abismal. Debía andar por los cinco cuando, como en su clase del colegio todavía no habían formado equipo, jugaba al fútbol en el de su hermano Jaime, tres mayor que él. Podría fallarle todavía la técnica, pero como tenía más pelotas que ninguno no desentonaba.
Es uno de mis tres ahijados. Actualmente tiene 17 años. Además de guapo, alto y bien plantado, es una persona de bien. Pronto empezará la carrera. Como sigue siendo igual de listo que siempre terminará triunfando, aunque le costará más tiempo y esfuerzo por la gracia de sus padres de imbuirle unos principios.
Contó desde el principio para curtirse con la eficaz colaboración de sus dos hermanos mayores, que lo puteaban tanto como lo querían. Aún no había abierto la boca y ya se le estaban descojonando. Aún no había metido la pata y ya se estaba llevando un revolcón. Pero en ningún momento se dejaba comer el terreno, a pesar de que a esas edades unos pocos años suponen una diferencia abismal. Debía andar por los cinco cuando, como en su clase del colegio todavía no habían formado equipo, jugaba al fútbol en el de su hermano Jaime, tres mayor que él. Podría fallarle todavía la técnica, pero como tenía más pelotas que ninguno no desentonaba.
Es uno de mis tres ahijados. Actualmente tiene 17 años. Además de guapo, alto y bien plantado, es una persona de bien. Pronto empezará la carrera. Como sigue siendo igual de listo que siempre terminará triunfando, aunque le costará más tiempo y esfuerzo por la gracia de sus padres de imbuirle unos principios.