CUENTO CLÁSICO REINVENTADO
Matías era aquél niño al que tanto ilusionaba jugar al fútbol, pero que no lo hacía porque le daba miedo no estar a la altura de los chicos de su clase. Su abuelo le dio una lección para que aprendiera a confiar en sí mismo. Cuando fue al pueblo en las vacaciones de verano, le regaló unas botas y le dijo que eran mágicas. Le habían pertenecido a él en su infancia y gracias a ellas había conseguido convertirse en un gran futbolista, a pesar de no tener demasiadas cualidades para serlo. Con esa confianza se las puso para unirse a los partidos de unos chavales del lugar y observó que realmente funcionaban. Le salían los pases, los regates, los remates y marcaba goles de todas las facturas. Enseguida se convirtió en uno de los mejores del equipo. Cuando el anciano lo vio confiado le explicó el secreto, invitándole a ponerse cualquier otro calzado para comprobar que también jugaba bien con él. Así lo hizo y quedó doblemente satisfecho, al darse cuenta de que el fútbol que desarrollaba era fruto única y exclusivamente de su habilidad y dedicación.
El colorín colorado y la moraleja que le pusieron al cuento fueron precipitados. Nadie había sabido hasta ahora lo que sucedió cuando Matías volvió al colegio. La primera hora de clase se le hizo eterna, por las ganas que tenía de que llegara el recreo para sorprender a sus compañeros con sus avances futbolísticos. Una vez en el patio, se le saltaron las lágrimas cuando vio que no servía ni para hacer sombra al que peor jugaba de ellos. El profesor lo observó y se interesó por el motivo de su disgusto. Llegaron juntos a la conclusión de que seguía teniendo las pocas aptitudes de siempre para la práctica de cualquier deporte, aunque en el pueblo viera un espejismo por no haber querido darse cuenta de que se estaba midiendo con niños mucho más jóvenes que él. Le reconfortó diciéndole que podía sentirse orgulloso de ser una buena persona, con muchos amigos y una inteligencia y capacidad de trabajo que le permitían ser uno de los mejores alumnos de la clase. Le invitó a seguir jugando al fútbol por diversión, tratando de progresar cada día, pero asumiendo que en esa actividad de su vida nunca estaría entre los mejores.
Las atinadas palabras que el chico escuchó de su profesor muy bien podían haber sido dirigidas a todos esos padres egoístas que hay por el mundo amargando el ocio a sus hijos, soñando con que les van a retirar de trabajar para convertirlos en representantes de sus brillantes carreras futbolísticas.
Amén, totalmente de acuerdo con el final. Biquiños!
ResponderEliminar¿Verdad que sí? Hay muchos padres que hacen víctimas a sus hijos de sus propias frustraciones.
EliminarBesos.
Ah, si....
ResponderEliminarEsos padres torturadores que pueblan los campos de todo el mundo.
Padres que presionan hasta la extenuación a sus hijos originándoles todo tipo de complejos y frustraciones.
Saludos.
Son capaces de convertir en negativo lo que tiene de educativo la práctica de un deporte.
EliminarSaludos.
ainss esos padres que piensan que sólo sus hijos juegan bien y tanto compañeros como entrenadores y ya no digamos los árbitros les tienen "ojeriza"...
ResponderEliminarBesines
Quizá no se le pueda pedir a un padre que sea demasiado objetivo con su hijo, pero sí que no sea un imbécil y le amargue la existencia a él y de paso a los de alrededor.
EliminarBesos.
Si es que intentar vivir a través de los hijos es un gran error. Mucha gente quiere que sus hijos sean lo que ellos no fueron por tal o cual circunstancia y a veces no se dan cuenta de que a lo mejor a su hijo eso ni le interesa. Y lo de intentar vivir de un hijo, eso ya es de traca. Un besote!!!
ResponderEliminarNi quito ni pongo. Tal cual lo dices.
EliminarBesos.
Totalmente de acuerdo!
ResponderEliminarMe ha venido a la cabeza ese padre que insultó a una chica arbitro de 14 años hace pocos días... Indignante!!
Un abrazo.
A mí también. Además el padre de la chica creo que estaba por allí. No sé si yo hubiera tenido tanta serenidad como para no partirle la cara.
EliminarUn abrazo.
De esos padres está lleno el mundo, para donde sea que voltees hay uno o dos o...
ResponderEliminarUn abrazo Chema
Ya veo que el mal está generalizado. Lo suponía. Si los imbéciles volaran no se vería el sol.
EliminarOtro abrazo para ti, Flor de María.
Esos padres existen en todos los deportes, ¡pá matarlos!
ResponderEliminarDeberían prohibirles la entrada a los campos.
EliminarDicen los expertos que los buenos futbolitas tienen las bolitas chicas ¿será cierto?
ResponderEliminar¿Y pegadas al culo como los tigres? No lo había escuchado nunca.
EliminarDesde que yo era chico, y ya ha llovido mucho; el sueño de muchos niños; de niños y padres, ya que a veces los padres tienen más ganas; será para que los hijos los retiren de trabajar; quieren que los hijos lleguen a ser afamados futbolistas, y hay niños que con un balón en los pies, son más malos que yo rezando el rosario. En cualquier deporte, los elegidos para la gloria, son solo un puñado. Es más, para ser una estrella del fútbol o de cualquier otro deporte, además de cualidades, ya tienes que nacer con ese ángel y esa gracia. Hay muchos que por mucho que se esfuerzan no han nacido para ser Pelé.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
El problema es que se tienen que dar muchas circunstancias para que un chaval pueda triunfar. Ya no te digo para que sea un fuera de serie. Tener condiciones es solo el primer paso. Luego la suerte de que un entrenador te dé la oportunidad y tenga un poco de paciencia contigo. Sale uno de cada muchos miles. Por eso hay tanto padre de esos amargado.
EliminarUn abrazo, Rafa.
Muy cierto, padres frustrados que buscan su propia satisfacción y/o gloria que no pudieron lograrla!
ResponderEliminarbuen fin de semana!
besitos =)))
Tristemente es así, Liliana.
EliminarBuen fin de semana también para ti.
Besos.
Desgraciadamente hay padres nocivos para sus hijos. Sé que suena fuerte lo que digo porque solemos idealizar o ensalzar la institución de la familia, pero en mi opinión ésta no es perfecta y desde luego está sobrevalorada, precisamente porque es una estructura social creada por el hombre. Muchos hijos sufren excesivamente desde la familia. En cambio creo mucho más en los valores de los miembros individuales de la misma.
ResponderEliminarPero volviendo al fútbol y a tu entrada, pienso que el egoísmo de los padres se produce en los dos sentidos: cuando éstos se niegan a apuntar a sus hijos en clubes o escuelas de fútbol para que disfruten del deporte que les gusta y puedan desarrollar también sus habilidades (algún prejuicio tendrán) , y cuando se empeñan en convertirlos en estrellas sin las aptitudes para triunfar.
Un fuerte abrazo y buen fin de semana, Chema.
Muchos padres exigen a los otros responsables de sus hijos que les den una educación que ellos mismos no son capaces de transmitirles. Eso en el mejor de los casos, porque en muchas ocasiones son un estorbo. A veces tienen que recibir lecciones de personas mucho más jóvenes que ellos, como un entrenador del que me hablaron el otro día. Reunió a los padres para decirles que si escuchaba un insulto de un padre al árbitro, su hijo (sintiéndolo mucho porque no tenía ninguna culpa por tener un zulú por padre) no jugaría al domingo siguiente.
EliminarUn fuerte abrazo y buen fin de semana también para ti, Karima.
Ojalá que Matías esté divirtiéndose :)
ResponderEliminarSeguro que la actitud de su padre influirá en que sea o no sea así.
EliminarBesos.
los padres, benditos padres......
ResponderEliminarTú también tendrás que jamarte unos cuantos coñazos.
EliminarBesos.
Me encanta la moraleja, 100% de acuerdo.
ResponderEliminarBesos!
Veo que estamos muchos de acuerdo.
EliminarBesos, Ali.
Hola Macondo.
ResponderEliminarQuería pedirte un intercambio de enlaces entre nuestras web.
Mi nombre es : YoBloguero
La URL: www.yobloguero.es
Un saludo
Bienvenido a mi blog y gracias por mostrarme el camino hacia el tuyo.
EliminarSaludos.
Hola. una granrealidad... los padres frustrados intentan revivir en sus hijos lo que ellos no puedieron.. un gran error... seguimos en contacto
ResponderEliminarLo que pretenden aparentar como un interés por sus hijos no es más que una postura totalmente egoísta.
EliminarLos padres quieren convertir a sus hijos en lo que ellos no pudieron ser, una frustración el no lograrlo para ambas partes. En este caso a tu protagonista hay que animarlo a seguir adelante pero solo si él lo quiere.
ResponderEliminarLa moraleja que nos das es muy apropiada.
Besos Chema.
Puri
Normalmente no le preguntan al niño si eso le gusta y si lo hacen y la respuesta es positiva, si está dispuesto a convertir convertir en profesión lo que en principio ha elegido como diversión.
EliminarBesos, Puri.
Me gustan tanto tus cuentos!!!
ResponderEliminarBesos.
Lo celebro. Muchas gracias.
EliminarBesos.
La primera parte del cuento que yo pensaba que bonito esto de la confianza...pero ya me parecía a mi que tus cuentos terminan de otra manera
ResponderEliminarYo lo que no entiendo es lo de tantas actividades extra-escolares, y no tienen tiempo de jugar ni de ser niños, y en lugar de desarrollar su imaginación desarrollan sus fustracciones , no solo pasa con el fútbol.
saludos
quería decir frustraciones, es que es una palabra que no me gusta
EliminarPues si no te gusta la quitamos del diccionario y ya está.
EliminarSaludos.
Desgraciadamente he podido observar esos padres capaces de todo para que sus hijos destaquen por encima de sus méritos deportivos; frustrados y reprochando al hijo cuando no está a la altura que ellos le exigen.
ResponderEliminarUn saludo.
Y convirtiéndole al pobre chaval un buen rato con los amigos practicando su deporte favorito en un sufrimiento.
EliminarSaludos, Alfred.
Me siento muy identificada...yo iba para tenista...pero no me gustaba correr tras la pelota, en cuanto pude me cambié al bádminton. No soy Carolina Marín pero al menos no tenía que correr tanto, los volantes no van a parar muy lejos jaja!
ResponderEliminarPero quien habla de deportes habla de estudios y de esos padres que quieren que sus hijos hagan todo lo que ellos no pudieron hacer...desde aprender 20 idiomas a tocar 80 instrumentos...
Es una pena no dejar vivir su vida a los hijos cargando sobre ellos las propias frustraciones.
EliminarMenos mal que le animó a jugar por diversión. De lo contrario, tampoco habría sido muy compasivo el consejo del profesor. Al no eres bueno para esto se le debería añadir siempre un todavía.
ResponderEliminarOtra cosa es el tema de los niños forzados a hacer lo que hubieran querido hacer sus padres y no se atrevieron.
Has recreado un cuento con moraleja tras moraleja!
Besos
Yo creo que el "todavía" no siempre es conveniente. Hay actividades para las que no estás capacitado por mucho empeño que pongas y creo que es más positivo saber renunciar para dedicarte a algo más adecuado a tus aptitudes.
EliminarGracias.
Besos.
Es una pena, pero hay muchos niños padres aspiran e fabricar objetos de mercancía. Tu cuento está estupendo, por cierto. Y si quería recordar al gato con botas, pues no sé-)
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Detesto a los padres que obligan a los hijos a ser quienes simplemente no pueden ser. A los inocentes les heredan cuerpos de escombro pero exigen que jueguen la banda como Dani Alves... son patéticos.
ResponderEliminarUn abrazo Macondo.
Convierten en negativa una actividad tan educativa como que sus hijos practiquen un deporte.
EliminarUn abrazo.
Sigo pensando lo mismo.
ResponderEliminarA esos padres habría que prohibirles la entrada a los partidos que juegan sus hijos.
Saludos.
Incluso retirarles el carné de educador de hijos.
EliminarSaludos.
Que suerte tener a alguien que efectivamente e pueda guiar, como ese profesor.
ResponderEliminarTe imaginas los niños fueran animados a ser cientificos o artistas con tanta pasión? realmente encuentro que el futbol es el opio del pueblo y esos padres que fuerzan a sus hijos a ser los mejores y cumplirles los sueños ejercen un maltrato que debería tipificarse como tal.
Hay padres que se cargan lo que tiene de divertimento y educación la práctica de un deporte por parte de sus hijos, para convertirla en otra cosa, no precisamente positiva.
EliminarHay muchos padres que fuerzan a sus hijos para que sean lo que ellos quieren que sea, provocando frustración y complejos en los hijos. Debemos dejar que sean lo que ellos quieren y apoyarlos.
ResponderEliminarMuy buena historia, Chema.
Un beso!!
Así es, Carmela.
EliminarMuchas gracias.
Un beso.
Realmente se ha perdido el Norte en todo y más en esto del Fútbol y estoy de acuerdo con muchos compañeros que opinan que a esto padres deberían de encerrarlos de por vida en algún lugar del mundo. Una cosa es el concepto del fútbol u otro deporte como concepto y otra que tu hijo le hagas creer que puede ser mejor de lo que es (sin saber el daño que le está causando)... Así nos va... en todo !!!
ResponderEliminarEstupenda historia, Chema.
Abrazos con cariño y feliz sábado !!!
Para tantas cosas mucho menos importantes se necesita un carné y sin embargo se da por supuesto que para educar a un hijo está capacitado cualquiera.
EliminarMuchas gracias, Joaquín.
Un abrazo.
Me parece que, por desgracia, el comentario primitivo sigue siendo válido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Absolutamente.
EliminarUn abrazo.
Puñetero dinero, que felices seríamos sin él, y que ganas más frustradas de ver un mundo libre de su absurdo amarre. En fin, de todo esto me sale una duda, ¿Serían Messi o Cr7 lo que son por las simples ganas de jugar y divertirse? Ahí lo dejo, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo!
La culpa no es el dinero, sino de los que lo utilizamos.
EliminarUn abrazo, Pepe.
Me gustó.
ResponderEliminarCuando llevaba escuelas deportivas me crucé con varios padres egoístas de ese tipo y no se daban cuenta que el principal objetivo para los niños era tan sencillo como disfrutar con el deporte.
Ya supongo lo que has tenido que ver y la frustración que debe suponer observar la actitud de quienes se cargan lo que se positivo tiene la práctica de una actividad deportiva, convirtiéndola en otra cosa.
EliminarSigo pensando igual.
ResponderEliminarConsecuente que eres.
EliminarUna cosa es aspirar a que económicamente te vayan bien las cosas y otra que el hecho de que hacerte millonario se convierta en el objetivo de tu vida. No me parece muy recomendable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los buenos futbolistas son aquellos que les gusta jugar con la pelota y es fácil reconocerlos, son aquellos que juegan con la sonrisa a flor de labios, son aquellos que cuando fallan al gol, se ríen.
ResponderEliminarAl contrario de aquellos que del futbol han hecho un medio de vida, cara seria y si fallan en el tiro zapatean o golpean el piso, son también los que más faltas cometen contra el contrario.
Los padres de los primeros no tiene que esforzarse por llevarlos a las canchas —al contrario, esos niños están siempre en ese lugar—.
Abrazos
Además los que ven en la práctica de deporte por parte de sus hijos un medio para intentar "salir de pobres" tienen un altísimo porcentaje de probabilidades de ser unos frustrados, porque a la élite llegan muy pocos.
EliminarUn abrazo.
Doy gracias de no haber tenido padres como esos...
ResponderEliminarUn beso sin botas.
Pues haberlos haylos.
EliminarUn beso.
Hola.
ResponderEliminarQué buenísima moraleja.
Yo la ampliaría a crear canales de youtube con niños(una sobreexposición que asusta), de enviarlos a Masterchef o programas de talentos. Hay un refrán que muchos se aplican: Vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos.
Feliz noche.
Entre los padres de los Cristianitos o Mesitos y las madres de las Pantojitas, van bien servidos los pobres críos. De Marterchef no he visto ninguno, ni ganas.
EliminarBuenas noches.
Yo de Masterchef vi dos programas de dos ediciones distintas(consecuencias de ir a cenar a una casa con niños) y...uffff, eran viejecitos recortados, daban grima. Pobres niños, no tienen la culpa pero eran bien repelentitos.
EliminarFeliz finde.
Feliz domingo.
EliminarUf, que padres... Quien podria aguantarlos...
ResponderEliminarPues haberlos, haylos. Más de los que sería deseable.
EliminarBonito cuento.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Besos.
Lo celebro, Amapola.
EliminarBesos.
¡Hola, Macondo!
ResponderEliminarMe dejó caer por aquí. Bonito cuento.
Un abrazo!
Bien caída seas.
EliminarGracias.
Un abrazo.
Leo botas mágicas y pienso en Link en The Legend of Zelda.
ResponderEliminarNo estoy yo muy familiarizado con eso.
EliminarEs un poco la versión futbolera de las zapatillas rojas de Andersen.
ResponderEliminarA esos padres hay que mostrarles la tarjeta roja nada más empezar el partido.
Saludos!
Borgo.
A esos padres, mejor no dejarlos ni entrar.
EliminarSaludos.
Sucede a menudo, apreciado Macondo. Por estos lares pasa lo mismo. Quieren que sus pequeñines lleguen a ser futbolistas de la altura de un Maradona, Messi, Ronaldo; pero lo peor es que lo tienen en la mira, por lo económico, y lo que dices, no recreativo. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarVuelcan sobre sus hijos sus frustraciones y les amargan la existencia. Mi hermano me contaba que en el colegio de su hijo había un niño que cada vez que le pasaban el balón miraba temblando a su padre a ver lo que debía hacer.
EliminarUn abrazo.
Bueniiiiiisimo. Que bien lo has explicado. Conozco muchos casos de estos. También en otros deportes. En Tenis y padel, hay historias para escribir un libro.
ResponderEliminarSaludos
Celebro que coincidamos.
EliminarSaludos.
¡Cuántas veces he pensado lo mismo! Esos padres que cogen sus sueños frustrados y lo trasladan a sus hijos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Pobres hijos.
EliminarVergüenza ajena da lo que se ve en algunos campos.Pobres críos.
ResponderEliminarBuen fin de semana. Cuídate.
Un abrazo.
Cuídate tú también, Laura.
EliminarBuen domingo.
Un abrazo.
Lo importante es ser buena persona. Todo lo demás sobra. Y el deporte para disfrutarlo no para amargarse queriendo ser más que nadie.
ResponderEliminarPues te diré que de esta entrada no me he enterado hasta ahora mismo, ha sido una sorpresa. Venía para darte las gracias por tu Haiku, que lo he colgado en la entrada, mil gracias, Chema.
Besos.
Gracias a ti por colgarlo.
EliminarBesos.
Esa moraleja final, bordada, que pocos niños quieren quebrarse siendo Mes-si y Ronal-dos. Pues ni uno ni dos, sí, ser buena gente, clarooooo....voy pa el siguiente....
ResponderEliminarGracias por el recorrido.
EliminarLuego terminan denunciando a los padres por haberse quedado con toda la lana.
ResponderEliminarBeso Chema
Lo mejor que pueden hacer los padres es dejarlos divertirse tranquilos, sin pensar en historias de dinero.
EliminarBeso, chamaca.