Reinvención de sentencias del refranero tradicional
Tanto peca el que roba en la huerta como el que queda a la puerta.
Menos peca el que la beata condena, que ella yendo a dar gracias por ser tan buena.
***
La peor gallina es la que más cacarea.
No hay más insoportable vendedor que el charlatán que se cree orador.
***
Dios los cría y ellos se juntan.
Dios los cría, ellos se juntan y la vida juega con ellos.
***
Unos tienen la fama y otros cardan la lana.
Se lució la cocinera y presumió el que la emplea.
***
La letra con sangre entra.
A ese inepto que con sangre la letra implantaba, maestro se le llamaba y con respeto se le trataba.
***
Zapatero, a tus zapatos.
Como lo habían hecho ministro de Marina, allá que se fue a conocer el mar.
***
Entre santa y santo, pared de cal y canto.
Hasta el más casto se empalma.
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Tanto peca el que roba en la huerta como el que queda a la puerta.
Menos peca el que la beata condena, que ella yendo a dar gracias por ser tan buena.
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La peor gallina es la que más cacarea.
No hay más insoportable vendedor que el charlatán que se cree orador.
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Dios los cría y ellos se juntan.
Dios los cría, ellos se juntan y la vida juega con ellos.
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Unos tienen la fama y otros cardan la lana.
Se lució la cocinera y presumió el que la emplea.
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La letra con sangre entra.
A ese inepto que con sangre la letra implantaba, maestro se le llamaba y con respeto se le trataba.
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Zapatero, a tus zapatos.
Como lo habían hecho ministro de Marina, allá que se fue a conocer el mar.
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Entre santa y santo, pared de cal y canto.
Hasta el más casto se empalma.
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Para burlarse de nuestro ministro Valls... decia a su llegada en Barcelona : "hay mar alli" !
ResponderEliminarMenudo descubrimiento hizo. :)
EliminarJajajaja, qué buenos. El de Dios los cría y ellos se juntan siempre me recordará a Groucho Marx en Una noche en la ópera, es genial.
ResponderEliminarMuy feliz finde.
Hace mucho tiempo que no la veo y no lo recuerdo.
EliminarFeliz finde también para ti.
Robando en la huerta.
ResponderEliminarEn este mes, principio de verano
te pillé con las cerezas en la mano.
Gracias por tu aportación, Manuel.
EliminarConocí algún maestro de esos.
ResponderEliminarTambién es cierto que conocí a otros maestros que eran buenos.
Saludos.
Es cierto. Tan condenables eran los de la sangre, como loables los que entragaban su vida a la enseñanza con mucha vocación, pocos medios y menos sueldo. Lo que pasa es que el refrán planteado hacía referencia a los primeros.
EliminarSaludos.
"charlatán que se cree orador", qué bien dicho, y cuántos hay así, que aunque no sean vendedores siempre quieren venderte algo, mayormente a sí mismos.
ResponderEliminarHay muchos charlatanes con delirios de oradores, que suelen impresionar a gentes más ignorantes que ellos.
EliminarSiempre bien hechos,cariños.
ResponderEliminarMuchas gracias, Fiaris.
EliminarEl último es real como la vida misma y no sabes cómo me pone de furibunda...Besotes
ResponderEliminarGracias por tu visita, María Ángeles.
EliminarBesos.
Algunos eran justos y recibíamos los golpes con desgano, pero sin rencor. Muy pocos eran injustos y al mismo tiempo más sádicos y a estos maestros los detestábamos. Quejarse con nuestros padres era perder el tiempo, ellos siempre se ponían a favor del maestro. En la clase nadie chisteaba o gritaba, y así aprendimos no solo leer y escribir, sino a comportarnos cómo gente educada.
ResponderEliminarAbrazos
Yo creo que en el término medio está la virtud. Ni lo de aquellos maestros (evidentemente no todos eran así), ni el cachondeo actual.
EliminarUn abrazo.
Uffff un charlatàn q se cree orador...qué pereza...
ResponderEliminarBesos.
¿Verdad que sí?
EliminarBesos.
Lo del ministro de marina que no conocía el mar ya hubo alguno por ahí preguntando donde estaba.
ResponderEliminarEl charlatán que se cree orador hay que escapar de él.
Besos Chema y como dice el refrán suma y sigue ...
Puri
Gracias, Puri.
EliminarBesos.
Bufff insoportables algunos vendedores, no hay quién les calle la boca, hay que cortarlos. Muy bueno el del orador.
ResponderEliminarBesos.
Me alegra que te haya gustado.
EliminarBesos.
Más verdad que el pan bien horneado.
ResponderEliminarTe agradezco especialmente la comparación, porque soy muy panero y además no la había escuchado nunca.
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