El pabellón para enfermos mentales graves con tendencias suicidas de aquél hospital psiquiátrico contaba con una construcción, unas medidas de seguridad y unos profesionales para ponerlas en práctica que lo convertían en uno de los más fiables del país. Absoluta inaccesibilidad del enfermo a ventanas, cisternas, instrumentos punzantes, cordones, cinturones, medicamentos o cualquier producto u objeto capaz de ocasionarle daño. Todo fue sobre ruedas hasta que los locos se dieron cuenta de que la diferencia que había entre ellos y el personal que trabajaba allí era la cordura. Y así fue como una noche secuestraron a la enfermera que les vigilaba —que evidentemente era cuerda—, la colgaron de una viga, se pusieron en cola y se fueron ahorcando con ella uno por uno en riguroso orden.
Cita del día
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CITA DEL DÍA: «Elegancia es la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos» (Honoré de Balzac).
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Que listos son los locos.
ResponderEliminarAnda que a ellos los van a parar....
Saludos cuerdos.
Para nada sinónimo de tontos.
EliminarSaludos "comme ci, comme ça".
Esa cuerda a veces tan fina...
ResponderEliminarLuego dirás de mi, pero de muertes vamos todos bien servidos, jajajaja.
Feliz martes!
Tienes razón. Entre panteras, mantis religiosas y cuerdas, parece que nos ha dado a todos la vena destructora.
EliminarFeliz martes también para ti.
Brutal!!! Quien iba a poder engañar a esa pandilla de locos.
ResponderEliminarSaludos
Resultado de muchas mentes imaginativas con mucho tiempo para pensar.
EliminarSaludos, Alfred.
Otra vez genial, Chema, jajajaja. Esta vez en la línea del Terremoto de Toro. Jajajaja
ResponderEliminarBesos
Gracias, Celia.
EliminarYo también me había dado cuenta de que estaba influido por la escuela "torosalvajeña".
Besos.
Jajaja eso es tener cojones, y demostrar lo bien que anda uno de la azotea. Las cuerdas son muy necesarias y útiles para muchas cosas, y te pueden sacar de un aprieto. Se tenía que haber quedado algún loco de reten, esperando a que llegara el equipo médico.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
Es que si se quedaba de retén cuando llegaran los médicos que fastidiarían la ilusión de ahorcarse.
EliminarUn abrazo.
Siempre he dicho que los peores locos están sueltos. He aquí su inteligencia.
ResponderEliminarUn beso :)
Gracias por comentar.
EliminarOtro beso para ti, Tamara.
Suerte que yo no soy demasiado cuerda. Paso de que me cuelguen de una viga. Besotes!!!
ResponderEliminarNo a todas las cuelgan de las vigas. Algunas se utilizan para subir y bajar persianas, aunque la alternativa tampoco es demasiado ilusionante.
EliminarBesos.
Yo es que no tengo tan claro que la mataran. Solo se sirvieron de ella para ahorcarse.
ResponderEliminarAiiiinsssss... a ese pabellón, se la llama el de "los agitados" :) Creo que la enfermera olvidó que un loco cuanto más ama a una mujer, más la odia, y ese fue su error. ¿La amarían todos? jajaja. Olvidó su cordura.
ResponderEliminarAyyyyyyy Chema..........¡que cosas!
También a mi me ha hecho recordar a Terrremoto Crazy.
Besicos.
Cada uno hace su lectura y lo bonito es que muchas veces las de los lectores son mucho más chulas que la del que lo ha escrito, como está sucediendo en este caso. A mí no me había dado por ver amor por ningún sitio.
EliminarBesicos también para ti.
Hola. unos locos muy cuerdos... muy bueno. Seguimos en contacto
ResponderEliminarGracias, Marta.
EliminarKa cuerda es tan necesaria, sin ella los relojes de antaño se paraban
ResponderEliminarAbrazos
Y cuántas otras cosas, hasta que se impusieron las pilas.
EliminarUn abrazo, Chaly.
Yes, Calmwood !
ResponderEliminar¿A ti también te gustan los Simpson?
EliminarAl final la cordura fue lo que les mató a todos. A veces hay que dejar la locura a sus anchas, oye. Pero no me voy sin decírtelo de nuevo: otro cuento genial. El día que los publiques en papel me voy a Zaragoza a conseguir el mío dedicado en la presentación.
ResponderEliminarLa comida/cena corre de mi cuenta, aunque me temo que vas a tener que esperar sentado.
Eliminarjajajaja Caray con la cuerda, y que locos mas hijos de puta... :)
ResponderEliminarSalud
Tampoco es para tenérselo en cuenta, con lo necesitados que estaban de una cuerda.
EliminarSalud.
mmm.. ahora define ahorcando .... ;)
ResponderEliminartoma puntos suspensivos que hacía mucho que no te ponía.. ,,,,,
un besete maño!
Lo que no había visto nunca es comas suspensivas.
EliminarOtro beso para ti.
Para mí que ha sido obra del “locomotora”, el cabecilla del grupo. Ya sabes, el líder del psiquiátrico convencido de que es una embarcación de motor. El mismo que aparece en tu genial diccionario por su imaginación desbordante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, crack.
Tenía yo olvidado al locomotora. ¿Ves cómo controlas tú mejor que yo mis escritos?
EliminarUn fuerte abrazo, Karima.
Tú los escribes con tu genialidad y yo los controlo mejor con mi buena memoria. Buen tándem. Por algo soy tu representante ¿o no? :)
EliminarPues sí, mi mejor representante.
EliminarCreo pediría unos dias en ese pabellón, así me espabilo un poco . Hermoso e ingenioso relato :)
ResponderEliminarAl ser hombre no corres el riesgo de ser cuerda (en todo caso cuerdo) y de que te utilicen como instrumento para ahorcarse.
EliminarCada vez lo tengo más claro, a veces hay que dejar de lado la cordura y actuar con el corazón. Hace falta un poquito de locura.
ResponderEliminarMuy bueno, Macondo.
Besos alocados.
Se juntaron el hambre con las ganas de comer, porque la enfermera no podía aparcar la cordura en su trabajo y los locos necesitaban una cuerda.
EliminarGracias, Carmela.
Besos.
Todo concuerda. Los locos y la cuerda.saludos, Teresa.
ResponderEliminarAsí es, Teresa. Todo concuerda.
EliminarFíjate, tantas medidas de seguridad y al final, donde menos se espera, salta la cuerda.
ResponderEliminarEl enemigo estaba en casa, como Judas.
EliminarEstá visto que es mejor tener un punto de locura, que ser cuerda, la locura puede elegir, y la cuerda solo es un instrumento para la locura
ResponderEliminarbesos y buena semana
Nada es bueno absolutamente, ni la cordura, ni la locura.
EliminarBesos y que sea buena también para ti.
Tema totalmente TORO SALVAJE, pero tu chispa es la cereza del pastel!
ResponderEliminarjajaja muy requetebueno! =)))
Muchas gracias, maja.
EliminarBesos.
Cachis, con esta cordura, prefiero ser orate, del todo todito todo
ResponderEliminarUn abrazo
Mucho mejor orate, no vayas a comparar.
EliminarUn abrazo.
Y yo que llevo un tiempo alejada de los blogs, lo que me estoy perdiendo. En esta sí que has rizado el rizo Chema. ¡Qué sorprendente e ingenioso final!
ResponderEliminarAbrazo inmenso :)
Muchas gracias, María Pilar. Da gusto cuando te leen con ojos de amiga.
EliminarOtro abrazo para ti.
Brutal! este ha sido brutalmente bueno!. Es increíble el dominio que tienes de las palabras y sus múltiples significados, el como puedes retorcer la historia para acomodarla y sorprender siempre...
ResponderEliminarTremendamente bueno.
Besos.
Los significados ahí están. No hay más que cogerlos y mezclarlos.
EliminarMuchas gracias, Eme.
Besos.
Ese hospital no es para cuerdos/as....
ResponderEliminarChema no me canso de repetirte que tienes una imaginación muy trabajadora, que bárbaro.
Cantidad de besos y abrazos todos para ti.
Puri
Todos me los quedo para mí y al que ose querer quitarme alguno le pego un mordisco.
EliminarMuchos también para ti, Puri.
Imaginación al poder. Me gusta que los relatos tengan final feliz para variar (teniendo en cuenta siempre, por supuesto, que la felicidad es relativa: acabaron todos muertos, pero felices: ¿un guiño subconsciente por tu parte o por la mía a los Grateful Dead?). También cabría preguntarse por la enfermera: no dices si acabo muerta, aunque seguramente sí que muy ESTIRADA de tanto uso.
ResponderEliminarUn placer leerte, como siempre.
La suerte de la enfermera queda a la imaginación del lector.
EliminarGracias, Alfredo.