Supieron explotar la preocupación y el gusto de la gente por volver a consumir y paladear alimentos naturales. Funcionó el boca a boca y su modesto restaurante se puso en candelero. Apetecía coger el coche y desplazarse unos cuantos kilómetros para respirar un aire más puro, comer auténticos huevos de gallina de corral, disfrutar con el sabor de las legumbres recién cogidas del huerto, deleitarse con los productos de un cerdo de confianza, relamerse con postres como los que hacía la abuela, beber un más que honesto vino de la casa y degustar el pacharán preparado en familia con endrinas de por allí.
Nadie pareció darse cuenta de que la ampliación del negocio se fue haciendo a costa de convertir el gallinero en un segundo comedor, la cochiquera en otra despensa y el huerto en un aparcamiento. La intoxicación alimentaria de unos cuantos clientes puso de manifiesto que los espárragos eran de lata. El botulismo delata.
Nadie pareció darse cuenta de que la ampliación del negocio se fue haciendo a costa de convertir el gallinero en un segundo comedor, la cochiquera en otra despensa y el huerto en un aparcamiento. La intoxicación alimentaria de unos cuantos clientes puso de manifiesto que los espárragos eran de lata. El botulismo delata.
Vaya piratas, no de galeón, sino de lata.
ResponderEliminarSaludos.
La gente que va de más exquisita es la más fácil de engañar. Y no quiero decir con eso que me parezca bien. Fraude al fin y al cabo.
EliminarSaludos.
jajja muy bueno y muy, me temo, común hoy en día.
ResponderEliminarUn beso.
Lo del gato por liebre está a la orden del día.
EliminarBesos, Carmela.
Que bio ? Con la lluvia podrida y el sol con nitrato !
ResponderEliminarCada vez estamos más dispuestos a aceptar que el fin justifica los medios.
EliminarQué bueno, Chema. Yo no compro bio ni de coña ( por lo que dice manouche), me parece un timo todo.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Celia.
EliminarBesos.
Para comprar productos ecológicos, que no es lo mío que bio, hay que saber que tienen que llevar un sello especial, todo lo que no lo lleve, lleva sulfatos. Y nos intentan timar en muchos sitios. Como siempre, buen juego de palabras!
ResponderEliminarGracias, Marikosan.
EliminarEsto me ha recordado un chiste muy antiguo, ¿te lo cuento?
ResponderEliminarPor si acaso la respuesta es "Sí":
Entra un señor a un restaurante, se acerca a la barra y va mirando los platos allí expuestos:
-Oiga, ¿la merluza es de confianza?
-Y tanto, lleva ya un mes con nosotros.
Éste también se delató, ¿eh? :)
Así me gusta a mí la merluza, de las de toda la vida. XD.
EliminarMe han contado de uno que marcaba con un boli los palillos de las tapas de los bares. En algunos no renovaban ni los palillos.
¡Ya basta de tanta lata!
ResponderEliminarAbrazos
Es una lata, sí.
EliminarUn abrazo.
Menudos sinvergüenzas... Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarSupongo que empezarían honradamente, pero no quisieron adaptarse a sus posibilidades y la pifiaron. Nada original, por otro lado.
EliminarBesos.
O sea, la impostura como forma exprés de hacer negocio. Menos mal que el pan no se enlata todavía, porque a mí me gusta mucho y podría pillar el "boludismo" ese.
ResponderEliminarSí que está dando juego tu superdiccionario, genio. Por cierto, me acabo de enterar en el telediario que Gaudí era royo como tú.
Un fuerte abrazo y buena tarde de domingo.
Si es por el pan yo también pillaría eso, porque soy panero como tú.
EliminarEl diccionario tiene más de mil palabras, o sea que fíjate el juego que puede dar si lo exploto bien explotado.
Iba a decirte —por lo de royo— que lo bueno abunda, pero la verdad es que en esta tierra no se ven muchos. Algún anglo perdido y algún bicho raro como yo.
Buena tarde también para ti.
Un fuerte abrazo.
jajajaja Si que delata si...jajaja
ResponderEliminarSalud
Es que los espárragos de ahora ya no son como los de antes.
EliminarSalud, Genín.
Los delato el uso de productos enlatados, osease conservados en una lata, es este caso en mal estado :)
ResponderEliminarSaludos.
Que quede constancia.
EliminarSaludos, Alfred.
Ya sólo con el título me he reído, Macondo. Muy bueno, alguna vez incluso he sufrido esa maldición: la de que un restaurante que me gustaba mucho cambiase de proveedores y los productos fuesen peores. Por que claro, rara vez he podido ir a uno que los productos fuesen suyos :D
ResponderEliminarParece que últimamente me ha dado por títulos redundantes o cacofónicos: "Decantarse por cantar" y "Delata que son de lata".
EliminarLos cambios de dueños son peligrosos, si. Para los clientes y también para los nuevos dueños, porque muchas veces no saben cogerle el aire que los anteriores le habían dado al restaurante para hacerse con una clientela y se la juegan.
! Que pena ! con lo idílico que parecía y al final acaban dando la lata.
ResponderEliminarSaludos
Ya sabes aquello de que la avaricia rompe el saco.
EliminarSaludos, Ámbar.
Esas importantes dudas son las que nos tienen un poco angustiados. España, es uno de los principales países productores de estos alimentos ecológicos, aunque todavía a día de hoy son casi prohibitivos por su elevado precio. Pero cuando nos decidimos a comprarlos ¿Cómo los distinguimos? Y aunque no se puede asegurar que sean peores, tampoco se puede decir que son más saludables. No hay evidencias suficientes para asegurar que los productos ecológicos sean más sanos.
ResponderEliminarO sea...todo por la pasta.Y mientras algunos forrándose, como siempre.
Besos Chema.
En muchas ocasiones los productos naturales no se buscan porque sean más sanos, sino porque son mejores al paladar. Se supone, aunque no siempre es cierto, que quien así actúa es porque sabe distinguirlos.
EliminarBesos.
Los delató la avaricia. Muy bueno el relato, y muy real
ResponderEliminarFeliz semana
Gracias Marijose.
EliminarFeliz semana también para ti.
Ni como defenderse!
ResponderEliminarmuy bueno Chema, por cierto que acá, al menos, espárragos todavía hay sin enlatar, es el tiempo en que los ofrecen hasta en los semáforos!
besitos ♥
Aquí también hay sin enlatar, aunque no he visto ofrecerlos en los semáforos
EliminarBesos.
Madre mia....no ha pasado un inspector de sanidad por ahí??
ResponderEliminarA lo mejor se arreglaban con él dándole espárragos.
Eliminar:)Crecer mucho no siempre es bueno ;)
ResponderEliminarNo. Hay que crecer con cabeza.
Eliminarno nos morimos porque aún no nos ha llegado la hora, que si no....!
ResponderEliminar,madre mía
Efectivamente.
Eliminaren cuanto he leído pacharán y endrinas, he dejado de leer.. es ver pacharán y recordar cariñena y sus bodegas.. que el vino muy bien, pero jodo que grande el pacharán!!
ResponderEliminarA ti es que la birra se te queda corta.
EliminarBesos.
Vaya manera de dar la lata ¿verdad?
ResponderEliminarBello tu relato.
Besos.
Gracias.
EliminarBesos.
Y es que en esta vida (casi) nunca encontramos lo que esperamos.
ResponderEliminarMi abrazo
Sorpresas que da la vida.
EliminarOtro abrazo para ti, Athenea.
El precio de la fama... Y anda que los comensales... vaya gourmets!, ni cuenta se dieron del cambio!. Ahora enfermos de botulismo....menuda lata.
ResponderEliminarBesos, mago.
Como los que ponen los ojos en blanco con un Don simón metido en una botella de Vega Sicilia.
EliminarBesos, maja.
Nunca se puede saber que viene dentro de una lata. No tiene la facilidad de la lampara de Aladino que al frotarla ya sabemos quien aparece. Buen escrito
ResponderEliminarGracias, Demian.
EliminarSaludos.
Es una lata eso de tener que comer de lata, mejor el puchero de toda la vida.
ResponderEliminarBesos enlatados Chema.
Puri
Ni punto de comparación, desde luego.
EliminarLos míos frescos, Puri, que no quiero que corras riesgos de botulismo.
Tan fácil que es distinguir los vegetales de lata por los de huerto, cómo cayeron en el engaño.
ResponderEliminarBeso
Es que hay gente que va de entendida y luego no tiene ni idea. Pasa lo mismo con muchos que entienden de vinos.
EliminarBeso.
No se puede crecer indefinidamente cuando los recursos son limitados, una simple cuestión matemática, y si sigue creciendo y creciendo sin parar, ahí hay algo que escama y que quien no lo ve es porque no quiere verlo.
ResponderEliminarMuy buen relato, amigo.
Tu "La cena de Navidad" —que acabo de leer— y este podrían ir en el mismo saco.
EliminarGracias, Alfredo.
SIIII!!! Sin duda era el mismo cocinero. Apunta el nombre, para no ir jamás a su restaurante.
EliminarGracias a ti.
Anotado queda.
EliminarSaludos.