CUENTO CLÁSICO REINVENTADO
Había una vez un padre con tres hijos varones. El mayor nunca le creó problemas, porque era muy estudioso y trabajador. Cuando terminó la carrera encontró un magnífico trabajo. Sus jefes estaban encantados con él y, en poco tiempo, lo ascendieron a uno de los puestos de más responsabilidad y mejor remunerados de la empresa. Al mediano nunca le gustaron los estudios, pero en cuanto pudo los abandonó para montar un negocio, que hizo prosperar con su aptitud, trabajo y tesón. Al pequeño, sin embargo, no le gustaba ni estudiar ni trabajar. Además de no hacer nada de provecho, se pasaba el día refunfuñando. Así iba malgastando monótonamente su vida, hasta que se encontró una bobina con el hilo de oro encima de su cama. La tomó entre sus manos y se dio un susto morrocotudo cuando vio que le hablaba:—Ya puedes tratarme con mimo, porque tu vida está representada por el hilo que recojo. Conforme la una va transcurriendo, el otro se va desenrollando de mí. A partir de ahora te concedo la posibilidad de tirar de él, pero ten en cuenta que lo que saques no podrás volver a enrollarlo.
Con la curiosidad de saber qué le deparaba el futuro, desenrollo un trozo de hilo. Observó que se había hecho militante de un partido político, en el que encontraba una ocupación acorde con su nula preparación, vagancia y falta de principios. Con cuidado de no dejar transcurrir demasiado tiempo, sacó otro tramo. Comprobó que se había convertido en diputado y se encontró justo en uno de los momentos en que estaba desarrollando su actividad favorita. No quiso desaprovechar la ocasión y ató con un fuerte nudo esa parte del hilo a la bobina.
Y de esta forma congeló su vida en ese instante y pudo pasar a la eternidad robando.
Por desgracia este cuento es la pura realidad del país.
ResponderEliminarNos roban desde hace ni se sabe... y lo peor es ver la gente votando a los ladrones...
Saludos.
El problema es que en cuento tocan poder roban todos, aunque lo lógico sería cambiar hasta que salgan unos que no lo hagan.
EliminarSaludos.
Un cuento con un final muy cierto, creo que los políticos íntegros y que miren por el pueblo es una especie a extinguir.
ResponderEliminarSaludos
Esos que tu dices o se corrompen o se aborrecen de estar en minoría y se van para su casa.
EliminarSaludos, Matías.
Muy acertado, Macondo.
ResponderEliminarEstamos en el nova más de la desgracia.
Es lo que hay, Tecla.
EliminarGracias.
Sin duda un cuento clásico que no puerde fuerza en el mundo actual.
ResponderEliminarFantástico.
Besos
La verdad es que esta adaptación casi no ha tomado del original más que la bobina.
EliminarGracias, Nieves.
Besos.
Un cuento adaptado a estos tiempos. El final, totalmente cierto. Así nos va... ¡Saludos!
ResponderEliminarEntre chorizos anda el juego.
EliminarSaludos.
De francesa con nuevo presidente, dejame con mis illusiones ....
ResponderEliminarClaro que sí. Ojalá tengáis mucha suerte con él.
Eliminar¿Será ésta la nueva "utilidad de lo inútil"? Parece que sí, porque cada vez estoy más convencida de que estamos gobernados, además de por ladrones (que es un "pecado" muy indignante) por necios.
ResponderEliminarFeliz semanita, Macondo.
Sí pero "tonto, tonto, mierda, mierda", que se dice por aquí (Aragón).
EliminarFeliz semana, Sara.
Es la realidad que tenemos y encima se les sigue manteniendo en el puesto.
ResponderEliminar¿Quiénes son los tontos?
Besos
Nosotros, desde luego.
EliminarBesos, Conxita.
Esos políticos se reproducen más rápido que las cucarachas. Se convirtieron en plaga que nadie puede ya controlar.
ResponderEliminarBuen domingo Chema
Menuda gentuza. Encima van dando lecciones de respetabilidad.
EliminarBuena semana que viene, que el domingo ya se termina por aquí.
Y lo peor de todo es que, sabiéndolo, seguimos votándolos.
ResponderEliminarBesos y feliz tarde, Macondo.
Se puede ir cambiando, aunque he llegado a la conclusión de que están todos cortados por un patrón parecido. En cuanto tocan poder, adiós muy buenas.
EliminarBesos, María.
No está bien decir que todos los políticos sean unos ladrones, aunque supuestamente, todos los ladrones sean políticos.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Quieres decir que todos son políticos, como adjetivo, aunque no se dediquen a la política?
EliminarUn abrazo, Alfred.
Jajajaja, ¡qué bueno!Más de uno quisiera ser el protagonista de este cuento.
ResponderEliminarPara quedar congelado su latrocinio sin el riesgo de ser pillado, ¿no?
EliminarY a robar viviendo del cuento...
ResponderEliminarBesos.
Nunca mejor dicho.
EliminarBesos, Carmen.
Si, es lo que hay, una foto muy real... :(
ResponderEliminarSalud y abrazo
Tristemente real, sí.
EliminarSalud y abrazo, Genín.
Y tirando tirando se fue forrando y tu protagonista dejó de tirar para robar hasta hartar.
ResponderEliminarDe esa bobina muchos querían tener para tirar y tirar.
Besos Chema como siempre genial tu cuento.
Puri
Gracias, Puri.
EliminarBesos.
Del cuento es de lo que viven TODOS los políticos que nos gobiernan, nos han gobernado y me temo que incluso los que nos quieren gobernar.
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Querer gobernar quieren todos. Es la puerte a la corrupción.
EliminarUn abrazo, Irma.
Y colorín colorado, este cuento no ha acabado. Por desgracia, claro. Saludos.
ResponderEliminarDesgraciadamente no. Es el cuento de nunca acabar.
EliminarSaludos.
Jajaja, qué bien lo has descrito. Por desgracia podríamos poner nombres y apellidos, y nada, no escarmentamos y ahí siguen.
ResponderEliminarBesos.
Se excusan en que ovejas negras hay en todas partes, pero las de su partido las tapan hasta que no les queda más remedio que reconocer la evidencia, por lo que son corruptos por complicidad.
EliminarBesos, Marigem
No sé cual es la razón pero, desde que he empezado a leer el cuento, intuía que el tercer hijo iba a dedicarse a la política.
ResponderEliminarBesos
Además de por ser intuitiva, será porque llevo alguna entrada metiéndome con los políticos o porque me vas conociendo como si me hubieses parido.
EliminarBesos.
Hay lo tienes a Macron que vio en la política un medio de vida
ResponderEliminarAbrazos
Buen relato, descarnado más muy real.
EliminarFuerte abrazo.
Como tantos otros, Chaly.
EliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
Dulce, irónico, divertido cuento. Cuando vemos que lo que nos cuenta es la propia realidad que estamos viviendo ya no nos parece tan dulce ni tan divertido.
ResponderEliminarUn abrazo, Chema
Tiene poca gracia ver lo que se aproxima a la realidad, tienes razón.
EliminarUn abrazo, María Pilar.
Loable acción de humanitario campesino. XD
ResponderEliminarSaludos, Julio David.
Moraleja, moraleja... Si te contara lo qué me gustaba la política y ahora es como si me ponen alfileres, ¡qué asco les tengo a todos!...Un besito
ResponderEliminarA mí nunca me ha vuelto loco, pero ahora me sucede como a ti.
EliminarBesos.
Bueno, ya se sabe: Roba, roba, que algo quedará...
ResponderEliminarUn abrazo
Les queda casi todo. Con estar un rato en la cárcel (los que están) parace que ya han cumplido.
EliminarUn abrazo.
El muchacho sería vago, pero nada estúpido.
ResponderEliminarSaludos.
Como buen político.
EliminarSaludos.
ACTUÓ NORMAL, COMO LO HACEN ESOS VAGOS. EXCELENTE CUENTO!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Gracias.
EliminarUn abrazo.
Me ha recordado a muchos políticos, y sobre todo a las escorias que hemos tenido en Valencia durante tantos años. Por ejemplo Eduardo Zaplana, cuando empezó en el mundo de la política, los micrófonos lo captaron diciendo que él entraba en política para "forrarse".
ResponderEliminarAbrazo Macondo
En Valencia las ha habido muy sonadas, pero en todas partes cuecen habas. Menuda gentuza.
EliminarUn abrazo, Rafa.
Ese político, ya se sabe, abunda, porque no le guata trabajar ni estudiar :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Encuentra una salida airosa a sus carencias y pocas ganas de trabajar.
EliminarUn abrazo.
Robar... Robar... Que intenso placer sienten algunos por ello
ResponderEliminarUn abrazo
Es que para algunos es la profesión.
EliminarSigo pensando lo mismo.
ResponderEliminarOjalá salgan algunos que no roben... pero no sé yo eh...
Saludos.
Yo tampoco lo sé. O más bien me lo temo.
EliminarSaludos.
Jajaja que bueno, es verdad es lo que hacen, ellos se llenan los bolsillos a nuestra cuenta, así que una esta desengañada de la política. Claro que nosotros tenemos mas culpa que ellos por votar.
ResponderEliminarBesos.
Se aprovechan de que consideramos mejor votar al que consideramos menos malo que no acudir a las urnas.
EliminarBesos.
Genial moraleja, tristemente de actualidad, no es un cuento, el cuento lo viven los políticos que jamás deberían gestionar altos cargos de responsabilidad y de interés general: ni saben ni se preocupa por intentarlo,están ocupados espiandose entre sí, para echarse toda las mierdas respectivas entre sí, ni puñetera idea de buscar soluciones eficaces...
ResponderEliminarVamos de mal en peor y nos cuesta carísimo y estamos angustiados...
Te pongo un Sobresaliente y medio.
Besos.
Muchas gracias, maja.
EliminarBesos.
No todos roban, pero que se puede esperar de un país donde hasta la mas alta autoridad del estado, "se los lleva fresquitos".
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo, Juan.
EliminarNo todos son iguales, ni roban. Pero que vamos a esperar de una sociedad, no sólo política donde hay falta de liderazgo desde hace casi 20 años. Todos tenemos nuestra parte de culpa, más la clase política hace mucho tiempo que murió. No hay más que camorra y luego criticamos a italianos o argentinos o el país que sea. Pero si en España desde el lazarillo de Tormes solo existe la picaresca.
ResponderEliminarGracias por compartir este post, Chema. Pero anótalo bien donde quepa bien alto: Sabes por quién estamos dirigidos también a nivel privado? por gente que gana más de 100.000 euros año que ven "Sálvame" de tele5. Creo que con esto, está dicho todo. Que cada cual saque sus propias conclusiones. No lo digo por decir. Tengo estadísticas que lo demuestran. Así que o empezamos a llevar nuestra sartén como debe ser y no dejemos que esas prestaciones las hagan desde fuera de casa.
Un abrazo gigante y feliz domingo, Chema !!!
Una de las profesiones más en auge en los últimos tiempos es tratar de vivir del cuento. Lo triste es que a muchos les va muy bien y cunde el ejemplo.
EliminarUn abrazo, Joaquín.
Real como la vida misma. ¡Qué más se puede decir! Hoy en día lo mejor es hacerse político. ¡Qué pena!
ResponderEliminarFeliz domingo, Chema
Así es, Rita. Así de triste.
EliminarFeliz domingo, aunque se esté terminando. Feliz próxima semana.
Hay que tener fe en los políticos. Este, cuando se de cuenta de que, entre otros, está robando a sus hermanos, dejara de hacerlo.
ResponderEliminarIncluso devolverá lo que había robado antes 🙃 (según parece, este es el emoticono para el sarcasmo y la ironia, lo aclaro porque no lo veo claro)
No te hacía falta el emoticono, que se te había pillado la idea.
EliminarUn cuento muy actual y sin fronteras.
ResponderEliminarSaludos.
En todas partes cuecen habas, sí. Aunque no sirva de consuelo.
EliminarSaludos.
Tanta dedicación al escaño buscando soluciones a los problemas cotidianos de los ciudadanos, para acabar tan mal juzgados.
ResponderEliminar;)
Somos unos ingratos.
EliminarUn abrazo.
Me duele decirlo que los políticos de un país son la muestra alícuota de su población,...
ResponderEliminarTriste conclusión, desde luego, aunque no digo que no esté de acuerdo con la misma.
Eliminar¡Maravilloso! Retrata a la perfección a los políticos de mi país. Crecen siendo unos buenos para nada, de adolescentes se afilian a algún partido político, lamiendo botas llegan a puestos importantes y después no hay manera que suelten el perol, se quieren eternizar en el cargo para cometer fechoría tras fechoría.
ResponderEliminarFuerte abrazo Macondo.
Del tuyo y de tantos otros. En todas partes cuecen hablas. Por aquí, a calderadas.
EliminarUn abrazo, Miguel.
Como ya te han comentado un relato que sigue siendo actual.
ResponderEliminarBesos.
Tristemente.
EliminarBesos.
¡AY! Qué impactante :S
ResponderEliminarLo de todos los días en casi todos los países, me temo.
EliminarUn cuento con una moraleja no muy edificante, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mi intención no era que el final sirviera de ejemplo, claro está. :)
EliminarUn abrazo.
Con este cuento que rehilas, qué duro matracazo a los políticos, que bien tienen ganada esta adjetivación de vagos y cleptómanos. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarEl matracazo que se merecen, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Se ve que ese hilo esta muy repartido últimamente, aunque bastante mal. Impactante e interesante el relato, y de una actualidad brutal, sí señor.
ResponderEliminarUn abrazo!
Lleva tiempo de actualidad, Pepe.
EliminarUn abrazo.
Ayyy me parece ver a tantos políticos de nuestro país atando ese nudo :))
ResponderEliminarBesos
Y lo prieto que lo hacen.
EliminarBesos.
Muy real.
ResponderEliminarAbrazo, feliz martes.
����
Como la vida misma.
EliminarUn abrazo.
No conozco el cuento original, pero sin duda tu versión es certera y atinada, por desgracia.
ResponderEliminarUn saludo.
En el cuento real le mata la curiosidad porque, tirando del hilo por conocer su vida, la termina en unos instantes.
EliminarUn saludo, Ángeles.
Un cuento que, extrapolado a la vida real, es muy real, a pesar del cuento que se gastan… (Un poco lío, pero yo me entiendo jajaja)
ResponderEliminarY es que, entre malo y más malo, nos quedamos con malo.
Es curioso que, después de tantos años, y desgraciadamente, aún sea un tema de actualidad…
Siempre un placer leerte, querido amigo.
Abrazo grande, y muy feliz día 😘
Lo que realmente lo hace actual es lo que le he cambiado. El cuento original es como le cuento a Ángeles inmediatamente arriba.
EliminarUn abrazo.
A eso me refería; que lo publicaste en el diecisiete, y es un tema que sigue a la orden del día.
EliminarNo conocía el original. Gracias! 😉
Me reafirmo en mi comentario anterior. Son muchos los que encontraron ese hilo de oro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Demasiados, sí.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Macondo! ¡Ah! Ahora lo entiendo todo sobre ese cáncer, la clase política, que padecemos como sociedad. Desde luego que un día tendríamos que acercarnos por allí con unas tijeras e ir, a izquierda y derecha, cortando hilos de oro a tanto vividor del cuento. Fantástico microcuento. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarMuchas gracias, David.
EliminarUn abrazo.
Real como la vida misma, y a ver cuando nos enteramos que ya es hora de dar paso a sabia nueva, y aunque se corre el riesgo de que se corrompan también, de momento no lo son. Lo que no podemos seguir más es como estamos, viendo como el número de corruptos aumentan por día, y nos quedamos todos tan pancho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Es es cuento de nunca acabar. Dar paso a los jóvenes, para que terminan siendo más o menos lo mismo.
EliminarUn fuerte abrazo, Manuel.
El cuento refleja algo que pasa en la realidad, y no pocas veces.
ResponderEliminarAsí es, Alexander.
EliminarCuando el vicio se convierte en virtud hay que erradicarlo como a las malas hierbas. Digamos que habría que hacer una buena "poda" de políticos y autonomías.
ResponderEliminarUn abrazo.
El problema es que a "ellos" no les interesa tomar iniciativas de ese tipo, porque van en contra de sus "intereses".
EliminarUn abrazo.
La bobina será mágica, pero no parece muy justa. Es que encima les acompaña la suerte...
ResponderEliminarBesos
Quizá es porque la vida tampoco es justa.
EliminarBesos.
Así es amigo. El que entra en ese gremio sin dar ni golpe se asegura el sueldo Nescafé, aunque no gaste el producto, de por vida.
ResponderEliminarBuen fin de semana. Cuídate.
Un abrazo.
Muchas veces hay uno que tomo todos los días el Nescafé, otro que lo compra y el que manda la etiqueta, que ni siguiera le gusta.
EliminarBuen fin de semana.
Un abrazo.
Hola Macondo, feliz vuelta de vacaciones.
ResponderEliminarMe vuelves a sorprender con este cuento que, aunque es la primera vez que lo leo, parece que lo representan en la televisión todos los días. Al principio me parecía estar dentro de El gato con botas por aquello de los tres hijos. ¿Eres tú su autor?
Al final, no era tan tonto el chaval porque congeló esa parte de la bobina en que le permitía vivir del cuento.
Debe de haber montones de bobinas repartidas por España.
Un saludo Macondo.
Este, como los otros, son cuentos clásicos a los que les doy mi toque personal. En cuento real termina con que la curiosidad del poseedor de la bobina lo lleva a la vejez y al borde de la muerte en unos instantes.
EliminarUn saludo, Conchita.
Hola Chema sigue siendo tan actual tu cuento. Da rabia pensar que hay cosas que no cambian y la inutilidad de algunos que siguen enganchados en su hilo de oro que les permite vivir de fábula mientras otros sufren las consecuencias de su ineptitud y mal hacer.
ResponderEliminarBesos
Así es, Conxita.
EliminarBesos.
Tu cuento que casa bien tu prota con "Mi mentira" jeje, ellos los crian, tiran del hilo, después de la saca y ya puestos, robarán a los propios ladrones. Ojalá, ellos se crian y luego se arre, arre, juntan. Abrazotes Chema.
ResponderEliminarGracias por pasarte y comentar, Emerencia.
EliminarUn abrazo.
No es un buen refrán ese de los cien años de perdón por robar a un ladrón.
ResponderEliminarUn abrazo.