Pensaba escribir un relato para participar en los Microrretos de El Tintero de Oro, pero me he ido tanto del argumento ofrecido por el generador que ha terminado por no tener nada que ver con él. No he querido retocarlo, porque el resultado hubiese salido forzado. En consecuencia, por respeto a quienes se han currado amoldarse al planteamiento del reto, he pensado que lo mejor es publicarlo al margen de la participación en el mismo.
NOTA:
Informado por David Rubio de que este relato encaja perfectamente en las normas que él mismo estableció y animado también por otros compañeros, he decidido no ser más papista que el Papa y solicitar que sea incluído en los Microrretos.
El argumento del generador en el que me inspiré fue el siguiente: Una joyera que no tiene capacidad para distinguir hombres de mujeres y un cómico sin éxito que se alimenta solo de comida rápida, investigarán la desaparición de una bailarina de un club de adultos, pero la madame de un burdel se cruzará en sus caminos, en una historia trepidante que habla sobre el rencor y la enfermedad.
Corrían aquellos tiempos en los que objetos y humanos se relacionaban de tú a tú sin problemas, independientemente de qué cosa o quién fuera cada uno.
Cuando decidieron que había llegado el momento de ponerse las caras, tras estar más de un año chateando todas las noches, Javier propuso que sería conveniente dedicar una sesión a convertir en enteras las verdades a medias que ambos se hubiesen contado. Algo así como una confesión, con el compromiso de absolución por la otra parte. Susana iba a salir por fin de dudas sobre si su profesión de joyero era real o se la había inventado para competir con su indiscreción, puesto que le había dicho que su vida estaba estrechamente vinculada al dinero. Lo que sí consideraría imperdonable sería que le confirmara su sospecha de que le había engañado también en su sexo.
El resultado fue que la mentira de
ambos coincidió en haber querido humanizar su condición de objetos. Javier era
un coqueto joyero de piel donde guardaba sus joyas personales la acaudalada
mujer propietaria de Susana, robusta caja fuerte encargada de custodiar su
dinero negro pendiente de blanqueo. Él siempre dentro del armario y ella oculta
detrás de un cuadro, desconocían lo
relacionados que estaban y lo
cerca que vivían el uno del otro.
Muy buen relato.
ResponderEliminarMe gusta.
Muy ingenioso el final.
En los humanos puede que ocurra algo parecido...
Saludos.
Muchas gracias.
EliminarCelebro que te haya gustado.
Saludos.
Lo primro por tu ética bloguera, ¡chapeau!, me descubro ante tí por el respeto que hacia tus compis del reto.
ResponderEliminarY después, de nuevo felicitarte por ese magnífico y originalísimo relato.
Un fuerte abazo.
Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn fuerte abrazo también para ti.
En este mundo de la red todo es posible,... Muy buen relato con ese final imprevisible.
ResponderEliminarUn abrazo!
Es posible hasta que alguien escriba un relato tan raro.
EliminarCelebro que te haya sorprendido el final.
Un abrazo.
No sé cuál era el argumento que te tocó al azar, pero el relato que has escrito me gusta mucho.
ResponderEliminarBuena práctica ésta de revelarse las verdades a medias antes de conocerse. Lástima que las hayan sentido necesarias al principio.
Besos
No he puesto el argumento, porque ya no hacía falta, pero tampoco es un secreto. Es el siguiente: "Una joyera que no tiene capacidad para distinguir hombres de mujeres y un cómico sin éxito que se alimenta solo de comida rápida, investigarán la desaparición de una bailarina de un club de adultos, pero la madame de un burdel se cruzará en sus caminos, en una historia trepidante que habla sobre el rencor y la enfermedad".
EliminarEn este caso las aclaraciones eran imprescindibles, porque menuda papeleta esperar a un señor que vende joyas y encontrare a un estuche que las guarda. O a una señora pudiente y que te llegue una caja fuerte con toda su contundencia.
Besos.
Pues por no coincidir con unas normas previas, hemos podido gozar de un buen relato. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Celebro que te lo haya parecido, Alfred. Las gracias a ti, por tu generosidad en el juicio.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno, sorprendente.
ResponderEliminarMe hubiese gustado saber si de todas maneras hubo retoques en el camino o esto salió de un tirón.
Creo que no importa tanto atenerse a las propuestas ya que la idea es que el anfitrión ponga la primera piedra pero luego es dejar volar la imaginación.
A mí me gustó mucho, así como está.
Abrazos
Gracias.
EliminarNo sé si te refieres al relato. En realidad empecé con fijarme en que había una joyera. Deseé que hubiera sido joyero, para poder jugar con el doble sentido (persona/objeto) que se le podía dar a la palabra en masculino. A partir de ahí me desligué totalmente del argumento.
Lo que me importa es que te haya gustado.
Abrazos.
¡¡Está muy bien¡¡
ResponderEliminarEnhorabuena, besos¡¡
Gracias, Amapola.
EliminarBesos.
No sé hasta qué punto difiere este relato con el que debía cumplir con las premisas del reto, pero te ha quedado muy bien. Los objetos "humanizados" dan para mucho, incluso para unas relaciones personales que, por desgracia en este caso no llegarán a consumarse en una relación más íntima, a pesar de la cercanía, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Josep Mª.
EliminarUn poco complicada parece la intimidad entre un frágil joyero y una poderosa caja fuerte de cien kilos, pero todo es ponerse.
Un abrazo.
No sé como serían los otros relatos y si este se atiene a "las normas". Lo único que sé es que me ha gustado mucho por su originalidad e ingenio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues eso es lo importante, Juan.
EliminarUn abrazo.
Buen relato, he disfrutado.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.Pronto estoy de vuelta.
🤗💙
Me alegra que te haya gustado, Carmen.
EliminarEsperamos tu regreso, remolona. :)
Un abrazo.
¡Qué original el relato! Me ha encantado leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo, macondo
Celebro tu generosa opinión, Rita.
EliminarUn abrazo.
Bueno, pues la premisa de objetos que se hablan e interactúan entre sí es muy atractiva. Además, lo hacen por internet y a medias verdades, muy humano también. No sé por qué, pero es algo destacable que hayas relacionado mentiras con dinero, y además negro, ja, ja.
ResponderEliminarMe ha gustado, muy bueno el giro final, donde se entiende su naturaleza y se descubre su parentesco. Yo creo que sí estaría dentro de mas premisas del Storinator, o por lo menos algunas sí las cumple, aunque lo importante de esto es que hayas compartido el relato.
Un abrazo, Chema.
Me daba rabia lo que se habían currado otros compañeros una mínima vinculación al texto del generador y lo prácticamente nula que estaba en mi relato, aunque observo que muchos la consideráis suficiente. El primero David, organizador del asunto. En cualquier caso, como tú dices, lo importante es haberlo compartido.
EliminarUn abrazo, Pepe.
Un relato con imaginación y enorme buen hacer. Qué bien que lo hayas preservado, porque me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
En la metáfora de los objetos, la realidad humana no está distante. UN abrazo. caRLOS
ResponderEliminarOtro abrazo para ti, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Bravo por tu relato. La propuesta original ya es un relato en si. Parce que hubiera que darle un final, y ya está.
ResponderEliminarLo tenías que haber presentado.
Metes al principio un párrafo diciendo que el humorista resultó muerto al ser atropellado bla, Bla bla.
Amor cosificado, despersonalizado internautico e Interracial (porque las joyas no serían negras, como el dinero, verdad?) Más original, imposoble
A mi me ha gustado mucho
Saludossss
Lo mismo me han dicho otros compañeros con respecto a la participación, incluso el propio David, pero vamos a dejarlo como está. Lo importante es que te haya gustado.
EliminarSaludos.
Muy bueno e ingenioso. Ambos con el denominador común de atesorar bienes (en negro), aunque con muy distinto nivel; hasta en las relaciones de los objetos sucede…
ResponderEliminarTocas varios temas de actualidad, y todo ello, en un original micro.
Me ha encantado, querido amigo.
Siempre un placer leerte.
Abrazo grande, y muy feliz semana.
Muchas gracias Ginebra.
EliminarUn placer que me leas y me comentes. Y un acicate tu generoso comentario.
Un abrazo.
¡Hola, Macondo! ¡Qué bueno! Sinceramente opino que cumple con el reto. La idea del mismo era inspirarse en alguno de los elementos que ofreciera el argumento automático. En el que te tocó en suerte veo ese joyero que no distingue entre hombres y mujeres y esa idea te llevó a este micro en el que los objetos se humanizan en una realidad que no comprenden y, a la par, nos muestra la vida de esa acaudalada Madame. Sin el argumento automático este micro no hubiera visto la luz, así que para mí el reto está superado. Si lo consideras oportuno será genial que incluyas el enlace en los comentarios de la convocatoria e incluirlo tanto en la lista de participantes como en la revista digital. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarTan cierto es que el relato no hubiera salido sin leer el argumento automático, como que luego lo he escrito casi totalmente de espaldas al mismo. Me habéis hecho dudar, entre tú y otros compañeros que me han comentado, pero vamos a dejarlo como está. Habrá más ocasiones para participar.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
Pues a mí me ha gustado mucho tu relato, y el final me ha parecido buenísimo.
ResponderEliminarY además encierra ideas muy acertadas, como esas medias verdades que tanto abundan en la red escondidas detrás de las pantallas.
Muy bueno, enhorabuena.
Un beso
Pues qué mas puedo pedir. Muchas gracias, Carmela.
EliminarUn beso.
Sugerente relato, amigo. Su final me encanta
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Ildefonso.
EliminarUn abrazo.
¡Olé por tu ética para los compis!
ResponderEliminarHe disfrutado esta lectura tan ingeniosa como reflexiva.
Gracias.
Besos.
Muchas gracias, Mari Carmen. Y muchos besos.
EliminarQué bueno el relato. Y, bien mirado, qué simbólico.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Ángeles.
EliminarUn saludo.
Qué bueno Chema, que ingenioso, darle vida al joyero y a la caja fuerte, lo peor es que ambos sean de la misma ricachona, aunque sabiendo como se las gasta estas avarientas criaturas andaran bien protegidas, o por esas, entra un ladrón que revienta a Susana, y deja tirado por los suelos a Javier quedándole solo la piel que habita. Puesto a imaginar, todo puede suceder. Jeje. Un abrazo, feliz martes
ResponderEliminarTu desbordante imaginación casi ha escrito una segunda parte en el comentario.
EliminarMuchas gracias, Emerencia. Me alegra que te haya gustado.
Feliz martes.
Un abrazo.
Me has sorprendido, de verdad no me esperaba ese desenlace... felicitaciones.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias.
EliminarBesos.
Genial, un relato que puede ser comienzo de una novela, yo que tu me lo pensaría...
ResponderEliminarUn abrazo
A mí no me da para tanto la cosa, pero gracias por el consejo.
EliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho el relato, ya era hora de dar voz a los objetos inanimados. El escritor Sergi Pamies empleó ese recurso en "´L´instint" -no sé si ha sido traducido al castellano- cuando intervienen en la trama una maleta y un peluche que cuentan su punto de vista.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Celebro que te haya gustado.
EliminarSaludos.
Los del tintero se lo perdieron amigo y con buena sorpresa final.
ResponderEliminarCuanta imaginación y falsas veerdades se ve en las redes.
Buen otoño. Cuídate.
Un abrazo.
Realmente el que me lo perdí fui yo, porque me hacía ilusión participar y con esa idea empecé el relato. Pero otra vez será.
EliminarBuen otoño también para ti, Laura.
Un abrazo.
Hola Chema muy buena idea el dar vida a los objetos, en este caso el joyero y la caja fuerte ambos guardando las riquezas .
EliminarYa veo que no te animaste a participar. Te esperamos para la próxima convocatoria.
Un abrazo
Puri
Animado sí que estaba. De hecho, la idea de hacerlo fue para presentarlo. Otra vez será, como tú dices.
EliminarUn abrazo, Puri.
¡Qué bueno, Chema! Por favor, publícalo en El Tintero, estás a tiempo, hasta el día 30 no acaba la convocatoria. Es una historia original, ingeniosa, divertida, misteriosa, de enredo... y ese fondo de realidad tan actual. ¿Qué te puedo decir?Tiene todos los ingredientes de una muy buena historia. Capta al lector desde el principio y lo dejas con la boca abierta al final.
ResponderEliminarLlevo leídos muchos microrrelatos últimamente, pero como este, ninguno.
Ya me gustaría a mí escribir algo así y mira qué osada soy que participo.
Chema, te veo en El Tintero
Un fuerte abrazo.
Conste que a mí me apetece mucho participar. De hecho el relato está escrito para eso. David me ha dicho, además, que encaja en las normas. Al final vais a convencerme entre todos.
EliminarSobre lo de que ya te gustaría escribir algo así, no me hagas reír. Ya sabes que me encanta cómo escribes.
Un fuerte abrazo, María Pilar.
Muy buen relato que responde a la propuesta de David para esta inaguración de temporada. Lo agradezco por partida doble, porque comparto el criterio de que cualquier disparador o generador de argumentos para un escritor es ayuda o herramienta y no debería ser dogal o esposa. La fantasía en este caso es satisfactoria a plenitud y la evocación para hacerla real está más que cumplida tal como explicas. Es un gran micro. Gracias
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, que refuerzan mis decisiones de no haberlo modificado para haberlo acercado más al del generedor, y de haberlo presentado por fin a El Tintero.
EliminarOriginal y genuino, Macondo, y como bien dices, aunque no se basa por completo en el generador, te has inspirado en él y te ha salido lo que te ha salido ¡Magnífico!
ResponderEliminarLeí el título como “ETERNAS verdades a medias”, lo que le daba otra connotación al relato. En una segunda lectura, con el título correcto y adecuado a lo que cuentas.
Grande el final de la historia rocambolesca de blanqueo de dinero negro y de un amor imposible, tan cerca y tan lejos el uno del otro.
Muchas gracias, Tara, por lo mismo que le digo a Javier inmediatamente encima.
EliminarNo es bueno que se eternicen las verdades a medias, ni siquiera para el que las dice. Se le termina pillando.
Original y muy ingenioso. Muy buen micro, Chema.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta.
EliminarLa decisión que tomaste, te honra. Yo desconozco si cumplirá los requisitos o no, pero lo que si tengo claro es que es muy bueno y original. ¡Felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Muchas gracias, Manuel.
EliminarUn fuerte abrazo.
La verdad es que en el mundo literario toda relación sentimental es posible, si esta historia la llevamos al plano metafórico, entonces si encontraremos coordenadas y paralelos suficientes como para darnos cuenta que todas las historias y situaciones ocurren en este plano existencial, aunque disfrazadas convenientemente para no ser reconocidas.
ResponderEliminarUn relato con una carga importante de originalidad.
Un abrazo.
Muchas gracias, Francisco.
EliminarUn abrazo.
Estoy encantado de haber llegar al espacio de tu blog, amigo Macondo, pues he podido disfrutar de tu micro: ¡me ha encantado! ¿Fantasía, surrealismo...?, me da igual cómo se encasille a este texto, lo importante es que destila originalidad y clase a raudales, ¡mi más sincera enhorabuena!
ResponderEliminarTe envío un fuerte abrazo, compañero.
Yo también estoy encantado de tu visita, Patxi, a la par que agradecido por tus palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
!Hola Chema!
ResponderEliminarMe alegra que te hayan convencido, pues así colocaste el enlace de este genial relato y no me lo he perdido. Me gustó y me encantó ese final.
Además de creativo e imaginativo, también es reflexivo, pues delata esas relaciones virtuales que se basan en las mentiras y las realidades del mundo del dinero sucio y mal habido.
Es increible como la palabra joyera, te llevó a situarte en una caja para guardar joyas, supongo que por eso de que no tiene capacidad para distinguir entre hombre o mujer, a mi por el contrario, me hace pensar en una mujer que vende joyas, ja, ja. Es lo bueno de las percepciones y la diversidad.
Feliz semana.
A mí también me alegra, porque hayas podido venir a leerlo y comentarlo. Celebro que te haya gustado.
EliminarYo, en principio, también relaciono joyera con mujer que vende joyas, pero empecé a jugar con los generos y me salió la polisemia de joyero, como persona y como objeto. En femenino no le adjudico ese doble sentido, aunque lo tenga.
Feliz semana también para ti.
Es un muy buen relato, Macondo, y me alegra que al final nos lo hayas presentado. Pobrecillos nuestros enamorados; tan cerca y a la vez tan lejos. No auguro nada bueno para su relación.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por tu visita y tu comentario, Bruno.
EliminarUn saludo.
La personificación de objetos o prosopopeya además de ser una interesante figura de estilo narrativo, ayuda a las personas (lectores) a conectar mejor con la idea que esos objetos representan. Y si a esto le unes tu inventiva y buena dosis de ironía el resultado es francamente bueno.¡Felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por tu generoso comentario, Estrella.
EliminarUn abrazo.
Te tengo que felicitar y aplaudir, si yo fuese jurado no me lo pensaba.
ResponderEliminarMe encanta ese joyero y la caja fuerte, has hecho muy bien de no retocarlo, a veces ocurre que por retocar lo dejas fatal, y a ti te ha quedado genial, me quito el sombrero.
Un abrazo y feliz semana amigo
En el Microrreto no hay jurado que valga, ni falta que hace. Es la satisfacción de ver recopilado tu relato con el de otros compañeros.
EliminarUn abrazo y feliz semana también para ti, Carmen.
Sin importar cuantos días me ausente, cuando regreso y te leo siempre me llevo dos cosas: una sorpresa y una gran sonrisa.
ResponderEliminarGracias por ambas.
Un abrazo Macondo.
Pues no sabes lo que me alegro, Miguel.
EliminarLas gracias a ti.
Un abrazo.
Hola, Macondo. Esto de la personificación siempre resulta interesante porque da mucho juego y tú lo has demostrado con creces. Me ha gustado mucho el relato. Un abrazo.
ResponderEliminarCelebro que te haya gustado, Isan.
EliminarUn abrazo.
Objetos a los que has dado vida.Muy ingeniosamente.
ResponderEliminarAyer me acordé de tu avatar,con lo de Quino.
Debe estar triste Mafalda...
Un abrazo.
Gracias.
EliminarBastante gente piensa que soy chica por el avatar. Mafalda es quien hace inmortal a Quino.
Un abrazo.
Hola otra vez Chema bienvenido la club jejejej. Al final te animaste, me alegro, así somos más.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Se me había escapado tu comentario, disculpa.
EliminarPues sí. El mismo David me había dicho que no era necesario más que haberte inspirado en el texto, que fue en realidad lo que ocurrió.
Un abrazo.