CUENTO CLÁSICO REINVENTADO
Un burro, que cargaba sacos sin descanso en un molino, se marchó de su casa cuando se dio cuenta de que el ingrato de su amo, al observar que había perdido facultades como consecuencia de su vejez, iba a pagarle su trabajo de tantos años sacrificándolo. Tomó la determinación de afincarse en Bremen para ganarse la vida como músico callejero. En el camino se encontró con un perro, al que iba a sucederle lo mismo porque ya no servía para cazar. Le invitó a unirse a él para hacer un dúo y aceptó encantado. Parecido ocurrió con un gato y con un gallo, por lo que decidieron formar un cuarteto. Como la ciudad estaba demasiado lejana para hacer el trayecto en una jornada, se les echó la noche encima y buscaron en el bosque algún lugar donde cobijarse. Enseguida vieron la luz de una casa y se acercaron a ella. Por la ventana observaron a una anciana que estaba sacando comida de una cesta para cenar. Desfallecidos como se encontraban, porque llevaban todo el día sin probar bocado, llamaron a la puerta. Cuando les abrió le cocearon, mordieron, arañaron y picaron, dejándola fuera medio muerta para quedarse de okupas. Un lobo que pasaba por allí se la comió. Su nieta lloraba desconsolada en el funeral, porque por culpa del luto le habían hecho teñir de negro su preciosa caperuza roja.
Faltan los antidisturbios pegando palos a los ocupas, y que se llevaran detenida a Caperucita por alterar el orden publico y antisistema.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
Perdón será okupas no.
ResponderEliminarYo también he tenido la duda y lo he mirado en el diccionario de la RAE. Es "okupas". "Ocupas" no viene.
EliminarUn abrazo.
"Okupas" se escribe con K por solidaridda con la letra más marginada del abecedario español, la que no tiene derechos, a la que se le ha vaciado de contenido porque otras prepotentes como la C y la Qu, van presumiendo de una identidad fonética que no les pertenece. La K es rebelde con causa y por eso estaba en todos los panfletos, en los graffitis y en los circuitos marginales de comunicación. El grupo oKupas fueron los que iniciaron ese movimiento en España.
EliminarEl euskera la reivindica, ¿no?
EliminarJopé. Los cuentos en tus manos se nutren de leyendas urbanas. Broma. Pobre caperucita, esos animales domésticos son más peligrosos que un lobo feroz de cunto.
ResponderEliminarUn abrazo
Pobre la abuela. Caperucita al fin y al cabo solo tiene que ponerse luto.
EliminarUn abrazo, Albada.
Okupas, personas que avasallan un lugar y quedarse de dueños.
ResponderEliminar¿Porque esa persona tiene que vestir de luto, si ella no tuvo que ver nada con su muerte?
El luto lo llevan los seres queridos de los difuntos, no sus verdugos.
EliminarEl luto se lleva en el corazon y no en la vestimenta
EliminarEstá claro que la nieta no lo llevaba en el corazón.
EliminarPobres animales, ¿es que nadie piensa en la explotación animal? :(
ResponderEliminarLos cuatro verdugos de la abuela fueron animales explotados.
EliminarPrácticamente, no tenían elección. ¡Pobres!
Eliminar¿Pobres asesinos?
EliminarNunca mejor dicho...
ResponderEliminareste batiburrillo de cuento te ha salido... cojonudo.
Nos vemos
Te agradezco tu generosidad en el juicio.
EliminarNos vemos.
Hay que ver...unos hacen pagar a una pobre vieja lo que les han hecho sus amos y la otra una niña superficial que llora por su capa en lugar de por su abuela...cómo está el mundo de los cuentos!
ResponderEliminarExactamente igual que tú lo he visto yo. Aquí, salvo la abuela, no se salva ni el apuntador.
EliminarLo que nos faltaba, los animales de "okupas"!!!
ResponderEliminar(Pobre Abu, méndiga nieta!)
méndiga = https://www.google.com.mx/search?q=m%C3%A9ndigo+definicion&oq=m%C3%A9ndigo+definicion&aqs=chrome..69i57.6829j0j1&sourceid=chrome&es_sm=93&ie=UTF-8
por si las dudas, puse la definición!!! =)))
PD: para variar no conocía el cuento....quiero decir que nunca antes lo había leído, ni el tuyo ni el de los hermanos Grimm.....me explico?
También podemos culpar al calor, no? :P
Besitos =)))
"Méndiga", otra palabra para el diccionario mexicano-español.
EliminarTe explicas perfectamente.
Yo ya no puedo echarle la culpa al calor, porque por aquí ya ha llegado (al menos por el momento) el tiempo otoñal.
Besos.
Macondo....urge el diccionario, hace rato en un comentario en lugar de poner choto iba a poner chuto y se me ocurrió verificar antessssssssss! jajajajaja
EliminarBesitos =)))
"Chuto" lo guardaremos para cuando hagamos el diccionario peruano. Parece ser que allí, además del presente de indicativo del verbo "chutar" que conocemos todos, también hace referencia a una persona tosca.
EliminarMás besos.
A mi me dijo el ordenador otra cosa muy distinta, mira: https://www.google.com.mx/search?q=chuto&oq=chuto&aqs=chrome..69i57.1573j0j1&sourceid=chrome&es_sm=122&ie=UTF-8
Eliminarjajajaja
uno más ;)
Aquí hay El diccionario latinoamericano, para poder entendernos: http://www.asihablamos.com/
Eliminarsi quieres borra todo lo que te he enviado!!!
No te empeñes, que no voy a borrar ninguna de tus valiosas aportaciones.
EliminarMuchas gracias.
Una versión genial. Y me encanta cómo enlazas los dos cuentos. Ese es el plus que te comentaba la vez pasada. Me has vuelto a dejar con la boca abierta de admiración y te lo digo muy sinceramente, créeme. No es adulación.
ResponderEliminarLa historia tiene mucha enjundia, pero has estado sembrado con las lágrimas de la nieta. Lloraría por eso. No hay duda. ¿Qué otra cosa podría ser si no?
Hay una frase de Denis Diderot con la que me identifico totalmente: “je puis tout pardonner aux hommes, excepté l’injustice, l’ingratitude et l’inhumanité" (pongo la traducción para quienes no entiendan el francés: lo puedo perdonar todo, excepto la injusticia, la ingratitud y la inhumanidad)
Un fuerte abrazo, Chema.
Me he hecho ilusión entender (sin que sirva de precedente) la frase de Diderot sin entrar en el paréntesis. Tampoco tiene mucho mérito, lo reconozco. La verdad es que el cuento está plagado de injusticia, ingratitud e inhumanidad, incluida la de los animales.
EliminarSi sigues dándome vidilla voy a tener que seguir destripando cuentos, aunque ya me va resultando más complicado.
Otro fuerte abrazo para ti, Karima.
¡Maravillosa versión! Los músicos de Bremen fue uno de los cuentos que más disfruté.
ResponderEliminarSi disfrutaste el original no sé cómo puede gustarte mi versión. Generosa que eres. De todas formas, no se lo leas a la niña.
EliminarBesos.
El original es lo que es, el tuyo tiene lo que tiene ;)
Eliminar¡Besos, Macondo!
Si quieres una primicia, el lunes me toca destrozar "Pinocho".
EliminarBesos.
¡Gracias! Ya está siendo lunes por allá, así que estaré pendiente :D
EliminarBesos.
Recién salida del horno.
EliminarBesos.
El Winer es siempre el lobo !
ResponderEliminarTambién el antipático, aunque en este cuento lo son todos menos la abuela.
EliminarOooh, qué sorpresa!! Esto ya es como en Érase una vez, que mezclas cuentos y todo, qué nivel!!
ResponderEliminarUn besote!
¿Has visto qué nivelazo? Lo malo que aquí los muertos no resucitan.
EliminarBesos.
Pobre caperucita, ahora tendrá que ir de gótica!!
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé qué es ir de gótico, pero desde luego la pobre no es Caperucita sino su abuela. Al fin y al cabo es la que palma, sin comerlo ni beberlo.
EliminarOtro abrazo para ti.
Jo.... era mi oportunidad.
ResponderEliminarSeguro que un Toro medio tarado les hubiera ido muy bien al grupo.
Siempre llego tarde.
Saludos.
Lo que yo no veo qué le pueden recriminar a un toro sobre su trabajo, porque salvo que lo hayan convertido en buey no es un animal que tenga que currar. Quizá de semental y el problema pudiera ser que ya no le dieran las fuerzas para cubrir a las vacas.
EliminarSaludos.
demasiado animal junto,...
ResponderEliminarMira si sabe la pequeña.
EliminarBesos.
Huyy, solo me sé el de caperucita, asi que entendí a medias su sarcamo.
ResponderEliminarCual es el nombre del otro cuento?
El otro se llama precisamente "Los músicos de Bremen".
EliminarPobre abuelita, eso le pasa por ser buena y abrir la puerta a desconocidos,jjj y la caperucita que no se entristezca que el negro también es un color. Tanto animal suelto nunca es bueno.
ResponderEliminarChema te vas a convertir en el hermanos Grimm del siglo XXI y cuando te hagas famoso acuérdate de tus fans para firmar autógrafos.
Besos cuentista ( el que cuenta cuentos ehhhhh, no el otro)
Puri
A Caperucita más le habría valido entristecerse un poco más por la muerte de su abuela que por tener que teñir la caperuza de negro, así que de pobre nada.
EliminarBesos también para ti, lectora.
A qué tipo de música se dedicarán los cuatro músicos estos... Hardcore, o algo así...
ResponderEliminarA lo mejor se quedan de okupas y ya no necesitan ir a Bremen.
EliminarDesde hoy les corto la simpatía que siempre me han inspierado los animales de ese cuento. A la primera oportunidad que se les presentó mostraron maneras, pobre abuela, esto no se puede quedar así. Seguro que otro cuento con más poder se los come a todos ellos.
ResponderEliminarBesos Chema
No me des ideas, María Pilar.
EliminarBesos.
Es más fácil desquitarse con los débiles que rebelarse contra el opresor.
ResponderEliminarEsto pasaba en la mili ¿no?, sufrían las novatadas cuando llegaban y se desquitaban con los pobres quintos que llegaban detrás. Así es valiente cualquiera...
Disfruté de la lectura y de las opiniones que generó
;)
Besos!!
Eso tan vomitivo pasaba en la mili con las novatadas. Y no creo que fuese muy diferente lo que ocurría en los colegios universitarios. Con frecuencia eran los que peor lo habían pasado quienes después se esmeraban más en que otros pagaran por lo que les habían hecho a ellos.
EliminarCelebro que lo hayas disfrutado.
Besos.
te has hecho sabio, seguiré leyéndote :)
EliminarMe has vuelto a hacer reír. ese ingenio tuyo es que nos deja joyas, siempre.
ResponderEliminarUn abrazo, y que los okupas no se queden
Los okupas se quedarán mientras les dé la gana, que para eso están las leyes y los que las interpretan consintiéndoselo.
EliminarUn abrazo.
Brutal, en todos los sentidos.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Esta vez no coincidió el comentario.
Saludos.
Te pilló un día debil hace cinco años.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Saludos.
IJIJJI Uff cuantos de esos conozco pero encima no tocan música con lo cual...
ResponderEliminarNo te relaciones con ellos más que lo necesario.
Eliminarjijiji huyo como si de la peste se tratara
EliminarQué bueno, ese final con la nieta que llora por la caperuza roja teñida de negro...brutal.
ResponderEliminarDe pequeña me encantaba este cuento. Mi padre tenía un libro ilustrado que le habían traído los reyes allá por 1955, y nos lo leía muchas veces.
Me gusta como enlazas personajes y qué cierto es todo; el débil al final, en vez de buscar una solución, busca alguien más débil par aopromir.
Muy feliz miércoles.
Allá por 1955 ya estaba yo por aquí, no creas.
EliminarAunque mis versiones sean más reales y duras (como la vida misma), mejor quédata con la version original que te leía tu padre.
Muy feliz miércoles también para ti.
Me estás "obligando" a leer cuentos que en mi infancia de posguerra no podía leer y he llegado a la conclusión, que mejor así: me gustan mucho más los tuyos. Y además me das dos en uno, por el mismo precio. ¿Que más puedo pedir?.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nosotros sí que teníamos motivos para tener traumas infantiles (cuando aún no se habían inventado) y no los niños de ahora que los llevan entra algodones.
EliminarUn abrazo.
Desconozco el cuento original, pero no lo cambiaría por esta versión que, por dura que sea, seguro que también tiene muchas enseñanzas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parece mentira, Panadés, que no conozcas el cuento de Los músicos de Bremen. Yo también lo conocí como Los animaes músicos.
EliminarUn abrazo.
Hola Chema. Nos estás despertando a la mayoría con tu ingenio de las versiones de estos cuentos. La verdad me encanta leerte. Se aprende un mogollón contigo.
ResponderEliminarUn abrazo Chema y feliz San Juan !!!
No creo que tenga que enseñarte yo mucho a ti, pero te agradezco tus palabras.
EliminarFeliz San Juan también para ti.
Un abrazo.
¡Madre mía, qué tragedia!Las griegas se quedan a la altura del betún.¡Cualquiera se fía de los músicos, les das la mano y se toman el pie. Por lo menos estos músicos...
ResponderEliminarMuy buena tu versión del cuento.
Un abrazo
A estos malos bichos no les pegarían tus dibujos. Mejor guárdatelos para las notas musicales o cosas más tiernas.
EliminarMuchas gracias, Rita.
Un abrazo.
Uma tragédia que só não sei se é grega, lol. A cena do capuz está divinal
ResponderEliminar.
Saudações amigas
Gracias por venir a leerla y por tus palabras.
EliminarSaludos, Ricardo.
Dios que malo eres , si es que los tenían que haber matao a los 4 cabr...
ResponderEliminarla pobre anciana , pago los platos rotos de estos perro flautas , jajajajaj
Ahora que viendo tus cuentos yo te digo ¿ hay algún cuento en que todos queden contentos y coman perdices? jajajajajaja besos de flor.
Pd , por fin e podido leer los 3 cuentos que tenía atrasados y te los he comentado
para que luego no me digas que no leo tus entretenidos , perversos cuentos.
Es lo que tiene abrir la puerta a cualquiera.
EliminarGracias por leerlos.
Besos.
El cuento lo has hecho muy ameno, pero lo de la vieja es un poco duro para un cuento no es muy creíble.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que no es un cuento al uso, aunque los que nos contaban a nosotros en muchas ocasiones eran del estilo.
EliminarUn abrazo, Matías.
Es que cuando la necesidad aprieta lo primero que hay que dejar de lado es la ética y la moral para poder sobrevivir... No solo has reinterpretado el clásico, sino que has montado lo que se llama un croosover fusionándolo con Caperucita roja. Un abrazo y el
ResponderEliminardeseo de que pases un verano maravilloso!
Qué bien me dejas con tus comentarios. He hecho un croosover sin saber siquiera lo que quiere decir.
EliminarYo tambien te deseo un feliz verano.
Muchas felicidades por la campaña de El Tintero en todas sus facetas y por el libro que está por salir.
Un abrazo.
Mira que me hacéis reír tu y tus cuentos Chema... recuerdo vagamente este cuento, pero el tuyo no tiene desperdicio ninguno.
ResponderEliminarBesitos
Qué mala eres. Mira que reírte con estas cosas.
EliminarMuchas gracias.
Besos.
Qué buen collage de personajes, para una sola historia. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarPara que luego digan de los culebrones.
EliminarUn abrazo, Carlos.
¿Bremen no está en Alemania? ¿Y una teutona se deja matar por cuatro animales? A ver si en vez de Bremen, estaban cerca de las 3000 viviendas.
ResponderEliminarSaludos musicales
Debe ser que los alemanes de ahora ya no son como los de antes.
EliminarSaludos.
Hola amigo te cuento que por falta de tiempo he abierto un blog de poemas breves, MICROPOESÌA SENSUAL es su nombre, espero contar contigo allì, te dejo un besazo al alma y sigue con semejante originalidad que es incomparable.
ResponderEliminarVoy a verlo.
EliminarBuenas noches, soy un desastre, me recomendaron tu blog y cuando vengo no se como acceder a tu entrada pues veo que la fecha es antigua, intento actualiza, clicar en entrad mas reciente, hasta que he descubierto que al final los comentarios si son los de ahora. Ya lo he conseguido y comento con alegría porque me ha gustado leer tu cuento, volveré si aceptas torpes en tu blog. Abrazos
ResponderEliminarSucede que ahora estoy haciendo reediciones de cuentos publicados en 2015. Prefiero reeditarlos, en vez de hacer nuevas ediciones, precisamente para conservar los comentarios de entonces. Los nuevos, efectivamente, se incorporan a continuación. Con frecuencia, quienes comentaron entonces, vuelven a hacerlo ahora.
EliminarYo también soy muy torpe, no te preocupes.
Un abrazo.
No conocía ese cuento, pero el tuyo no tiene precio y eso de teñir la caperuza en negro.... es impagable.
ResponderEliminarUn abrazo
Antes enlutaban hasta a los pobres críos y, como las familias eran más numerosas y las muertes más frecuentes, iban empalmando lutos hasta que se morían.
EliminarUn abrazo.
Jajaja qué gracia me ha hecho el final, que la tiñeron de negro la caperuza y es que es lo que hacían antiguamente se ponuan de luto siempre, me has recordado a una peli que vi hace años "La niña de luto".
ResponderEliminarBesos enormes.
Vivían en un continuo luto. Empalmaban unos con otros.
EliminarBesos.
¡Mira a los animales, tan tranquilos que se veían! Como siempre alguien tuvo que pagar los platos rotos y en este caso fue la pobre abuela. Espero que Caperucita contrate un buen abogado para sacar a los invasores y pueda quedarse con la casa como herencia, o indemnización por tener que pintar de negro su famosa caperuza.
ResponderEliminar¡Lo disfruté mucho Macondo!
Un fuerte abrazo.
Parece que Caperucita tiene más disgusto por haber tenido que teñir la capucha que por la muerte de la abuela.
EliminarCelebro que lo hayas disfrutado.
Un fuerte abrazo, Miguel.
Jo, qué ocurrente Chema, este micro es la hostia. Mira que veía venir a la niña, cuando apareció el lobo, o ¿eran los tres cerditos? los músico convertidos en okupas, qué fuerte. Eso es lo que ocurre hoy en día, lo demás, es cuento. Muy divertido. Feliz día!!!
ResponderEliminarLos lobos están en todos los ajos. Lo mismo con Caperucida, que con los tres cerditos, que con los cabritillos. Parece que daban mucho juego en los cuentos y nunca bueno. Hasta que los reivindicó Félix Rodríguez de la Fuente fueron siempre los malos de la película.
EliminarLa verdad es que no tuvieron empatía con la pobre anciana. Siempre me habían dado pena los pobres músicos de Bremen pero después de leer tu cuento, que les den.
ResponderEliminarY en cuanto al luto de Caperu, la entiendo perfectamente. Yo también tuve que llevar luto por mi abuela, y es un rollo.
Un saludo.
Lo que pasa que Caperu parece que lleva más disgusto por lo del luto que por la muerte de su abuela, y tampoco es eso.
EliminarCuando murió mi padre yo me puse unos meses corbata de luto (solo corbata). Él había llevado luto por los suyos y me apeteció hacerlo, aunque nunca me ha gustado..
Un saludo.
La historia que nos venden, como a mi me han arruinado la vida, que yo se la arruine a otros estará genial... :(
ResponderEliminarAbrazos!
Así funciona la cosa para muchas personas... incluso animales, por lo que se ve.
EliminarUn abrazo.
Hay que reconocer que tienes mucho ingenio con tu versión del famoso cuento.
ResponderEliminarPura supervivencia. Los más fuertes tienen más posibilidades. Salió perdiendo la pobre abuela que era la más vulnerable.
Y esa pobre niña vestidita de negro, me retrotrae a otros tiempos. Que penita...
Eres un genio.
Nuestras abuelas vivieron empalmando lutos las pobres. Aún no se habían quitado el de uno y ya se había muerto otro.
EliminarTanto como un genio mucho me parece, pero te lo agradezco.
A este cuento se le llamaba "Los cuatro músicos viejos" en la época de Maricastaña... Luego "Los cuatro músicos" y finalmente adoptó el título con el que lo mencionas.
ResponderEliminarLo de Caperucita más preocupada por esas rancias tradiciones de vestir de luto, que de lamentar la pérdida humana, sinceramente me lleva a lo que ocurre con gran parte de la juventud actual y su falta de valores humanos.
Gracias por regalarnos sabiduría y sonrisas.
Como Los animales músicos lo conocí yo de niño".
EliminarMe conformo con las sonrisas. Sabiduría tengo la justa para ir tirando.
Jajaja, esos cuatro vejestorios, se desquitaron con la vieja
ResponderEliminarAbrazos
Qué poco respecto a las canas de las propias canas.
EliminarUn abrazo.
Espectacular.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Amapola.
EliminarBesos.
Me gusta esa normalización de la cultura infantil que estás haciendo.
ResponderEliminarHay que normalizar con criterios bien actuales, todo aquello que la censura había ocultado.
Un abrazo.
Muchas gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
Un abrazo, Julio.
ResponderEliminarNo conocía este cuento. Me ha parecido muy curioso tu versión. Entre los animales okupas, que en mi humilde opinión, ni se aleja de los humanos y la niña, va a lo superficial... Es una triste realidad.
ResponderEliminarUn abrazo!
Quería decir, no y me ha salido ni! A estas horas no soy persona 🙄
EliminarSe había entendido, no te preocupes.
Eliminar(Pues fíjate a estas horas los poco persona que soy yo).
Un abrazo.
Joder,... creo que te has liado,... no había también una liebre y una tortuga?,... o era que la niña había perdido su zapato de cristal?
ResponderEliminarEl que dices tú es el que tenía un gato con botas que se comía una manzana envenenada.
EliminarMe ha encantado,te ha salido redondo!
ResponderEliminarEl final es de premio.
Besos sin cuentos.
Gracias, Carmen.
EliminarBesos también para ti.
Hola Chema, creo que leyendo tus cuentos me quedé por este, jope si que voy atrasada, la vin, estoy con el canal de youtube entusiasmada y te tengo olvidada. Pues bien, no se si preoKuparme por estos animales ¿músicos dices? estos son del clan de Vito Kozleone, Alkapone o uno de esos con kapa y guantes blancos. Alguien se extravió de kuento, esa que va con kaperusa no pinta ná. Jeje diver!!! sigo
ResponderEliminarPrecisamente yo leí el cuento de crío con el título Los animales músicos.
EliminarA Caperuza ya la ha sacado en más cuentos. Incluso en el suyo.
Un placer tu sentada a leer mis cuentos.