CUENTO CLÁSICO REINVENTADO
Había una vez tres hermanos cerditos que vivían en el bosque. Como el lobo andaba siempre buscándolos para comérselos, decidieron hacerse una casa cada uno. El pequeño, que era un cabeza loca, la construyó de paja para terminar cuanto antes e irse a jugar con sus colegas. El mediano, un poco más maduro, le dedicó más tiempo; aunque no el suficiente. La hizo de madera y así pudo ir a buscar puntualmente a su novia, una marrana de muy buen ver que trabajaba de cajera en Mercadona. Menos mal que el mayor era la sensatez cerdificada y, como además no tenía edad para jugar ni cochina a la que festejar, se entretuvo en edificarla de ladrillo como Dios manda. Cuando llegó el lobo deshizo la primera casa resoplando (que ya es resoplar) sin aparente esfuerzo. Con un poco más de trabajo destruyó también la segunda. Sus propietarios huyeron despavoridos a la del hermano mayor, donde resistieron los tres sin problema alguno las acometidas y escaparon de una muerte segura. Y de esta forma pudieron esperar felizmente hasta San Martín, que fue cuando les correspondió ser convenientemente sacrificados y hechos chorizos, morcillas y jamones para deleite de los humanos.
jajajajaja pobrecitos!
ResponderEliminar=)))
Ley de vida introducida en el cuento.
EliminarCada marrano le llega su San Martín, o su nochebuena, como decimos por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo de San Martín también lo decimos por aquí.
EliminarUn abrazo, Rafael.
Madre mía, tienes un arte que no se puede aguantar. Aunque me lo niegues (pura cabezonería), eres un pedazo de genio, Chema. ¡Buenísima versión! Me he tronchado de risa con lo de la marrana cajera de Mercadona (hay que ser un crack para pensar en ese detalle). Y lo de “cerdificada” ha sido un puntazo. Vamos, que estoy maravillada con tu ingenio. Como siempre.
ResponderEliminarLa ironía del final ha sido la guinda del pastel. Lo dicho, un peazo crack.
¡Quiero más cuentos made in Chema!
Un fuerte abrazo
Con esos ánimos es casi imposible no seguir intentándolo. Tendré que ponerme con Caperucita.
EliminarUn fuerte abrazo también para ti, Karima.
También se rumorea que al tercer cerdito lo demandaron por edificar en terreno no urbanizable y por no haber pagado el correspondiente soborno.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ya se me pasó por la cabeza meterme en asuntos turbios, pero preferí no abarcar tanto.
EliminarBesos.
Menos mal, para nosotros.
ResponderEliminarY para el lobo, que le he evitado el final que tiene en el cuento real.
EliminarDa igual como construya un cerdo su casa .. siempre llegará su San Martín , y eso para cada animal del arca de Noé, incluidos Noé y su santa esposa
ResponderEliminarsaludos
Y para los que venimos detrás.
EliminarSaludos.
La marrana del mercadona que hace esta noche?
ResponderEliminarJajjja
Saludos.
Pues no sabía decirte, pero ten cuidado con el mediano que maneja muy bien la albaceteña.
EliminarSaludos.
En el mercado europeo mal tiempo por los cerdos !
ResponderEliminarLos que se dedican a la política están pasando por una época floreciente, a pesar de la crisis.
EliminarPodemos llegar a la conclusion que los mayores son mas sensatos porque perdieron la alegria de gozar de la naturaleza, del cambio climatico y del debacle de china capitalista y que los cerditos menores cayeron de la boca del lobo al dia de san Martin.
ResponderEliminarNo se me había ocurrido interpretarlo de esa forma, Chaly. Gracias por tu punto de vista.
EliminarChema felicitarte por esa imaginación tan portentosa que tienes para dar versiones actuales de los cuentos. Después de leerlo me eché unas risas, hay que buscarle una marrana al mayor, porque el pobre no disfrutó de la vida, el peque haciendo el gamberro, el mediano con su marrana y el mayor el pobre solito, eso no hay derecho. Al final todos van al matadero pero uno de ello no disfrutó.
ResponderEliminar( Moraleja) hay que vivir que el matadero vamos todos.
Besos Chema
Puri
Con mucha frecuencia los hermanos mayores asumen el papel de segundos padres de sus hermanos más pequeños. En este caso no es una excepción.
EliminarExcelente moraleja la que ha sacado.
Besos, Puri.
Y a mí que me encantaban los tres cerditos, qué imaginación tienes, encantada de leerte.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias, Mar.
EliminarBesos.
Muy simpática tu versión del cuento. La marrana del mercadona trabaja en la charcutería o en la carnicería?
ResponderEliminarsaludos
Supongo que no trabaja en ninguna de las dos.
EliminarGracias, Karin.
Saludos.
Joooooo! Nadie escapa a su destino más que unos cuantos días...
ResponderEliminarFascinada!
Beso!
Aunque se meta en un búnker.
EliminarBesos.
jajaja una marrana de muy buen ver!
ResponderEliminarTenías que haberla visto cómo se contoneaba con sus prietas carnes. Al cerdo mediano lo traía mártir.
EliminarAnda que... tanto esfuerzo para acabar hechos chorizos igualmente!! Quizás con el lobo hubieran tenido una muerte menos dolorosa...
ResponderEliminarBesos!
Parecía que con escapar del lobo ya lo tenían todo solucionado, pero había que contar con el factor humano.
EliminarBesos, Ali.
Ay los cerdos que no pensaron en que siendo cerdos su carne es muy solicitada. ¿Por qué nadie come lobo?
ResponderEliminarBeso Chema
El lobo será como el perro, que tampoco lo come nadie. Alguien decía que sin fuera comestible dejaría de ser el mejor amigo del hombre.
EliminarBesos, Flor de María.
¡Wow! por fin te descubro, tú eres el lobo... pues sí que te fue bien y disfrutaste con el final de los cerditos, pero el que "tenía una marrana de muy buen ver que trabajaba de cajera en Mercadona" se lo pasó mejor que tú y solo por eso debieras haberle librado de tal final.
ResponderEliminarMás besos Chema.
Al mediano podíamos haberlo dejado de semental, ¿verdad? A tiempo estamos de reescribirlo.
EliminarGracias por el recorrido que te estás haciendo.
Besos.
Y el cerdo mayor hizo de la porqueriza un refugio mejor
ResponderEliminarAbrazos
Hasta con rima y todo.
EliminarUn abrazo.
Si que tienes imaginación,jajaja,abrazo
ResponderEliminarSe hace lo que se puede, Fiaris.
EliminarUn abrazo.
He visto mi comentario y compruebo que no he cambiado mucho, jajajja
ResponderEliminarSaludos.
Es que hay que ser consecuente con las ideas de uno.
EliminarSaludos.
Jajajaj, es que tener una novia cajera en Mercadona hace que uno no se centre y pasa lo que pasa, jejeje.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Feliz día.
La novia del mediano ahora le hace menos caso, porque con lo del coronavirus está haciendo horas extraordinarias. Además me han dicho que Toro Salvaje está tirándole los tejos.
EliminarFeliz día.
Uy Toro Salvaje tiene que dejarla en paz, pobre cerdito, bastante tiene con lo suyo, que le han derribado la casa.
EliminarUna interesante variante del cuento, de donde podemos aplicarle una moraleja muy cierta, humanos y lobos se alimentan de otro animal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así funciona la cosa, en general. Unos nos alimentamos de los otros, pero las víctimas nunca son verdugos de sus verdugos, ni los verdugos víctimas de sus víctimas.
EliminarUn abrazo, Matías.
Astutos no lo sé, pero crueles seguro.
ResponderEliminarA mí también me gusta la carne de cerdo, sobre todo el jamón.
Un abrazo.
Cochina suerte la de los cerdos. Tanto esfuerzo para acabar convertidos en viandas, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y encima los llamamos cochinos y guarros.
EliminarUn abrazo.
He venido de casualidad porque no me sale tu publicación.
ResponderEliminarMe quedo leyendo el cuento. Ahora te comento.
Besos.
Pues he publicado una segunda entrada para avisar a los que no les sale la reedición en la lista de publicaciones, pero veo que tú no tienes.
EliminarBesos.
Moraleja, deja que el "hermano mayor" se ocupe de todo.
ResponderEliminarLe he visto una lectura orwelliana.
Un abrazo.
Suena chulo eso de que le hayas visto una lectura orwelliana. ¿Quieres ser mi representante?
EliminarUn abrazo, Alfred.
;)
Eliminar;-)
EliminarJajajaja él mayor era la sensatez cerdificada jajaja eres tremendo.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Si nosotros las cosas nuestras son personificadas, las de los cerdos de alguna manera tendrán que ser. :)
EliminarUn beso gordo también para ti, María.
Ya sabes que me encanta cuando haces este tipo de entrada, sin quitarle su mérito a las otras, pero siempre me han parecido geniales. Haces un clásico de los tres cerditos maravilloso.
ResponderEliminarUn beso grande.
Muchas gracias, Carmela.
EliminarUn beso gordo.
Jajaja... Le sacas punta a todo, Chema. Pero me encantan estas entradas porque en lo sencillo también hay mucha genialidad y eso tú lo llevas en el ADN, amigo.
ResponderEliminarUn placer leerte y que tengas una maravillosa semana, dentro de lo que se pueda.
Un abrazo y feliz día !!!
Muchas gracias por tu generosidad, Joaquín.
EliminarEspero que tu semana también sea buena.
Feliz día.
Un abrazo.
Me gusta tu inventica creando esos términos tan hilarantes, como "ceedificada", a este paso vas a tener que ir preparándote un nuevo libro a base de tus ocurrentes "palabras".
ResponderEliminarUn abrazo.
Palabras no invento muchas, pero destrozarlas sí.
EliminarGracias, Estrella.
Un abrazo.
fé de erratas:
ResponderEliminar"cerdificada" (vaya, parece que el teclado va por su lado y no por el mío).
Se había entendido, no te preocupes.
EliminarJajajaa, pobrecitos. Tanto esfuerzo para luego ser degustarlos tan ricamente.
ResponderEliminarUn abrazo!
Tan ricamente para los degustadores, claro.
EliminarUn abrazo.
Pobrecitos..que´penica que dan. Luego nos gusta el jamón serrano :-)
ResponderEliminarUn abrazo, Macondo
La cosa es que no te figuras que los del cuento y los de los jamones son los mismos, porque si no lo teníamos claro.
EliminarUn abrazo.
¡Pobres cerditos!Está visto que tenían el destino marcado. Si no era el lobo tenían que ser los humanos, que son lo peor que hay. ¡En fin, qué le vamos a hacer! ¡Ley de vida!
ResponderEliminarUn abrazo, Macondo
Como tú dices, Rita: ley de vida.
EliminarUn abrazo.
¡Muy bueno, Chema!, si es que siempre hay un lobo del cual nunca podremos escapar, aunque este mismo nos dé los medios que nos proporcionen cierto estado de bienestar, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Pepe. Muchas gracias por tu opinión.
EliminarUn abrazo.
Al final los humanos son los más listos, y por aprovechar, aprovechan hasta las pezuñas de los cerditos! Tanto trabajo, para acabar así... 🐷
ResponderEliminarEso de “cerdificada” me ha encantado ja, ja, ja… Así como me encantan estas reediciones tuyas 😊
Un placer leerte, Macondo.
Abrazo grande, y feliz día! 😘
Un placer también para mí que vengas a leerme, Ginebra.
EliminarFeliz día.
Un fuerte abrazo.
¡Buenísimo!
ResponderEliminarMe gustan las historis con final felíz... feliz para los que disfrutaron del chorizo, la morcilla y los jamones.
Siempre un gusto leerte Chema.
Abrazo fuerte.
Lo que para unos es fiesta, para otros es tragedia. Así funciona la cosa.
EliminarUn gusto para mí que vengar a leerme, Miguel.
Un fuerte abrazo.
Qué bueno¡ Bellamente cruel. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarGracias, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Jaaaaaaaaaaa... Me ha encantado lo de “cerdificada”.
ResponderEliminarBesitos.
Pues habrá que incorporarla a la RAE, para que no tenga que ponerla en cursiva.
EliminarBesos.
jajajjaa... pobres cerditos.
ResponderEliminarQue imaginación tienes amigo.
Mi felicitación.
Bss Macondo
Gracias, Carmen.
EliminarBesos.
La moraleja debería ser que la casa de ladrillo bien fortificada, se la quedó un fondo buitre y ahora es un apartotel para políticos complacientes.
ResponderEliminarUn abrazo.
O que se la han okupado y ellos se han quedado a la intemperie, con el beneplácito de las leyes.
EliminarUn abrazo.
Muy buena versión del cuento infantil, mi única duda es si aún podría ser para un público infantil, ¿tú qué dices? ...aunque con los niños de hoy, seguro que sus versiones podrían ser peores... jajajajajajajajajajajaja!
ResponderEliminarBesos.
La verdad es que no es especialmente a propósito para los niños, aunque menos edificante es al anterior publicado (Blancanieves).
EliminarEstá muy bien esta versión del cuento.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Amapola.
EliminarBesos.
¡¡¡Vaya cuentista que está hecho el Tito Chema!
ResponderEliminar¿Verdad que sí?
EliminarGuau pobre destino el de los cerditos ... Interesante re formulación del cuento.
ResponderEliminarBesos al alma y que tengas un lindo descanso
Real, como la vida misma.
EliminarBesos, Paula.
Una version mas que real... Al final, ZAS...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Un baño de realidad.
EliminarUn abrazo, Ildefonso.
En realidad es un divertido símil de los tipos de empresas constructoras que tenemos hoy en día,... las hay que hacen los tabiques de papel,... un poco mejores y las buenas constructoras con edificios de calidad ;)
ResponderEliminarYa no es un problema solo de que aguante o no el edificio, sino del derecho a la intimidad.
EliminarTu relato tendrían que convertirlo en corto animado y mostrarlo como auncio de Campofrio, sería todo un éxito. Mi estudio tiene paredes de ladrillo descubierto, lo llamo "La casa del tercer cerdito". Hablando de cortos, te recomiendo la obra maestra de la Warnwer "Los tres cerditos más 1" está en youtube.
ResponderEliminarSaludos, Macondo!
Borgo.
No sé yo si les molaría mucho a los de Campofrío. :)
EliminarGracias por el consejo.
Saludos.
No hay nada nuevo, pensaba que habías vuelto a publicar, es que ahora no me entero cuando publicas.
ResponderEliminarBesos.
He puesto la otra porque esta es una reedición y no salía en las listas de nuevas publicaciones de otros blos. Lo he hecho precisament para que pudieran enterarse de que había publicado.
EliminarBesos.
Seguimos sin comer lobo. Y se está extinguiendo, imagina si lo comiésemos.
ResponderEliminarUn beso Chema
Haría tiempo que habría desaparecido.
EliminarUn beso, chamaca.
¡Qué grato de leer! Han de haber preferido vivir poco más que poco menos...
ResponderEliminarGracias, Silvia.
EliminarEl que no se consuela es porque no quiere.
Y finalmente su final terminó por alcanzarles.
ResponderEliminarUn abrazo,
Dura poco la alegría en casa del pobre.
EliminarUn abrazo.
"la sensatez cerdificada" :D
ResponderEliminarY supongo que su casita tendría un "cerdificado" de garantía ;)
También. ;-)
EliminarY vivieron felices y se los comieron en lugar de perdices...
ResponderEliminarUn saludín.
Más aprovechables que las perdices, sin punto de comparación.
ResponderEliminarUn saludo.
Ay qué final! Los pobres tienen una vida muy sacrificada o cerdificada (?), si nos se los come el lobo, se los comen los humanos...!!
ResponderEliminarBesitos
PD: lo de "la marrana de buen ver" y lo de "cerdificado", me ha hecho mucha gracia.
De eso se trata, Merche. De pasar un rato. Y si puede ser echando unas risas, mejor que mejor.
EliminarBesos.
jajjajjajaa que final tan tragico jajjaja
ResponderEliminaral final ninguna casita los ayudo jajja
Un beso y feliz domingo!!
Salvar la vida para engordar y engordar para morir.
EliminarFeliz domingo.
Un beso.
Ja, ja, ja... Es que ser precavido, saludable y aseado nunca te va a salvar la vida, simplemente te va a retrasar la muerte. El lugar al que se dirigen todos los caminos. Excelente micro, Chema. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarAsí es, David.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
“Sensatez cerdificada” jajjajajaja qué aburrimiento de cerdo!
ResponderEliminar:D
Eso valió a sus hermanos... por poco tiempo, también hay que decirlo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTanto cuidarse del dichoso lobo , para acabar siendo comida de humanos , menos mal que la cerda del mercadona se salvo , ahora que pasaría lo suyo buscando a a su novio , besos de flor.
EliminarEngordar para morir, que decía aquel.
Eliminar