REEDICIÓN (edición: 29/10/2012)
Desde
niño me sedujo su funcionamiento. La magia de que pudiera llegar a un aparato
que tenías en casa, sin cables de por medio, por obra y gracia de las ondas, la
voz de alguien que estaba muy lejos.
Creo
que fue Matilde Perico y Periquín el
primer programa que seguí con una cierta asiduidad. Recuerdo también que en las
Navidades estaba Pinzón, un pájaro
hijo de puta que se chivaba a los Reyes Magos de las cosas malas que hacían los
niños para que les dejaran carbón. Fueron mis primeros pasos, pero entonces
todavía no llegué a engancharme.
Dependía de una radio ubicada en el cuarto de estar, que no estaba vedado a los
peques pero era más territorio de adultos.
La
aplicación de las pilas iba a ser muy importante para su expansión. Yo lo
descubrí a través del transistor de tía Pilarín, la maestra, que venía a pasar
con nosotros unos días de sus vacaciones. Ya no tenías que ir tú a la radio,
sino que era la radio la que te acompañaba allá donde fueras. A la sombra de un
tamarindo, con todos los sobrinos alrededor, esperando entre canciones que
llegara el extracto de La ciudad no es
para mí, de Paco Martínez Soria. Desde entonces tuve la certeza de que ese
invento iba a aportarme muchos momentos de compañía en mi vida.
Todavía
tendría que producirse un abaratamiento en el precio para que la nueva radio
pudiera alcanzar definitivamente su popularización. Un transistor no era
entonces un aparato asequible al bolsillo de unos Reyes Magos que tenían que
comprar juguetes para seis hermanos más. Ni se me ocurrió pedirlo todavía. Sin
embargo me habló mi padre de la radio galena y esos fueron mis primeros pinitos
con un aparato en propiedad. Un cable a tierra a través del radiador y otro de
antena al jergón de la cama, que ampliaba haciéndola extensiva a los de mis dos
hermanos que dormían a mi derecha. Unos auriculares me permitían escuchar
relativamente bien una emisora. Pero la
ilusión duró el tiempo que me llevó asumir el misterio, porque el sistema
resultaba bastante incómodo.
Con
el paso del tiempo los
precios fueron bajando. Me consta
sin embargo que aquél año los Reyes,
conscientes de lo que para mí significaba, hicieron un esfuerzo. Tenía quince
años cuando estrené mi primer
transistor, un Lavis rojo con funda de plástico negra. Creo que ha sido el regalo
más deseado de cuantos me han hecho en
mi vida. Desde entonces no me he separado de la radio.
La
televisión ya llevaba unos años
funcionando y enseguida salieron los agoreros, empeñados en darle la extremaunción
al aparato del que sólo salían sonidos. Mientras tanto la radio se hacía
accesible a más bolsillos y se iba ubicando en más lugares. El invento de las
imágenes requería atención en exclusiva, mientras que el de los sonidos era
compatible con casi todas las actividades de la vida.
El
tiempo ha dado la razón a quienes decían que había mercado para ambas. La proliferación de emisoras y
canales es la prueba más concluyente.
Sin embargo la evolución de una y otra ha sido, a mi modo de ver, totalmente contrapuesta.
Mientras la competencia ha sido el acicate que ha impulsado a las radios a
mejorar la calidad, las televisiones han optado por igualarse en la
mediocridad.
Larga
vida para la radio, mi fiel e
inseparable amiga.
La radio tiene un lugar insustituible en nuestras vidas. Me has recordado el viejo transistor de mi abuelo. Un beso.
ResponderEliminarEn muchas ocasiones recordamos un aparato que en nuestra infancia nos hizo empezar a conocer y a querer la radio. En tu caso fue el de tu abuelo y en el mío el de mi tía.
EliminarBesos.
Primero: me dio risa que la primera radio a pilas fuera de tu tia pilarín
ResponderEliminarsegundo: comparto todo. A veces siento que lo que tiene de malo la radio es que hay tipos del otro lado hablando y hablando sin nada que decir. Me pudren. Pero bueno, también, raras veces, aparecen de los otros. Y si, la compañia. Con mi perro la escuchamos siempre. No sé que opina de lo que dicen pero la mira.
saludos mac
linda entrada, llena de nostalgia, como siempre.
Te dio risa porque eres insultantemente joven, pero en mi niñez apenas se veían radios a pilas. Más tarde empezaron a proliferar.
EliminarPor estos lares pudre mucho más la televisión que la radio. Creo que tu perro y yo coincidimos en que nos gusta más ésta que aquélla.
Un abrazo, Garriga.
no amigo, me malinterpretó usted. Explicar un chiste le quita la gracia
Eliminarpilas y pilarin eso me dio risa. Y no soy ni siquiera joven de espíritu. Que tengo la edad que tengo y la llevo bien puesta y no soy de los que dicen que me mantengo joven de espiritu, Mi espíritu tiene la edad que tiene, que es la del cosmos. Y hace lo que le viene a la gana en cada momento. Y piensa y explora y rie. Y es feliz, solo de ser. bueno, me ido para el lado de los tomates, como decía mi tía. Adios amigo
Me paso fustigando a mis seguidores con el diccionario cada cuatro entradas y una gracia que me haces del estilo no la pillo. Te pido disculpas.
EliminarPILARÍN: Dispositivo que da autonomía a un transistorcín.
Hasta la próxima, Garriga.
"Pilarín" XD
EliminarEn España —especialmente en Aragón— se utiliza a veces ese diminutivo. Creo que antes, más que ahora. Incluso para personas mayores.
EliminarMe alegro mucho por ella. Estará mucho más contenta; ya merecía su espacio en la bitácora de Macondo.
ResponderEliminarMe has hecho recordar situaciones similares y mi primera radio a la edad de 15 años. Recuerdo la edad porque era mi cumpleaños y mi madre sabía que me haría mucha ilusión tener mi propia caja mágica, donde nadie te impone ninguna imagen y la imaginación viaja con total libertad a través de las ondas. Desde entonces, también sigue siendo mi fiel amiga.
¡Vaya tela con el amigo Pinzón, igualito que Ruperta!
Un fuerte abrazo, Chema.
Es cierto que merecía su entrada, por la importancia que tiene en mi vida.
EliminarEfectivamente, la imaginación que tienes que poner es una de las ventajas que no he nombrado. Podría decirse que está entre la televisión (que te lo da todo mascado) y un libro.
No se puede comparar a Pinzón con Ruperta. Pinzón era un pájaro borde y la corneja se hacía muy simpática.
Un fuerte abrazo, Karima.
Hace tanto dejé de escuchar la radio que ya no sé qué pasa con ella, la tele ni la veo.
ResponderEliminarAntes la radio entretenía hoy es signo de mediocridad por lo menos aquí.
Saludos.
Aquí la mediocridad creo que es más aplicable a la televisión. Yo tampoco la veo apenas.
EliminarSaludos.
Hay radios y radios, con programas y programas. No puedo ser muy objetivo ya que soy hombre de radio con constancia desde el 2001, cuando vivía en Capìtal Federal escuchaba radio ya que no tenía TV, y me sumergí en su magia y su mundo. Al volver a Entre Ríos, lo primero que hice fue hacer un programa de radio. Desde 2008 hago un programa que se llama VA DE RETRO, es temático, clasicos de los 80's y 90's tratando de compartir esa magia y deseando que al menos uno, sienta lo que sentí yo al estar del otro lado.
ResponderEliminarAbrazos :)
Tiene que ser apasionante trabajar en la radio. Casi todo el que ha estado allí guarda buenos recuerdos, incluso muchos terminan volviendo si tienen la posibilidad de hacerlo. Me parece más interesante que la televisión.
EliminarUn abrazo, Walter.
¡Que recuerdos!
ResponderEliminarLa radio ha sido en mi vida parte muy importante. He tenido que pasar una parte no pequeña de mi vida en el coche y ella ha sido siempre mi compañera.
Hace ya casi ocho años que dejé de ver la televisión definitivamente.
La radio sigue siendo mi fiel compañera, mañana tarde y noche.
Besazo
Estoy casi como tú. De la televisión me interesan los Simpsons y dos o tres cosas más, sin embargo la radio la escucho continuamente.
EliminarBesos.
Un post muy entrañable que me ha traído recuerdos de mi abuela y su radio. Estaba todo el día cantando José Guardiola y su niña aquello de "di papá", o la canción del cola-cao desayuno y merienda ideal.
ResponderEliminarSoy más de radio que de tele, y cuando estoy en casa siempre la tengo puesta.
Recibe un besito y gracias.
Recuerdo perfectamente la empalagosa canción que nombras de José Guardiola y su niña. También, por supuesto, la del negrito del África tropical.
EliminarYo también soy mucho más de la radio que de la televisión.
Besos.
Me has recordado el radio pequeño de baterias de mi papá, colocaba los sabados, para escuchar los partidos de fut. la tele empezaba, no era de continua era por horas, y la mayoria de programas eran en blanco y negro, pasaban Popeye el Marino, Los tres Chiflados, y el Pajaro Loco, y como tú soñe con mi aparato propio, fui tan feliz cuando me dieron después de muchos méritos un radio tocadiscos, al que cuidaba, más bien veneraba, tratando que la aguja no se fuera a lastimar. Miles de abrazos Chema
ResponderEliminarCreo que todos a los que nos gusta un poco el fútbol utilizamos frecuentemente la radio para informarnos de los resultados. Las narraciones de cuántos partidos habré escuchado a través de las ondas, sin más imágenes que las de mi imaginación eficazmente alimentada por la descriptiva narración del locutor.
EliminarMiles de abrazos para ti, Regina.
Toda la razón, no puede compararse la radio con la televisión en ningún sentido.
ResponderEliminarEn la radio todavía hay tertulias realmente buenas y programas serios y con calidad, además no sé...acompaña de una manera especial.
Yo ahora hace tiempo que no la pongo, me han entrado ganas de hacerlo otra vez. Cuando trabajaba en la cadena de montaje eran las 8 horas completas enchufada a mi radio, creo que conservé mi salud mental gracias a ella.
Besitos Chema
La de poder escucharla desarrollando otras actividades es una de sus ventajas con respecto a la televisión. Entretiene sin distraer. Adquieres la costumbre de prestarle la atención que la otra actividad te permite, enterándote unas veces de todo y otras simplemente oyendo las voces.
EliminarMe alegra ver que has superado el virus como una campeona.
Besos, guapa.
TAmbién me hizo mucha ilusión mi primer transistor, allá en el internado. LO colocaba debajo de la almohada y conseguí oirlo sin que llegara nada al exterior, luego vino lo de los auriculares y ya entonces me daban las tantas escuchándola. Hoy día, la oigo mientras voy o vengo del trabajo, un trayecto en coche de quince minutos, que hago cuatro veces al día. Y no tengo tan claro como tú que haya mantenido la calidad, al menos en las emisoras generalistas, mucho tertuliano qeu sirve igual para un roto que para un descosido, muccha información sesgada con etiqueta de imparcial y mucha cultura sufragada mediante anuncios. No, no soy muy partidario de la radio de hoy en día.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizá no sea objetivo por el cariño que le tengo, pero me parece que la calidad media sigue estando bastante por encima de la televisión. Además, como habitualmente la escuchas realizando otra actividad (por ejemplo conduciendo, como tú haces), siempre tienes la posibilidad de desconectar física o mentalmente y seguir haciendo lo otro.
EliminarUn abrazo, Miguel.
La radio tiene una ventaja que es indiscutible, te permite escucharla, pero también oirla, la puedes oir en el coche, cocinando, haciendo cualquier cosa, una de las aspiraciones de todo hombre es echar el cohete escuchando los deportes por la radio :D "gol en el villamarín" ahí coincidiendo con el orgasmo.
ResponderEliminarY es que en la radio como bien dices hay mucha calidad, hay programas impresionantes, tertulias, de cine, de economía... yo por ejemplo el ciclismo lo veo por la tele, pero si lo dan por la radio apago el volumen a la tele porque no tiene nada que ver el asunto, un locutor de radio es insuperable, loque transmite usando solo su voz, mágico.
Un gran invento que me da que jamás desaparecerá.
Saludos.
Como ya he dicho por ahí arriba, me gusta la radio porque es compatible escucharla desarrollando otras muchas actividades; sin embargo no había incluido entre las mismas la de echar un casquete. De todas formas hay gente que no necesita partenaire para llegar al orgasmo. Le basta con que el gol lo meta el equipo adecuado.
EliminarYo lo de ver la televisión con el sonido de la radio lo hecho casi siempre en partidos de fútbol, hasta que les ha dado por retrasar las imágenes para que el sonido te chafe la emoción de lo que estás a punto de ver. Aún así suelo tener la radio cerca para escuchar en ella los últimos instantes de la narración de los goles y los comentarios en el descanso y al final.
Un abrazo.
Si el gol en el Villamarín es contra el Betis, tengo el orgamos garantizado, aunque no haya partenaire.
EliminarErgo si el autor del gol es un jugador del Sevilla se apunta usted al multiorgasmo.
EliminarA ver, es mucho más erótico el Heliodoro Rodríguez :D pero como no están en primera...
EliminarDe cualquier forma ya no se da el caso, porque como solo se juega un partido a la vez.. qué tiempos aquellos del carrusel como Dios manda.
Ya veo que os ponen a los dos más los fracasos de los que sois antis que los éxitos de los que sois forofos. :D
EliminarVamos a cruzar los dedos que cualquier día le ponen imágenes a la radio y entonces......apaga-la y vámonos...!! :D
ResponderEliminarBesos
Con imágenes no lo sé, pero en colores ya estuvo intentándolo el abuelo del maestro Gila. Al parecer se ponía con una brocha a ver si pillaba la onda. De todas formas, no des ideas que nos la estropean.
EliminarBesos.
En las noches de insomnio, la radio, es fiel compañera :)
ResponderEliminarIncluso en las que no hay insomnio, simplemente para conciliar el sueño.
EliminarBesos.
¡Cuántas noches, escuchando hasta las tantas mi radio, con el transistor pegado a la oreja, sobre mi almohada! Recuerdo en especial los programas de el Loco de la Colina, que me mantenían hasta las tres de la mañana insomne... Qué de magia escondía ese aparato. Y esconde. Porque todavía soy un asiduo de ella.
ResponderEliminarBonito homenaje le has hecho, compañero. Lo merecía sobradamente.
Un abrazo.
Al Loco de la Colina lo conocí ya a través de la televisión y no llegué a pillarle la gracia. Supongo que, como sucede con frecuencia, perdería en el medio audiovisual.
EliminarPor las noches ando últimamente de flor en flor, porque no termino de centrarme en ninguno. He intentado varias veces con el “Hablar por hablar”, que debe ser de los más veteranos, pero se me hace insufrible.
Un abrazo, compañero.
Admito que yo crecí con la televisión y nunca le presté demasiada atención a la radio. Pero últimamente la escucho mucho y, como dices, los programas tienen muchísima más calidad que los bodrios que dan por la caja tonta. Cada día soy más fan de la radio.
ResponderEliminarSaludos.
Tiene más opciones y generalmente de más calidad. Además no es tan absorbente como la televisión,
EliminarSaludos.
¡¡¡¡¡Hola!!!!
ResponderEliminarQué post tan bonito. Yo creo que la radio nunca morirá, al contrario, desde que se puede emitir por Internet mucha más gente la escucha. Yo suelo escribir con la radio, y en el coche...es lo más.
Un abrazo.
Al reeditar esta entrada me doy cuenta de este comentario tuyo sin contestar. Me alegra que te gustase.
EliminarUn abrazo.
Nada como la radio para hacer las diversas tareas, fiel y amena compañera, me la llevaba a por la casa, incluso, desde hace mucho tiempo, a la calle también me acompaña, con un oído conectado y el otro atento a la calle...
ResponderEliminarYo era muy niña, pero recuerdo los programas que dices, mi madre era muy seguidora de ellos. Me traes bonitos y entrañables recuerdos. Gracias, Macondo.
Un abrazo.
En mi caso incluso la utilizo con frecuencia para sustituir la voz de la televisión cuando veo un partido de fútbol. También me duermo con ella.
EliminarUn abrazo.
La gran diferencia es que la tele, o pantalla, necesita que estés delante, quieto, mirando, y la radio permite moverse libremente. Coincido en que la competencia ha sido por abajo en la tele, y prueba de ello es que los reality shows, y programas de chafardeo siguen sumándose en todas las cadenas. Cada vez veo menos tele, de hecho mis hijos no las usan como teles, sino como pantallas de Netflix, de videojuegos o para el pc.
ResponderEliminarBuen homenaje a las ondas que trajeron las noticias cuando la tele aún no era un aparato predominante en las casas. Un abrazo y felzi semana
Cuando llegaron las cadenas privadas de televisión pensamos que la competencia mejoraría la calidad, pero ha sido todo lo contrario. Hubo quien también pensó que la tele se comería a la radio y afortunadamente coexisten las dos por lo que tú dices.
EliminarUn abrazo y feliz semana también para ti.
Yo de vez en cuando la escucho, es una compañera fiel...menos mal que la tele ha sido incapaz de dar ese mordico a la radio. Excelente post, me ha encantado.
ResponderEliminarMi felicitación.
Feliz lunes Macondo.Un abrazo.
Yo a la tele no le hago caso. Hay programas veteranos (como Gran Hermano) que no he llegado a verlos nunca.
EliminarMe alegra que te haya gustado el post.
Gracias, Carmen.
Historias de la radio, jeje. Uy, cuántas horas habré pasado ante ese aparato cuando era niño, escuhando cuentos a la hora de almorzar y de cenar, y alguna que otra radionovela por la noche antes de acostarme. Mi única radio de propiedad ya fue un radio-cassette, y a la edad en que a tí te regalaron esa radio de color rojo, a mí me obsequiaron mis padres, por haber aprobado la reválida de sexto de bachillerato, un tocadiscos portátil, una especie de maletín cuya tapa era el altavol (monoauaral claro). Fue también una experiencia inolvidable.
ResponderEliminarEncantado, una vez más, de conocer historias de tu niñez tan emotivas.
Un abrazo.
A mí me molaba más la radio que el tocadiscos. En mi primera radio echaba en falta programas en los que la palabra fuera protagonista en vez de la música.
EliminarYo soy del último Preu. Luego vino el COU.
Un abrazo.
No podría vivir sin la radio,aunque he de decir que soy de RAdio 3, cada vez que voy en el coche tengo "un telar" por radio, que en las curvas y rotondas se cambia a Radio María y puffff digamos que no gano para disgustos.
ResponderEliminarAbrazote utópico y larga vida para la radio.
Entre Radio 3 y vuelta a Radio 3 te pasas por Radio María y te rezas un padrenuestro y tres avemarías. Está muy bien eso.
EliminarAbrazo utópico.
Cuando no había otra cosa, oíamos la radio con mucha atención, sobre todo los famosos seriales con sus efectos especiales.
ResponderEliminarYo también recuerdo "Historias para no dormir" o "Ustedes son formidables".
En mi caso en la actualidad escucho mas tiempo la radio que veo televisión.
Un abrazo.
Yo también recuerdo lo de "Ustedes son formidables", con Alberto Oliveras. Lo de "Historias para no dormir" más bien me suena de Chicho Ibáñez Serrador en televisión.
EliminarYo también escucho mucho más la radio que veo la televisión.
Un abrazo.
Llevas razón con las historias de Chicho, lo que oíamos en los años 60 eran unas historias radiofónicas de terror que no recuerdo su titulo.
EliminarEsas de la radio no las recordaba yo. Quizá no las escuchase.
EliminarQué bonito recuerdo. Yo no soy aficionada a la radio, como tampoco a la tele, pero por lo que sé, es muy cierto lo que dices asobre la evolución de la calidad de cada medio.
ResponderEliminarY me ha encantado esto de "A la sombra de un tamarindo, con todos los sobrinos alrededor...". Parece una escena de una película muy bonita.
Lo del tamarindo parece una creación literaria para darle romanticismo al asunto, pero es totalmente cierto. Y la espera a que llegara Paco Martínez Soria, con una creación radiofónica que había hecho de la película "La ciudad no es para mí", también es cierto. La repetían todos los días.
EliminarMe encanta con el cariño que hablas de ella, tal como si fuera un viejo amor...jajaja :)
ResponderEliminarSalud y abrazo
Es que es un viejo amor. No lo dudes.
EliminarSalud y abrazo, Genín.
La radio galena... en el último curso de primaria tuvimos que hacer una como trabajo fin de curso en la asignatura de trabajos manuales... me parece que había que comprar un mineral, lo estoy viendo ahora..., que se llama diodo de germanio... cuando la acabé y la conecté al somier, aluciné... valían más los auriculares que todo lo demás, incluso funcionaba conectándola al grifo del lavabo...
ResponderEliminarQué recuerdos...
Ahora la llevo en el móvil y gracias a ella voy superando los días.
Saludos.
Yo ya compré montada la radio galena. Entonces ya era una cosa anticuada, pero como apaño hasta que llegara el transistor valía. Lo del grifo del lavabo no se me ocurrió. Yo tiraba de radiador para tierra y de jergones para antena.
EliminarSaludos.
Me encanta la radio y la prefiero mil veces a la televisión que cada vez veo menos. Por las mañanas me acompaña cuando voy en coche al trabajo y por la noche la pongo normalmente, en vez de la tele.
ResponderEliminarUn beso, Macondo
Ya somos dos (y muchos más) que preferimos la radio. Si estuviera viendo la tele no podría estar respondiendo este mensaje, sin embargo la radio me acompaña sin requerirme dedicación exclusiva.
EliminarUn beso.
Como han dicho anteriormente, la radio te acompaña en los trayectos matinales cuando vas al trabajo.
ResponderEliminarFeliz noviembre.
Yo me duermo con ella muchas noches.
EliminarFeliz noviembre también para ti, Manuel.
Ay, querido amigo que bonito homenaje a la radio. Conservo la que había en casa de mis padres como un verdadero tesoro. Me encantaba escuchar música y bailar el Twist.
ResponderEliminarMe fascinaba la magia de ese aparato de donde salían palabras y música sin saber muy bien como funcionaba. Han pasado los años y sigo escuchándola antes de dormir, al despertar y lo largo del día.
Saludos y gracias por traer a mi memoria tantos recuerdos agradables.
Son recuerdos parecidos los que nos trae ese aparato, Maripaz. Para mí sigue siendo imprescindible.
EliminarSaludos.
Creo que la radio fue lo mejor que recibió la humanidad, especialmente para todos aquellos que vivían —y viven— en zonas donde todavía no ha llegado la electricidad.
ResponderEliminarYo en las noches, en medio de la selva, pegaba la oreja tratando de escuchar alguna noticia de una ciudad lejana donde vivían mis seres queridos. Sí, la radio fue una buena compañera.
Abrazos
Tiene una magia especial la radio. Y en tu caso, cuando estabas en la selva, todavía más.
EliminarUn abrazo.
He disfrutado leyéndote porque has traído a mi recuerdo aquel transistor que me regalaron que era monísimo en tonos marrones y beigs ¡qué tiempos!
ResponderEliminarMe ha dejado un buen sabor de boca el leerte y la sonrisa dibujada en mi rostro.
Son vivencias parecidas que nos ponen en la cara una nostálgica sonrisa.
EliminarRecuerdo el papel fundamental que jugó la cadena SER el 23 de febrero.
ResponderEliminarUn beso.
La radio forma parte de la historia y la historia forma parte de la radio.
EliminarUn beso.
Que época y que recuerdos. He pasado por todo, radio de galena, de lámparas y de transistores. Lo que recuerdo con más intringulis era el Zorro. Luego tengo una noche fatídica amorrado a la radio esperando saber si desalojaban el congreso. Uf!!!
ResponderEliminarGenial como siempre Chema.
Un abrazo.
Pepe Iglesias, El Zorro.
EliminarIlduara también ha nombrado la del 23-F. Y luego también estaban las deportivas de nuestros respectivos equipos. Antes casi no se televisaban partidos.
Gracias, Alfred.
Un abrazo.
Hola de nuevo Macondo , la verdad es que yo también tuve una época de oír mucha radió y más cuando tenía entre 13 y 15 años , hubo una época que hacía novelas o relatos radiofónicos de suspense o de miedo , y yo lo oía y luego cuando me iba a la cama , me daba por soñar y tener pesadillas , que grandes noches de compañía nos a dado la radió , te deseo una feliz noche besos de flor.
ResponderEliminarPd , te he dejado un comentario en la entrada anterior por si lo quieres leer.
A mí por las radionovelas no me dio, pero las había con número de capítulos de cuatro dígitos.
EliminarGracias por tus comentarios, Flor.
La radio es mi fiel compañera cuando voy a la cama, Es mas amena que la tele, y va contigo, la tele no
ResponderEliminarSe feliz
Esas son las principales diferencias. La radio te acompaña a dónde vas y no te pide dedicación exclusiva.
EliminarSé feliz tú también.
He disfrutado de tu recuerdo, qué bonito!
ResponderEliminarYo de lo que me acuerdo es de una grabadora que me regalaron en Navidad..y la importancia del radio en el coche.
Besos Chema
Yo también le saqué partido a una grabadora que te regalaron. Y a la radio, no solo en el coche sino en casa y allá donde voy.
EliminarBesos, Liliana.
Muy buena entrada, Macondo.
ResponderEliminarYo he de confesar que no escucho mucho la radio, pero me ha encantado leer lo que a influido a lo largo de tu vida, y las anécdotas tan vividas que nos compartes. Así que, ¡larga vida! :)
Un abrazo, y feliz tarde.
*ha influido
Eliminar¡Larga vida!
EliminarMuchas gracias, Irene.
Un abrazo.
Hola Chema, me identifico con todo lo que cuentas sobre la radio, mi gran compañera en los buenos y malos momentos.
ResponderEliminarEn mi caso mi primera radio de pilas era de color azul y tenía una funda blanca, con ella entré con quince años en el hospital para un problema de salud que tuve y no veas que compañía me hizo, de vuelta a casa la tuve conmigo durante muchos años.
Todos los que peinamos algunas canas sabemos lo que supuso la radio en nuestras vidas. Yo también fui seguidora de Matilde Perico y Periquín, que buenos momentos nos dieron. Que tiempos uff que tiempos...
Besos Chema y feliz semana
Puri
Yo ya ni peino canas. Me limito a sacarlo brillo a la calva. Y a escuchar la radio, claro.
EliminarBesos, Puri.
Cierto, la radio siempre ha tenido su protagonismo propio y siempre la tendrá.
ResponderEliminarUn saludo.
A pesar de lo que pudiera pensar al principio de la televisión, no tiene competencia en muchos aspectos.
EliminarUn saludo, Manuela.
Muy buen homenaje a la radio. Yo no la escucho mucho, solo cuando voy en coche y sí hace mucha compañía.
ResponderEliminarVes me has hecho pensar que mi primer regalo maravilloso fue una maquina de escribir, oh me encantaba escribir con ella, qué recuerdos.
Besos
Tampoco es mal regalo la máquina de escribir y también escribí un día sobre ella. Con ella como instrumento y sobre ella como protagonista.
EliminarBesos.
Un homenaje a la radio que, a pesar de la censura, hizo una labor extraordinaria en esa sociedad española que tan bien queda reflejada en tu relato. Desde "Matilde Perico y Periquín" hasta nuestros días, yo, me quedo con la radio.
ResponderEliminarBesos, Chema.
Yo también me quedo con ella, María Pilar.
EliminarBesos.
Adoro la radio desde mi adolescencia. Gracias a ella y a programas como el Balbín, mi añorado Juan Luis Cebrián o Carlos Pomares descubrí el placer de aprender y ser curioso. Me hicieron ver la cultura como algo apasionante mientras los escuchaba incluso en la cama, antes de dormir. Merecidísimo homenaje al, para mí, mejor medio de comunicación posible. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarRecuerdo los inicios de "Hora 25," en la Cadena Ser, dirigido por Manuel Martín Ferrand. Allí empezó la fama de José María García. Quienes escuchábamos el programa y no teníamos sueño, descubrimos el "Polvo de estrellas", de Carlos Pumares. A mí me parecía un impertinente, pero de cine sabía un montón.
EliminarUn abrazo.
Es que a mí me pillas en lo de mayor y de alguna manera en lo de solitario. No sé si tú lo eres, pero me parece que harías una buena entrada sobre la radio.
ResponderEliminarUn abrazo.
yo colaboro con la radio desde hace años y estoy encantada! besitos!
ResponderEliminar¿Qué haces en la radio?
EliminarEn mi casa había mucha afición a la radio,mi madre,mi padre...mi tía,mi abuela...yo me enganché pronto,me encantaba.Años después trabajé en una emisora.Y ahora todavía escucho mucha música de la radio.
ResponderEliminarEs un invento estupendo.
Besos.
Yo lo que no escucho precisamente es música, pero cada cual le saca el partido que le apetece. En cualquier caso, hace mucha compañía.
EliminarBesos.
Yo escucho de todo.
EliminarY sí,acompaña.
; )
;-)
EliminarLa radio ha sido siempre parte de mi vida... Y lo sigue siendo...
ResponderEliminarUn abrazo
Como de la mía, Ildefonso.
EliminarUn abrazo.
La radio me ha acompañado desde muy pequeña. Recuerdo estar desayunando para ir al cole y escuchando a Sardá. Tanta mella hizo en mí el cacharro parlante ese que hasta hice mis propios pinitos (de pequeña grabándome con un radiocassette y luego ya de forma más profesional; hasta radio pirata hice y todo...).
ResponderEliminarNo sé qué sería de mi vida sin radio. Es algo que tiene la habilidad de acompañarte mientras haces otras cosas. No como la tele, que requiere todos tus sentidos puestos en ella. Besotes!!!
Yo también hice mis pinitos con un magnetofón, pero no he pasada a tu profesionalidad.
EliminarTe digo lo mismo. La radio es imprescindible en mi vida.
Besos.
Qué bonita entrada, Macondo. Nunca ha estado muy presente la radio en mi vida, pero en la adolescencia tuvo su lugar...
ResponderEliminarEsta semana, B la ha conocido. Fue lindo ver cómo descubría que ni ella ni nosotros podíamos elegir la canción que sonaría. Está acostumbrada a que pongamos música o canciones que "tomamos" de Internet o de las que su papá guarda en el celular.
Me alegra que te haya gustado la entrada.
EliminarOjalá la radio le cale a la niña y le pueda dar los buenos momentos que he pasado yo con ella.
Dos inventos muy necesarios para mi vida cotidiana. Tengo muy buenos recuerdos de pasarme horas escuchando la radio... Siempre presentes los programas de música, de rock, de humor....
ResponderEliminarSaludos 📻
Ya estoy viendo que no soy el único.
EliminarSaludos.
Yo también me crié con la radio, el consultorio de Elena Francis que ponía mi abuela, el Carrusel Deportivo... hasta colaboré en un programa de COM Ràdio "Sábados aptos". Me fue muy útil para iniciarme luego en el doblaje.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
El consultorio de Elena Francis era muy famoso, aunque a mí la verdad es que no me gustaba. El Carrusel Deportivo ha marcado un camino de la radio deportiva.
EliminarVeo que varios habéis trabajado en el medio. Yo soy un simple oyente.
Saludos.