Reinvención de sentencias del refranero tradicional
Refranero tradicional
Refranuevo
El dinero no da la felicidad.
La prueba más concluyente de que el dinero no da la felicidad está en las personas que lo tienen.
***
El viejo por no poder y el mozo por no saber, dejan las cosas perder.
No hay equipo más completo que el abuelo con el nieto.
***
Nadie escarmienta en cabeza ajena.
Quien escarmienta en cabeza ajena, se evita coscorrones en la propia.
***
De una gota de un tintero, ¡cuánto malo y cuánto bueno!
De la tinta de una pluma, “Cien años de soledad” y una sentencia de muerte.
***
Dan el ala para comerse la pechuga.
Si crees que te has comido el alfil porque tu contrincante ha tenido un descuido, date por jodido.
***
Está creyendo la beata que quien reza y peca empata.
Tan perfecta se creía que cuando iba a confesarse, más que para ser absuelta acudía a chulearse.
***
Hace más ruido un árbol al caer que un bosque al crecer.
Poco se puede esperar de una sociedad a la que interesa más un concursante de “Gran Hermano”, que alguien entregando su vida por el ser humano.
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Refranuevo
El dinero no da la felicidad.
La prueba más concluyente de que el dinero no da la felicidad está en las personas que lo tienen.
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El viejo por no poder y el mozo por no saber, dejan las cosas perder.
No hay equipo más completo que el abuelo con el nieto.
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Nadie escarmienta en cabeza ajena.
Quien escarmienta en cabeza ajena, se evita coscorrones en la propia.
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De una gota de un tintero, ¡cuánto malo y cuánto bueno!
De la tinta de una pluma, “Cien años de soledad” y una sentencia de muerte.
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Dan el ala para comerse la pechuga.
Si crees que te has comido el alfil porque tu contrincante ha tenido un descuido, date por jodido.
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Está creyendo la beata que quien reza y peca empata.
Tan perfecta se creía que cuando iba a confesarse, más que para ser absuelta acudía a chulearse.
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Hace más ruido un árbol al caer que un bosque al crecer.
Poco se puede esperar de una sociedad a la que interesa más un concursante de “Gran Hermano”, que alguien entregando su vida por el ser humano.
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El dinero no da felicitad cuando falta tampoco !
ResponderEliminarHe observado que muchas personas a las que les toca una buena cantidad de dinero en la lotería o cualquier otro juego, destrozan su vida.
EliminarLo del alfil... qué bueno...
ResponderEliminarQué cierto es, hay que pensar y repensar y aún así... sospechar.
Saludos.
Yo soy muy mal jugador de ajedrez y lo peor que tengo es que cuanto más pienso peor lo hago.
EliminarSaludos.
El dinero no da la felicidad, pero puede ayudar a la infelicidad.
ResponderEliminarAbrazo.
Totalmente de acuerdo. Hay gente que lo asimila muy mal y cambia hasta de amigos.
EliminarUn abrazo.
Pocas luces tiene el que no escarmienta en cabeza ajena... :)
ResponderEliminarLa beata le encantaba poner cachondo al cura, siempre puede caer algo... :)
Salud y abrazo
Pues debe haber mucha cortedad mental.
EliminarA ver si le caía una severa penitencia.
SAlud y abrazo, Genín.
El último es demoledor.Estamos en una sociedad enferma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto.
EliminarUn abrazo.
El dinero no da la felicidad pero ayuda a conseguirla. Vamos a comparar lo "feliz" que puede ser el que trabaja 20 horas al día y no llega a final de mes con un "nini" que pone la mano para irse de marcha. No sé yo...
ResponderEliminarGracias por tu opinión, Manuela.
EliminarMe resultó simpático el equipo formado por abuelo y nieto.
ResponderEliminarBesos.
Me alegro, Amapola.
EliminarBesos.
Así es, el dinero no da felicidad, al contrario trae infelicidad.
ResponderEliminarAbrazos
En muchas ocasiones es así, Chaly.
EliminarUn abrazo.
La última es tan tremendamente cierta!! Qué mal camino llevamos...
ResponderEliminarUn beso y otros por los días ausente.
No hay más que ver lo que vende en la tele.
EliminarBesos.
Me encanta ver a los abuelos con los nietos, creo que es algo que antes no se hacía, y hoy mucho, disfrutar de los nietos, incluso, les rejuvenece.
ResponderEliminarEstán bien todos, pero me quedo con ese, refranuevo, antes que con "Gran Hermano" jajajaja.
Un beso enorme y feliz tarde.
Muchas veces es una convivencia que intesa a los padres que tienen que trabajar, pero en cualquier caso la relación de nietos con abuelos es impagable.
EliminarUn beso.
El del tintero estoy tentado de ponerlo como subtítulo de mi blog, je, je, je... Bueno, en narrativa el peor de los relatos siempre será el que no se escriba.
ResponderEliminar¡Ay, el dinero! No da la felicidad tenerlo, pero su ausencia tampoco es ninguna garantía. Y dicho esto creo que el dinero tiene la curiosa habilidad de acudir a quien menos provecho saca de él. Un abrazo!!
Gracias por tus comentarios, David.
EliminarUn abrazo.
La última es para enmarcarla.
ResponderEliminarGracias.
EliminarUy el último es una gran gran gran verdad.
ResponderEliminarMuy buenos como siempre.
Besazos al alma.
Muchas gracias, Paula.
EliminarBesos.
También me quedo con el último, porque pasa con frecuencia, la preferencia por lo futil. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarConstancia queda.
EliminarGracias por tu opinión.
Un abrazo.
Quizá sea un consuelo de pobre, pero he observado en muchas personas a las que les he tocado una importante cantidad de dinero, que su vida ha sido más infeliz que antes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo más bien diría que el dinero no da la felicidad, la compra.
ResponderEliminarSaludos, Macondo!
Borgo.
Muchas veces es una felicidad transitoria o engañosa.
EliminarSaludos.
De una pluma pueden salir tanto cosas buenas como malas, pero de los programas basura solo mierda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo, Josep Mª.
EliminarUn abrazo.
Muy buenas todas, pero la última me ha parecido brutal!
ResponderEliminarUn abrazo, Macondo!
Celebro que te haya gustado, María.
EliminarUn abrazo.
Viejo y niño. No conocía este refrán. Me ha encantado en su vieja y nueva versión.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra que te hayan gustado.
EliminarUn abrazo.