Antes
de casarnos habíamos llegado con mi mujer al acuerdo de que si teníamos una niña
el nombre lo decidiría ella, pero si era un niño la elección sería mía. Hasta
que se quedó embarazada no me planteé
seriamente en qué iba a quedar el dilema que siempre había tenido. Desde mi
bisabuelo hasta mí todos los
primogénitos de la familia habíamos sido
Simón, por lo que todo el mundo daba por
hecho que así tendría que llamarse mi hijo. Sin embargo a mí no me gustaba tener que condenarle a los odiosos
diminutivos que yo había sufrido para poder ser distinguido de mi padre. Cuando
la comadrona me dijo que había sido un varón, me di cuenta de que
no iba a tener valor para luchar contra el peso de la tradición familiar. Mi
hijo sería el quinto Simón Martínez
consecutivo en nuestro árbol
genealógico. Durante muchos años
tuvo que soportar que todos los miembros de la familia, menos yo, se dirigieran
a él con el dichoso Simoncito. No recuerdo en qué momento le quitaron el diminutivo y
no entendí hasta ayer —que por fin accedí a ponerme el audífono que desde hace tiempo necesitaba—
por qué él siempre distinguía cuándo se dirigían a él o a mí, mientras que yo me
confundía continuamente. Resulta que
el paso de los años no solo ha afectado a mi oído, sino
también a la continencia de mi vejiga de la orina. Como tengo que ir
continuamente al baño para vaciarla, actualmente
el único Simón de mi casa es mi hijo. A mí me llaman Simeón.
Cita del día
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
CITA DEL DÍA: «Lo peor que puede hacerse es cruzar el precipicio en dos saltos» (David Lloyd George).
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Qué simpáticos son en esa casa eh.... cada vez que le llamen Simeón debería mearles... a ver quien se cansa antes.
ResponderEliminarSaludos.
Mientras no oía no se enteraba. Ahora no sé lo que hará.
EliminarSaludos.
Mear, pero en familia !
ResponderEliminarLa familia que mea unida, permanece unida.
EliminarNombres que tiene su miga. Al niño podían llamarle meoncete, comiéndose la sílaba primera de Simoncete, para diferenciarle del padre.
ResponderEliminarUn ejercicio lúdico gracioso. Un abrazo y feliz viernes
Lo que pasa que actualmente el niño ya no tiene edad para eso. Cuando era muy pequeño, sí.
EliminarGracias.
Un abrazo y buen fin de semana.
Entrada con mucha "S"
ResponderEliminarSimón, Simoncito, Simeón...
Sábado, sabadete...
Saludo soñador.
Al sábado te has adelantado, que estamos a viernes.
EliminarSaludo.
Pues sí.
EliminarTodo llega y todo pasa.
¡Feliz domingo!
Feliz domingo también para ti, Manuel.
Eliminarjajaja Simeón, muy bueno!
ResponderEliminarGracias, Alicia.
EliminarAy, pobre hombre. Se aprovechaban porque no oía. Dudo que tuvieran lo que hay que tener para decírselo a la cara. Jajajaja. Besotes!!
ResponderEliminarEl día que se puso el audífono igual los echó a todos de casa, para que no lo tuviesen que llamar de ninguna manera.
EliminarBesos.
Simeón, se le llamó así debido a que su madre dijo: "D-ios ha escuchado, por cuanto era odiada, y por eso me dio también este meón"
ResponderEliminarAbrazos
No lo pillo.
EliminarUn abrazo.
No sé de que se queja. solo varía una letra. :)))
ResponderEliminarUn abrazo.
El pobre hombre no se queja. Solo ha podido constatarlo al ponerse el sonotone.
EliminarUn abrazo, Alfred.
Jajajajaja, pobre, seguro que cuando empezó a oír no se lo decían a la cara.
ResponderEliminarFeliz finde.
Seguro.
EliminarFeliz finde también para ti.
Si es que el tiempo no pasa en balde y la astucia y el recochineo tienen el lápiz siempre afilado para encajar una 'e' donde se deje...
ResponderEliminarSaludos!
Espero que por lo menos el hijo le llame "papá" o "padre".
EliminarSaludos.
jejeje Siempre hay soluciones para casi todo... :)
ResponderEliminarSalud y abrazo
Salud y abrazo también para ti, Genín.
EliminarSe habrá enterado? Alguien se lo habrá escrito?
ResponderEliminarIgual siempre puede ser peor, sino pregúntale al pobre japonecito Sacayama
Abrazo
Con el audífono se ha enterado de todo.
EliminarPrecisamente tengo hecha una entrada con un japonés de protagonista. Creo que será la primera que publique en septiembre.
Un abrazo.
De Luciano no lo había pensado.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti, Julio David.
No le va a quedar más que acostumbrarse a "Simeón". Ni se hubiera puesto el aparatejo.
ResponderEliminarTen un buen domingo Chema de mi corazón contrito.
El aparatejo le ha servido para solucionar la sordera, pero meón seguirá siéndolo.
EliminarTen un buen domingo tú también mi querida chamaca.
Que edad tiene Simon ( el meon?) Pobre tipo, la gente es cruel....que le pregunté al de Bulgaria como lleva eso de ser el Simeon real.
ResponderEliminar😁
A lo mejor resulta que lo de Simeón es un ascenso y él se lo ha tomado a mal.
EliminarCreo que un hermano del padre, segun me contaron, se llamaba Tolomeo...
ResponderEliminarDemasiado distinto a Simón para no haberse dado cuenta, aún sin llevar audífono.
EliminarPobre,vaya nombre le ha caído...
ResponderEliminarEl sonotone le reveló el nombrecito.
Besos.
Se ponen bastantes nombres peores que Simeón.
EliminarBesos.
Nombres tales como Gaudencio y Mamerto.
ResponderEliminarComo bautizan a tanto nino con nombres medio rarofilos.
Antes los culpables de esos nombres eran con frecuencia los santos del día del nacimiento. Ahora cualquier personaje que pueda caer simpático a los padres, sobre todo si tiene nombre ingles.
EliminarTengo un tío que se llama Simón (un nombre que me parece bonito) En el colegio le llamaban Simon Templar por la serie de El Santo que pasaban por TV en los sesenta. Su hijo -también Simón- no tuvo esa suerte, eran los ochenta y le cantaban: "Eres tonto Simón y no tienes solución..." de Radio Futura.
ResponderEliminarPor cierto que yo llegué al mismo acuerdo con mi pareja, si era niño yo decidiría el nombre. Es un niño llamado Daniel.
Saludos!
Borgo.
Como cambia la historia. De un guaperas a un tonto.
EliminarEs un nombre bonito, Daniel.
Saludos.
Pobre señor Simón.
ResponderEliminarNosotros también hicimos ese acuerdo, al revés; si era niña, el papá elegía el nombre.
Y le puso B. Yo hubiera elegido uno un poco más largo. :)
EliminarMuy bueno. EXcelente humor. Un abrazo. Cralos
ResponderEliminarGracias, Carlos.
EliminarUn abrazo.
En esa casa desde luego aunque no coman, las risa con los si-meones las tienen aseguradas.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
Son unos cachondos, sí.
EliminarUn abrazo, Rafa.