REEDICIÓN (edición: 16/06/2013)
Estaba la mamá pata
que en su gozo no cabía
viendo a sus nuevos patitos
que del cascarón salían.
Los alazos y ovaciones
que orgullosa recibía
tornáronse en
pitorreo
cuando
el último nacía,
al
comprobar que a los otros
en poco se parecía
y por no hablar cuatellano
algo extranjero decía
con una voz atiplada
por la que se ganaría
el mote de paticona
en
toda la galería.
"No
te apures, hijo mío,
que
aquí hay mucha tontería.
Te amo
como a tus hermanos,
y más
lo haré todavía
si el
día en que se celebre
vuestro
bautismo en la ría
eres
capaz de mostrarnos,
nadando,
tu patería".
El tiempo fue transcurriendo
y esa fecha llegaría
en que el primer capucete
en la charca se darían.
Mientras los demás, ansiosos,
esperaban
la salida
para meterse en el agua
rebosantes de alegría,
nuestro pequeño patito
su hidrofobia descubría
con una infinita angustia
que moverse le impedía.
La mirada de su madre
tanta presión transmitía
que por no decepcionarla
se arrojó con osadía.
A la mañana siguiente
alguien se preguntaría:
"¿Qué
hace un pollo de gallina
ahogado junto a la orilla?".
Amores mal entendidos.
Exigencia desmedida.
Xenófoba intransigencia,
que ha sentenciado otra vida.
¡Pero qué maravilla, Chema!! El giro final me ha sorprendido gratamente.
ResponderEliminarBesos :)
Me alegro, Pilar. Muchas gracias.
EliminarBesos.
El cuento tiene mucha enjundia (nunca mejor dicho). Me ha gustado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Chema.
Desconocía o había olvidado la relación de "enjundia" con las aves. Siempre aprendo algo de tus comentarios.
EliminarMe alegra que te haya gustado el cuento.
Un fuerte abrazo, Karima.
Me encanta Chema :) sobre todo su final, un fuerte abrazo con todo cariño
ResponderEliminarMe alegro, María. Muchas gracias.
EliminarOtro fuerte abrazo para ti.
Mira que hay formas de explicar las consecuencias de la xenofobia, pues me quedo con esta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues muchas gracias, hombre.
EliminarUn abrazo.
Hola Macondo es graciosa la historia bueno para el pollo no pobre :(
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Edelweiss. Voy a conocer tu blog.
EliminarSaludos.
pobre pollito, por no decepcionar a su madre... cuantas cosas hacemos por no decepcionar a los demas... :( un abrazo Chema
ResponderEliminarCuantos padres amargan la vida a sus hijos por volcar en ellos sus ilusiones y sus frustraciones. Me estoy acordando de todos esos niños a los que Dios ha llamado para jugar bien al ajedrez (por ejemplo) y sus padres se empeñan en sacar de ellos un Messi o un Cristiano.
EliminarUn abrazo, Laura.
¡Ah que tristeza, pobre pollo!
ResponderEliminarLo del pollo ya no tiene remedio. Lo que hace falta es que la Madre Naturaleza se comporte por aquellos lares y no os vuelva a dar otro susto como el de anoche.
EliminarUn abrazo.
¡Que preciosidad! Hay tantas maneras de condenar a las personas a la desgracia.
ResponderEliminarBesazo
Incluso a veces con la mejor intención.
EliminarBesos.
Ay! Pero me has matado al pollico. Que lástima!
ResponderEliminarEs cierto que muchas veces por agradar y no decepcionar a los que nos quieren tiramos por caminos que no son lo nuestro, nos presionamos demasiado y las cosas pueden terminar mal. Es difícil encontrar el equilibrio y motivar o animar a hacer algo sin llegar a presionar ni obligar...yo es que estoy pensando en mi setita, este cuento como los buenos cuentos, cada uno puede adaptarlo a sus circunstancias e interpretarlo como desee.
Besitos
En mi interpretación a este pobre pollo la presión le viene de fuera, especialmente de su propia madre. Pretender que un pollo nade es la misma putada que animar a un hijo corto a que se matricule en Ingeniero de Caminos. Es normal que los padres sean subjetivos, pero no tanto.
EliminarBesos.
Qué mono!! :-)
ResponderEliminarMono no, pollo. :)
EliminarVoy a pasarme por tu blog.
Saludos.
Qué grande eres, en el fondo y en las formas, genial.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias por su generosidad, buen hombre.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno, aunque lo pasó peor el pollito que la madre.
ResponderEliminarUn abrazo Macondo.
Bastante peor, sí. A la madre casi se le quitó un peso de encima.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminarMuy bien hecho, Chema, bien con las rimas y bien relatado, sobre todo el mensaje final, que lo has incluído en la poesía como quien no quiere la cosa pero que ha conseguido sorprender. Si lo aplicamos a la vida tal cual, nos daremos cuenta de que hay muchas formas de interpretarlo, pero la más dura, quizás, sea precisamente ésta, la de unos padres que están obligando con su actitud, a que sus hijos acaben en desastre de una forma u otra.
Me ha gustado mucho.
Besos apretaos.
Las rimas la verdad es que muy trabajadas no están, para qué vamos a engañarnos.
EliminarEfectivamente yo creo que muchos padres amargan a sus hijos queriendo que sean lo que a ellos les gustaría haber sido y no pudieron.
Besos apretaos también para ti.
Qué bueno!!! Yo no soy capaz de rimar ni dos palabras...
ResponderEliminarHay gente que no debería tener hijos si lo que desea es tenerlos para manipularlos, me parece horrible los padres que canalizan sus frustraciones en sus hijos...
Un beso Chema
No puede decirse precisamente que estas rimas sean complicadas.
EliminarEstoy de acuerdo en lo que comentas sobre la manipulación de los hijos.
Por cierto, mi próxima entrada voy a dedicártela porque me la has inspirado con una tuya.
Otro beso para ti, Eva.
Un poema clásico sobre un tema clásico, el del patito feo, pero adecuadamente actualizado con una versión quizá más realista viendo la sociedad en la que vivimos. No se puede obligar a nadie a ser lo que no se es, ni a hacer lo que no es de su gusto. Y uno no debe esforzarse por gustar a los demás en contra de sus principios. Claro que el protagonista de tu cuento-poema no tenía, el pobre, uso de razón y se dejó arrastrar por las circunstancias.
ResponderEliminarUn abrazo.
El problema es cuando incluso los que se supone que te quieren no esperan que vivas tu vida, sino la que a ellos les gustaría que vivieras.
EliminarUn abrazo.
"Que triste estroy" !
ResponderEliminarEs solo un cuento, aunque tenga mensaje. No te entristezcas.
EliminarHola.
ResponderEliminarQué final tan sorpresivo y triste.
Me ha gustado mucho, a veces los padres esperan o esperamos demasiado de los hijos y habría que dejarles elegir y que sean felices, sin más.
Muy feliz miércoles.
Sin el dramatismo de la fábula, hay muchos padres que amargan la vida a sus hijos pretendiendo que hagan lo que a ellos les hubiera gustado ser. Cuántos padres frustran la sana diversión de sus hijos practicando un deporte, además de frustrarse ellos, por obsesionarse por hacer un Messi de los pobres críos.
EliminarUn abrazo.
Que profundo que fuerte y desgarrador Macondo, al llegar al final del poema me has sacado unas lágrimas...muy triste quedo, soy sensible, que le vamos hacer...
ResponderEliminarTe ha quedado genial, mi felicitación amigo.
Besos
Lamento tus lágrimas que, por otro lado, me llenan de orgullo.
EliminarA tu sensibilidad no tienes que hacerle nada. En todo caso puedes enorgullecerte de tenerla. Sin ella no podrías transmitir lo que transmites en tus poemas.
Muchas gracias.
Besos.
Acaba siendo un cuento muy potente, poca tontería con los patitos y los pollos de gallina.
ResponderEliminarUn hermoso cuento. Un abrazo y feliz tarde
Es un cuento duro, porque recoge realidades. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Pues te ha quedado estupendo. En todas las familias puede haber un raro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Celebro que te haya gustado, Matías.
EliminarUn abrazo.
Me gusto, hay madres asi de crueles, soy capaces de esconder o ignorar a un hijo porque no es de su agrado, ante es ingratitud, la vida puede sorprender
ResponderEliminarun abrazo
Madres y padres. Hay supuestas buenas intenciones que están cargadas de egoísmo.
EliminarUn abrazo.
Un relato excelente contra toda la tontería que nos envuelve, sigue siendo tan válido cómo el primer día.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te guste, Alfred.
EliminarUn abrazo.
Me temo que tu post está más vigente que nunca.
ResponderEliminarVamos a peor.
Saludos.
Eso me temo yo también.
EliminarSaludos.
Muchos políticos deberían aplicarse el cuento. Hay que buscar a quien nos complementa.
ResponderEliminarMuy aguda tu entrada de hoy.
Un beso.
Gracias, Ilduara.
EliminarUn beso.
¡BRAVO!, me alegro que lo hayas reeditado porque así he tenido la oportunidad de leerlo.
ResponderEliminarMagníficos versos finales que deberíamos tener presentes todos desde la mañana a la noche.
Gracias, Tracy.
EliminarGracias por tu comentario, Julio David.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que final , tan malo tuvo el pollito a mi me da mucha pena :(
ResponderEliminarTe deseo una feliz tarde , besos de flor.
Amores mal entendidos y egoístas.
EliminarBesos.
Jajaja, muy bueno
ResponderEliminarAbrazos
Gracias.
EliminarUn abrazo.
Ay esas presiones que a veces provocan los amores desmesurados. ¡¡¡¡Pobre pollito!!!
ResponderEliminarMuy bueno Chema.
Besos
Gracias, Conxita.
EliminarBesos.
Ay, qué pena me ha dado del pollito.
ResponderEliminarPero la moraleja de esta fábula es tan verdadera como si la hubiese escrito el mismísimo Samaniego.
Muchas gracias, Ángeles.
EliminarVaya con la madre...
ResponderEliminarPobre pollito.
Retrato de lo q pasa en el mundo...
Besos.
Eso el lo triste: que pasa.
EliminarBesos.
¡Qué bonito y qué tiste! Me impresiona la imagen del pobre pollito... Qué bien te ha quedado.
ResponderEliminarGracias, Silvia.
EliminarMe ha recordado a lo que leí sobre James Whale, el director de cine. Dijo: "Nací en una família de granjeros. Yo tenía inquietudes artísticas pero para ellos yo era como una jirafa, y mi padre hizo lo único que sabía: ponerme un arado."
ResponderEliminarSaludos.
Borgo.
Egoístas los padres que quieren verse realizados en sus hijos.
EliminarSaludos.
Lindo:))
ResponderEliminarGracias.
Eliminaryo me siento asi! besitos!
ResponderEliminar¿Igual que el pollo?
EliminarBesos.
Muy bueno, amigo... Y muy bueno ese cambio al final
ResponderEliminarGracias, Ildefonso.
EliminarPollito y ademas con hidrofobia, pobre bebe.
ResponderEliminarLindo poema.
Un abrazo, Macondo
Gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
Hola Chema, que pena el pollito y que cruel la madre..ser diferente no implica hacer con él lo que tú quieras. Yo me inclino por la exigencia desmedida
ResponderEliminarBesos
Puri
Gracias, Puri.
EliminarBesos.
Has transformado un cuento de hadas en una historia de la vida real ;)
ResponderEliminarUn saludín.
Tristemente es así.
EliminarUn saludo, Xurxo.