Como cada uno anhela lo que no tiene, todo el mundo la envidaba y ella envidiaba a todo el mundo. Vivía en un maravilloso lugar de trescientos habitantes, en el que siempre hacía lo que los forasteros llamarían buen tiempo y ella denominaba anodino. Disfrutaba cuando chateaba con personas de otros lugares, que se quejaban de calor y tan solo unos meses después se lamentaban del frío. Suspiraba por necesitar ropa distinta para cada época del año. Por tener que subirse el cuello del abrigo, ponerse un pasamontañas, ajustarse unos guantes y liarse a bolazos de nieve con sus amigos.
El día que se le apareció el genio de la lámpara enseguida pensó en la primavera, el verano, el otoño y el invierno, con todas sus consecuencias. Le ofreció solo un deseo y ella le respondió que era un rácano, pero cambió de opinión cuando puntualizó que pedir cuatro estaciones distintas podía considerarlo dentro de la misma solicitud. Convinieron que su ilusión se haría realidad el día de su cumpleaños, para el que quedaba una semana. La pasó comprando ropa de todas clases, haciendo planes y con unos nervios tremendos. La última noche apenas pegó ojo. En cuanto creyó que había tenido que amanecer se echó de la cama y fue corriendo a la ventana. La temperatura era similar a la de cualquier otro día a esas horas. Lo que sí vio a lo lejos fue cuatro edificios desconocidos. Se vistió rápidamente y se dirigió a inspeccionarlos. Cada uno de ellos estaba presidido por un letrero: estación de ferrocarril, estación de autobuses, estación de metro y estación de tranvías.
Jajjjajjajja!!!!!!!! Grande Macondo!!!!!!! Me has sacado la "risa" gracias!!!
ResponderEliminarGracias a ti por tu risa fácil.
EliminarBesos.
Muy bueno el giro final... Buen relato...
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz fin de semana
Muchas gracias, Ildefonso.
EliminarBuen fin de semana también para ti.
Un abrazo.
Hay que ser muy claros cuando de desear algo se trata, los magos son magos no adivinos.
ResponderEliminarBeso
He cambiado "mago" por "genio".
EliminarEfectivamente hay que ser muy claros, que el buen hombre está todavía medio dormido después de tantos años metido en la lámpara.
Beso también para ti, chamaca.
Que no se queje... tuvo suerte de no encontrarse con una pizza 4 estaciones...
ResponderEliminarSaludos.
O con un disco de Vivaldi. Aunque quizá fuera más práctico que ferrocarril, autobuses, metro y tranvía en un pueblo de trescientos habitantes.
EliminarSaludos.
Muy bueno. Yo era así cuando vivía en Valencia y ahora que vivo en Viena añoro el clima de Valencia y me cag... en el invierno. No lo aguanto más. Y aquí si que hay estaciones pero el invierno es tan largo... y eso que últimamente ya no es ni la mitad de crudo que antes.
ResponderEliminarBesos
Los inviernos de ahora no tienen nada que ver con los de antes. Este año, sin ir más lejos, las estaciones de esquí las están pasando muy putas.
EliminarBesos.
Pudo haber tenido el único regalo de una música de Vivaldi, así que ahora, cuanto menos, tiene estaciones que le pueden llevar a otros lugares...si hay trayectos además de estaciones!
ResponderEliminarUn abrazo
Eso es lo que no está tan claro. Lo de los trayectos.
EliminarUn abrazo.
...y se acabo la serenidad !
ResponderEliminarMucha estación para un pueblo tan pequeño. Si hubieran hablado en francés no se hubiese producido la confusión.
EliminarLástima que no fuesen estaciones de esquí.
ResponderEliminarMuy bueno el toque final, Macondo.
Besos.
Con ese clima el negocio de las estaciones de esquí iba a ser catastrófico.
EliminarBesos.
jajajaja Si, hay que tener mucho cuidado y concretar muy bien los deseos... :)
ResponderEliminarSalud
Así es Genín, no pase como a aquella chica que pidió a los Reyes un Volvo y se encontró con Gaspar bajándose los pantalones.
EliminarSalud.
Ahora puede viajar facilmente a todos esos sitios donde los forasteros, disfrutan de otros climas :)
ResponderEliminarUn beso.
Si le paran los trenes y los autobuses, que el pueblo es de 300 habitantes.
EliminarBesos.
jajajajaja, buen final... ;)
ResponderEliminarEs como en Sevilla, que solo hay dos estanciones... la de verano y la del tren.
No había escuchado nunca lo de Sevilla, pero es así. Para mí una bendición, que soy forastero.
EliminarJajajaja. Pues mira, no podrá cambiarse de modelito pero puede viajar un montón. Besotes!!!
ResponderEliminarNo sé si será consuelo suficiente para una mujer coqueta.
EliminarBesos.
Te advierto que aquí (Zaragoza) nos pasa un poco lo mismo y eso que tenemos el mar un poco lejos. La diferencia está en que el verano es muy verano y el invierno muy invierno.
ResponderEliminarJejeje no me esperaba ese final!
ResponderEliminarMuy bueno Chema =))))
Besitos
De eso se trataba, de sorprender.
EliminarGracias Liliana.
Besos.
Se dice que en Oruro (Bolivia) hay solo dos estaciones:
ResponderEliminarEl Invierno y la Estación del Ferrocarril
Abrazos
Pues como decían por ahí arriba que era en Sevilla, pero cambiando el calor por el frío.
EliminarUn abrazo.
Malditos genios, ¿por qué serán tan retorcidos? Quizá sea una especie de, extraña, inexplicable, inusual, venganza hacia los mortales. Al fin y al cabo, el mundo de la fantasía está plagado de venganzas...
ResponderEliminar¡Un saludo!
A lo mejor la chica no se explicó bien.
EliminarUn saludo.
Malditos genios de las narices, siempre fastidiando con sus matices... parece que la niña (por alguna razón me imagino al prota como una niña) no se había visto el episodio de la mano de mono de Los Simpson.
ResponderEliminarAhora no caigo yo en ese episodio y mira que me gustan los Simpson.
EliminarUno en el que Homer se compra una mano de mono que concede 3 deseos, pero los concede siempre mal :P
EliminarYo creía que los tenía todos vistos, pero ya veo que no o ando corto de memoria.
EliminarEse si que era un genio,igual que tu jjj, haces verdaderas locuras para resolver el final de tus historias y la prueba la tenemos más arriba.
ResponderEliminarBesos genio.
Puri
A cualquier cosa le llamas genialidad, pero te lo agradezco como si lo fueran de verdad.
EliminarBesos, Puri.
Si es que hay que detallar mejor las peticiones... que luego llegan las confusiones... :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es.
EliminarUn abrazo.
Con lo que no contaba la envidiosa era con esos cuatro adefesios que estaban ahora plantados en medio del paraje, afeaban el semblante del lugar y seguramente presagiaban el fin de la calma en ese pequeño edén. Porque le faltó claridad a la chica a la hora de expresar su deseo y porque sucumbió a los pecados capitales de toda la vida a los que la naturaleza humana, en su debilidad, es propensa.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Chema.
Tal cual lo dices, Karima.
EliminarUn fuerte abrazo.
Crees que soportará mal ese final? Le hará feliz viajar cada día y según el clima del lugar a donde vaya, podrá estrenar cada día nuevo look... o no? Subir el cuello de su abrigo, guantes, bufandas, plumíferos, o... blusas, minifaldas...¿no se trata de una persona coqueta además de envidiosa?
ResponderEliminarBien por tu relato, siempre con final impredecible. :)
Besos Chema.
No sé si podrá estar yendo todo el día de aquí para allá, todo eso suponiendo que haya movimiento de trenes y autobuses en un pueblo de 300 habitantes. Coqueta desde luego. Envidiosa hasta cierto punto.
EliminarBesos.
JAJAJAJAJA, yo conozco bien cerca un pueblecito chiquitín por el que pasan unos cuantos trenes, y alguno hasta para. :)
EliminarEs que para cogerlo en marcha siempre hay tiempo.
EliminarJajaja anda jodela que lleva albarcas. Confía en Dios y no corras, para que te fíes de los genios y brujos. Otra vez que vuelva. Ahora medios de transporte no le faltarán.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
Hasta metro y tranvía tiene para desplazarse por el pueblo, fíjate tú qué bien.
EliminarUn abrazo.
¡Qué buenísimo, Macondo! ¡Me ha sorprendido!
ResponderEliminarGracias, Silvia.
EliminarMe encanta leerte este año, siempre acabo riendo ( que es la mejor terapia para todo)
ResponderEliminarbesos
Me alegra ser yo el que te provoca esa risa tan saludable, Marijose.
EliminarBesos.
Jajajajaja va a ser verdad eso de que no nos entiende nadie (o no nos explicamos con claridad que para el caso es lo mismo) Muases infernales, esto lo tienes claro, no?
ResponderEliminarLo de los muases lo tengo diáfano, sí.
EliminarMás para ti.
:)
ResponderEliminarCon tu permiso, me quedo.
No sé en qué estación embarqué pero llegar llegué a tus letras como destino y palabras que me susurran al unísono, me gusta.
Un abraz✴
Yo también me he quedado en el tuyo.
EliminarUn abrazo.
Mirándolo bien, si es la gestora de esas 4 estaciones, puede amasar un buen dinero para irse a vivir a otro sitio con cambios de temperatura... si es que nos quejamos de vicio!!
ResponderEliminarBesos!
El tranvía y el metro en un pueblo de 300 habitantes tienen que ser un negocio catastrófico.
EliminarLa verdad es que sí, nos quejamos de vicio.
Besos.
Ja jajaja ... Mira por una vez seguro que no llegaría tarde ningún sitio por falta de tansporte.
ResponderEliminarMe a gustado mucho , pero como suelo decir muy amenudo , nunca llueve a gusto de todos . Besos de flor .
Demasiada estación para tan pequeño pueblo.
EliminarBesos.