DON JUAN:
¿No es verdad, ángel de amor,
que, metida en un convento,
que, metida en un convento,
desconocéis, y lo siento,
que en la vida hay más sabor?
La suerte os ha sonreído.
Estáis ante un caballero,
en amores el primero
y que a vos os ha elegido.
Voy a la lección primera.
Espero que no os sonroje
que del hábito os despoje
y dejéis de ser soltera.
DOÑA INÉS:
Callaos, por compasión,
porque oyéndoos parece
que mi cerebro enloquece
con semejante oración.
Por la roña que tenéis
en vuestro cuerpo serrano,
al menos desde el verano
la bañera ni la veis.
Cerrad bien vuestra camisa,
porque así, desabrochada,
el hedor de la sudada
lucha por salir aprisa.
Y no os quitéis, por favor,
esos horribles botines,
porque vuestros calcetines
tiran p'atrás del olor.
Subid vuestro calzoncillo
que, de tanta reverencia,
vais perdiendo la decencia
y os asoma el canalillo.
Coged, por Dios, la tijera
y cortad, no os haga duelo,
antes de que llegue al suelo,
esa uña tan hortera.
Vuestra figura da pena,
vuestra oratoria rechina,
vuestra mirada abomina
y vuestro aliento envenena.
Marchad por do habéis venido,
que antes me quedo en las monjas
de hacer caso a las lisonjas
de un patán tan engreído.
¡¡Buenísimo!! Cuánto me he reído. Además de un gran poeta, eres un gran humorista. La pobre Inés no merecía tal pretendiente, así que hizo muy bien en sacarse de encima a ese Don Juan tan guarro, ja, ja, ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para "disfrutar de la vida" con semejante baboso mejor quedarse con las monjas.
EliminarUn abrazo.
Gracias por recuperar tu pluma, lo he disfrutado por el verso y la ironía. En aquellos entonces la higiene personal y de la ropa no eran habituales . Un abrazo y felicidades
ResponderEliminarSi el problema fuera solo la higiene física sería más perdonable, pero está también la mental. El problema es que, en este aspecto, nuestro don Juan y el auténtico no creo que sean tan distintos.
EliminarMuchas gracias, Ester.
Un abrazo.
Jajaajajaa
ResponderEliminarQué lista ha sido Doña Inés.
Buenísimo.
Saludos.
El hombre de mundo cree pisar terreno fácil y recibe de la novicia la lección que merece.
EliminarSaludos.
Demoledor encuentro, mucha milonga y poca higiene.
ResponderEliminarEspabilada Doña Inés. ;)
Abrazo.
El baboso don Juan tiene pinta de ser de esos que no utiliza el desodorante después de, sino en vez de la ducha. La pobre chica debe estar al borde del vómito.
EliminarUn abrazo.
Muchas gracias por "revisionar" para el Tintero este clásico español y muy español. Un abrazo enorme, Macondo.
ResponderEliminarQué menos que tratar de corresponder a vuestro esfuerzo.
EliminarUn fuerte abrazo, Bruno.
Cuando pones a trabajar tus "meninges", te nacen maravillas como esta.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Un honor que don Juan (el maestro, no el tenorio) pase por esta su casa. Más todavía con lo cara que está su presencia. Y todavía más con palabras tan motivadoras.
EliminarMuchas gracias, Juan.
Un abrazo.
Ay, Macondo. Esto no es un amor incomprendido, es uno pestilente, no me extraña para nada el rechazo, no creo que exista desinfectante que lo solucione o erradique, ja, ja, ja
ResponderEliminarDivertidísimo.
Abrazos.
Eso no lo soluciona ni el mismísimo zotal.
EliminarMe alegra que te haya divertido, Irene.
Abrazos.
El humor cercano a Quevedo. Muy bueno. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarNo aspiraba a tanto, pero muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Carlos.
Nota bene: lo del hedor en camisa, calzoncillos y botines, genial. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias de nuevo, Carlos.
EliminarOtro abrazo.
wow! Me gusta más por la ironía que has puesto que el de Quevedo, va mejor en estos tiempos. Tienes mi aplauso eterno.
ResponderEliminarFeliz día Chema.
Un abrazo
Tu aplauso siempre es una motivación para mí, Carmen.
EliminarUn abrazo.
Genial, con gracia a más de gracioso, realista. Buenísimo y breve, como corresponde. Muy buena versificación. Aplausos y abrazos
ResponderEliminarNo se puede pedir más, Juana. Muchas gracias.
EliminarAbrazos.
Jajajaja, muy bueno Macondo. Una genial oda de este clásico. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nuria.
EliminarUn abrazo.
jajaja, no quiero ni imaginar... hasta aquí llega el olor...
ResponderEliminarSiempre has tenido buen olfato.
EliminarHola, Chema, que bien se te ha dado este irónico duelo de palabras con ese plantón tan sincero a Don Juan, qué bueno que la novicia Inés está tan clara, mejor desconocer que en la vida hay más sabor, que tener que lidiar con semejante mal olor, ja, ja.
ResponderEliminarCreo que de leerlo Quevedo estaría diciendo "gracias que yo fui primero", ja, ja.
Me ha gustado este micro tan humorístico, gracias por la gozada.
Agradables días de venideros.
Celebro que te haya gustado I.Harolina.
EliminarLas gracias te las doy yo a ti, por venir a leerlo y por tu generoso comentario.
Que sean agradables también para ti los próximos días.
Buenísimo. Me he reído mucho. Esta parodia del Don Juan Tenorio hubiera gustado mucho a José Zorrilla, seguro. Una tan seria y otra tan cómica. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te hayas reído. De eso se trataba, así que objetivo conseguido (al menos en tu caso). Lo que no sé yo es si a Zorrilla le gustaría tanto.
EliminarUn abrazo.
Estupenda parodia, escrita con mucho arte y mucha gracia, que hace sonreír y hasta reír. Hay amores que entran por los ojos, pero mientras no pasen por el sentido del olfato, no se pueden decir listos para el gusto. Saludo.
ResponderEliminarHay amores que no resisten el vivo y el directo, y no solo por los juicios de los sentidos de la vista y del olfato. Por eso los amores a través de la red son tan peligrosos.
EliminarSaludo.
Ahhh, pero que buenísimo. Me encantó, me hizo reír. Se agradece tanto tu poema, me imaginé la escena y la verdad que he pasado un buen rato e imaginando tu genialidad. Saludos.
ResponderEliminarNo sabes cómo me alegro, Ana. Gracias por tu generoso comentario.
EliminarSaludos.
Me encantan todas tus publicaciones, mi estimado Macondo.
ResponderEliminarY a mí que vengas a verlas, querido Ricardo.
EliminarMe gusta más esta versión. Que le baja los humos al Don Juan. Muy bien escrito Macondo. Un abrazo.
ResponderEliminarEs que el don Juan auténtico, en estos tiempos, huele un poco a naftalina.
EliminarUn abrazo.
Jajajajaja, muy bueno. Al estilo de mis parafraseos.
ResponderEliminarUna versión de este clásico que me lo he imaginado hasta en escena, jajajajaja, lo de la roña y el patán, muy bueno. Te felicito, te quedó genial.
Un abrazo. :)
Me alegra que te haya gustado, Merche.
EliminarUn abrazo.
Jajajajaja, buenísimo!!
ResponderEliminarNo me extraña que Doña Inés le haya dado calabazas a semejante guarrete ¡madre del amor hermoso!
Me ha encantado.
Besos.
Lo celebro, Montse.
EliminarBesos.
Buenas, Macondo.
ResponderEliminarBuenísimo poema. Él tan poético, tan galán y ella... Me ha encantado la labia de la monja, no es algo que se esperase. Le da por todas partes. La mujer se queda a gusto. Creo que después de eso todo queda muy claro.
Un saludo.
Irene
El cateto del prepotente don Juan pensaba que estaba pisando terreno conquistado sin despeinarse y se encuentra con toda una lección.
EliminarUn saludo.
Esto no ha llegado ni a ser desamor. Esto es rechazo puro y duro al primer contacto.
ResponderEliminarY es que, la higiene personal es la mejor carta de presentación de alguien que pretende lo que sea que pretenda.
"Y márchese ya ¡Por Dios!
rápido de mi presencia
que se está haciendo ominoso
y casi pecaminoso
esta vaharada olorosa
que resulta dolorosa
hasta para las pobres bestias."
Un abrazo y felicitaciones por la manera de haber desarrollado el reto.
Muchas gracias, por tu felicitación y por tu aportación.
EliminarUn abrazo.
Genial, Chema. Divertidísimo y súper ingenioso. Qué difícil parafrasear el Don Juan.
ResponderEliminarGracias, Marta.
EliminarQue ingenio hay que tener para ser capaz de parafrasear en clave de humor un texto siempre citado como ejemplo de conquista del varón y de amor sublime de la dama-monja. A Zorrilla le habría encantado...igual que a mi.
ResponderEliminarUn beso, Chema.
Muchas gracias, Pilar.
EliminarNo sé yo si Zorrilla no me habría mirado con cara de odio.
Un beso.
Muy pero muy bueno,gracias,abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti, Fiaris.
EliminarUn abrazo.
Pues vaya con Doña Inés y sus malos malos con el pobre aspirante a amante...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Un aspirante un poco prepotente, me parece a mí.
EliminarOtro abrazo para ti, Ildefonso.
¡Buenísimo!
ResponderEliminarEs genial.
Saludos.
Celebro que te haya gustado, Maripaz.
EliminarSaludos.
Jajajaja, me encanta. Vaya con Don Juan, esa roña le da otro cariz.
ResponderEliminarEnhorabuena, me ha encantado y me he reído muchísimo.
Muy feliz miércoles.
Me alegra que lo hayas disfrutado.
EliminarGracias por tus risas.
Muy feliz miércoles también para ti.
Es un microrrelato en verso, hilarante y original, que parodia el mito de Don Juan con un giro fresco y mordaz. El contraste entre la galantería cursi de Don Juan y la respuesta brutalmente sincera de Doña Inés es desternillante. Los versos de él son pomposos y clásicos, mientras que los de ella destilan ingenio y desprecio, con detalles como el “hedor de la sudada” o la “uña hortera” que lo ridiculizan sin piedad. El estilo es rítmico y ágil, con un lenguaje coloquial que moderniza el tono sin perder la gracia poética. El final, con Inés prefiriendo el convento a este “patán engreído”, es perfecto.
ResponderEliminarFelicidades.
Muchas gracias por tu felicitación y generoso comentario, Marcos.
EliminarSe me olvidaba incluir el enlace a mi participación en el reto, para que no tengas que buscarlo, porque además salgo en el espacio de comentarios con un perfil que abrí en bloggers hace años y no se corresponde con mi perfil real en wordpress. La Url de mi micro para este reto es:
ResponderEliminarhttps://marcosplanet.blog/mensaje-desde-una-cima-nevada/
Ya entré ayer, dejé mi comentario y he visto que me has respondido.
EliminarMuchas gracias por todo.
Muy bueno Chema. esa doña Inés no se acata a las lisonjas del don Juan.
ResponderEliminarÉl siempre tan lisonjero y ella tan realista, que prefiere quedarse en el convento antes que acercarse a él.
Un abrazo
Puri
Don Juan se creía que la tenía en el bote, pero ella le ha salido respondona y lo ha puesto en su sitio.
EliminarUn abrazo, Puri.
Un poema espectacular, me encantó. Pero lamento que no digas quién es el autor
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Alí.
EliminarCuando pongo algún texto que no es mío siempre cito su autoría, pero no es el caso. El autor de este soy yo.
Es tan de agradecer que rescates a Zorrila con esta genial astracanada con tintes de Quevedo o Muñoz Seca, que además de la risa floja con la que he disfrutado cada verso, tienes todo mi reconocimiento porque has unido en este texto las dos artes más complejas, verso y humor, con un gusto indiscutible, métrica cuidada y gran maestría. No me puedo quedar en decirte que es muy divertido: diantre, ¡es muy bueno! Mi enhorabuena, y muchas gracias de nuevo por hacerme disfrutar un buen rato.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Isra.
Celebro que te haya gustado.
EliminarLas gracias te las doy yo a ti, por tu generoso comentario.
Un fuerte abrazo, Isra.
Me ha gustado mucho Macondo! Muy divertido, aunque no es la primera vez que me río mucho con tus relatos. Muy bueno! Un abrazo!
ResponderEliminarEspero que poder sacarte las risas muchas veces más, aunque últimamente estoy un poco vago para escribir.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
¡El amor saltó por la ventana nada más entrar el sucio galán por la puerta! Un divertido texto.
ResponderEliminarUn saludo.
Me alegra que te haya gustado, Necco.
EliminarUn saludo.
Hola,Macondo. Me hiciste reír mucho. Sentí además que leía un clásico de la picaresca española.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo celebro, Mirna. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado tu poema, muy divertido! Será verdad eso que se dice siempre que: los que se pelean se desean? Ja ja! Muy buena historia alternativa! Un abrazote!
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Bueno, le salió respondona, por algo sería ..
ResponderEliminarBesos.
Besos, Amapola.
EliminarExcelentes esos versos al mejor estilo de un romance, me han encantado y me he reído, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
PATRICIA F.
Me alegra que te hayan gustado, Patricia.
EliminarSaludos.
¡Hola Macondo! Vaya personaje que está hecho el Don Juan de tu relato. Doña Inés ha tomado la decisión adecuada rechazándolo.
ResponderEliminarUn poema muy divertido y original.
Un saludo.
Es para mandarlo a tomar viento, desde luego.
EliminarCelebro que te haya gustado, Rocío.
Un saludo.
Un poema muy gracioso. La decisión de Doña Inés fue la más adecuada antes ese Don Juan tan guarro, jajaja. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro de que te hecho gracia, Mamen.
EliminarUn abrazo.
Hola Chema, desconocía esa habilidad tuya para la poesía, todas las rimas están muy bien conseguidas, además de la gracia de los versos. A don Juan le ha salido el tiro por la culata, aunque el se lo ha buscado. Un abrazo.
ResponderEliminarAlguna vez hago mis pinitos, pero llamarlo "habilidad" lo considero muy generoso por tu parte. Gracias.
EliminarUn abrazo.
Una vida entregada al Señor con pulcritud y amor no se cambia por un caballero, que más tiene de pordiosero, y que pretende a una novicia.
ResponderEliminarUn beso.
Así es, Ilduara.
EliminarUn beso.
Macondo, qué bueno este cara a cara entre la épica rancia del galán y la prosaica contundencia de una Inés harta de olores, poses y canalillos fuera de sitio. Me he reído, sí, pero también me ha parecido brillante cómo sostienes el ritmo clásico sin que el humor pierda fuerza ni se vuelva forzado.
ResponderEliminarEsto no es solo una parodia, es una vacuna contra el mito. Don Juan entra creyéndose Zorrilla y sale expulsado como si lo hubiera escrito Valle-Inclán de resaca. Y esa Doña Inés, con su bisturí afilado en cada cuarteta, merece su propio spin-off.
Una joya de astracanada bien medida. Gracias por este rato tan sabroso.
Un abrazo.
Me alegra que te haya gustado, Tarkion. Gracias por tu generoso comentario.
EliminarUn abrazo.