Quiero reivindicar el derecho a sonrojarse sin que haya un patoso que haga un comentario dejando constancia de la situación. Dicho sea para quien no lo sepa porque no se ha puesto nunca colorado, el que se sonroja se da perfecta cuenta de que lo está y lo único que se consigue diciéndoselo es violentarlo más. Si el comentarista en cuestión ha sufrido alguna vez esa situación en sus propias carnes, entonces es consciente de la incomodidad que está provocando, por lo que habría que cambiarle el calificativo de patoso por otro más contundente.
He observado con frecuencia a personas que van de resueltas por la vida, poniendo en evidencia el apuro de una persona tímida para resaltar su propia soltura. Me sorprende que lo haga Christian Gálvez, presentador de Pasapalabra (Telecinco), al que por otro lado considero un excelente profesional.
No he sido testigo del comportamiento de Gálvez, pero tu exposición me ha retrotraído a muchos años atrás, cuando mi timidez era muy elevada, y una compañera de trabajo (a la que acabé odiando) se complacía en ruborizarme en público. Y cuando lo había conseguido, reía a carcajadas.
ResponderEliminarLa desfachatez de algunos se ceba en la timidez e inseguridad de otros. No se trata de picardía sino de malicia.
Un abrazo.
A mí Galvez me parece buena gente, por lo que no creo haya demasiada maldad en su actitud. Quizá sí una cierta complacencia en su propia seguridad, en comparación con la inseguridad de la otra persona.
EliminarUn abrazo.
Para mi el echo de sonrojarse es un acto de inocensia y de sencillez. Y en este mundo tan retorcido es uno de esos regalos que no tiene precio.
ResponderEliminarBesitos y feliz fin de semana :)
Un regalo involuntario en todo caso, porque el sonrojado lo evitaría si pudiera.
EliminarBesos y buen fin de semana también para ti, Nieves.
Y yo que agradezco tanto la timidez y el sonrojo en esta sociedad de desfachatez y sinvergüenzas.
ResponderEliminarUn beso.
Ya ves tú, con lo mal que lo pasan los sonrojados y lo bien que caen.
EliminarBesos.
Te doy toda la razón. Lo de Christian no lo he visto pero a mí sí que me lo han hecho y con lo mal que se pasa...
ResponderEliminarBesos.
Ahora mismo hay un concursante, que lleva bastantes semanas, al que lo traía mártir. Lo digo en pasado porque ha terminado cogiendo una cierta soltura.
EliminarBesos.
De muchacho y no tan muchacho, me solía sonrojar con facilidad y era tan tímido que me sonrojaba de que me sonrojara...jajaja
ResponderEliminarSalud y abrazo
Es que el sonrojo produce sonrojo.
EliminarSalud y abrazo.
La verdad es que debe de ser muy embarazoso que la sangre nos traicione y ponga de manifiesto nuestra timidez.
ResponderEliminarA mi raramente me pasa. Debe de ser que tengo un morro que me lo piso o una anemia de caballo, o ambas cosas a la vez, porque cuando alguna vez me he puesto colorada casi que me he alegrado.
Un placer leerte, Macondo.
Un abrazo.
No se me había ocurrido interpretarlo como un síntoma de salud.
EliminarUn placer que me leas, Tecla.
Un abrazo.
Recuerdo un capítulo de la serie "Anatomía de Grey", donde una chica se ruborizaba de tal modo que a la porbrecita le ardían los mofletes y le entraban mucho sudores porque pasaba mucha vergüenza. Le operaron para que no le pasara más. Me recordó a mí.... aunque lo mío no es tan exagerado.
ResponderEliminarSaludos!
A mí es que de crío me encontraban "salao" (no guapo, "salao"), por lo pelirrojo y las pecas. Me traían mártir, porque además era tímido y todavía les hacía más gracia cuando me sonrojaba.
EliminarSaludos.
A mí me apretaban los mofletes y apretaban hasta que se mo ponían rojos. Me daba una rabia impresionante y ponía mala cara. Hasta que los familiares que me lo hacían dejarond de hacerlo porque se dieron cuenta que no me gustaba.
EliminarPelirrojo, me encanta.
El pelirrojo casi es reliquia, porque actualmente se me apodera el blanco del rojo, incluso la cabeza del pelo.
EliminarCierto, nunca se debe señalar a una persona que se sonroja, es una situación natural que le ocurre a mucha gente, generalmente por vergüenza.
ResponderEliminarEn eso estamos, Matías, pero hay gente que lo pasa bien.
EliminarNo sé qué ha pasado pero a mí también me da rabia cuando dicen que me he puesto roja (aunque no suelo sonrojarme). De todas formas, probablemente alguna vez también se lo haya dicho a alguien. Soy humana. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarYo más que humana diría pelín cabrona, pero allá cada cual con sus adjetivos. Jajaja.
EliminarBesos.
Bueno, eso también...
EliminarVa y me da la razón la tía.
EliminarHay que tener empatía con los demás... pero claro... no abunda, no.
ResponderEliminarSaludos.
Es que hay gente que cree que las palabras acabadas en "patía" es porque tienen algo que ver con los patos.
EliminarSaludos.
Si es que a veces te hacen poner más colorado que un tomate cuando además te lo dicen, es como si uno que tiene un grano en la cara le dicen que tiene un grano, jolines más discreción, que ya lo sabe el mismo, no hace falta que se lo digan ainssss.
ResponderEliminarBesos enormes.
Como decía mi padre "hay gente que tiene la misma sensibilidad que una cerda de cría".
EliminarBesos enormes también para ti, María.
Yo soy de los que se pone más colorao que un "Ñoro"...Saludos
ResponderEliminarSerá porque tienes la fortuna de que todavía te queda algo de niño.
EliminarSaludos.
Hay que ponerse en el sitio del otro cuando se dicen las cosas para saber como te sentirías tu. En mi caso me sonrojaba más antes,pero si me dicen cosas bonitas aún me salen los colores.
ResponderEliminarBesos Chema.
Puri
Si es por que te digan cosas bonitas, benditos sean. ¡Guapa!
EliminarBesos, Puri.
Gracias por la empatía, Macondo.
ResponderEliminarSi no empatizamos entre nosotros...
EliminarSe cogen tablas con los años, pero la timidez nunca se supera del todo.
Yo todavía sigo sonrojandome y no me agrada y mucho mas que me lo digan
ResponderEliminarAbrazos
Eso es lo que sucede, Chaly.
EliminarUn abrazo.
Bueno siempre hay que respetar los sonrojecimientos. A mi se me da por el tembleque de pierna Macondo. Pero bueno... Todos creen que bailo zamba!
ResponderEliminarPues mira que bien, con lo de la zamba disimulas.
EliminarLa sensación de sentirse observado al ponernos rojo es ya suficientemente desagradable como para que encima nos señalen. Lo digo por propia experiencia, aunque no creo que siempre el que lo resalte sea por maldad, pero un cuarto y mitad de empatía no le vendría mal.
ResponderEliminarUn beso.
"Maldad" quizá sea demasiado fuerte, pero sí falta de sensibilidad o deseo de resaltar las fortalezas propias a costa de las debilidades ajenas, lo que ya me parece bastante feo.
EliminarBesos.
Ya te he leído en comentarios que lo de Gálvez es algo reciente a un concursante. Un punto al concursante sonrojado que dices que lo va dominando, y cero puntos a Gálvez. Seguramente como él es tan resuelto no es consciente de la vergüenza que provoca al que lo sufre. Yo veo poco ese programa, porque suele coincidir cuando ya estoy preparando cenas y lidiando con los niños para que se bañen. Pero cuando lo veo, el presentador me gusta, la verdad.
ResponderEliminarRecuerdo que me sonrojaba como a los quince o dieciséis años, y lo pasaba mal, porque eres totalmente consciente del fuego que va hacia la cara y que no lo puedes parar. Luego no sé qué pasó, pero dejé de sonrojarme. No sé si lo controlé yo o realmente es un tema físico que escapa de nuestro control.
Un beso
Como decía en la entrada me sorprendía en Gálvez porque es un chaval muy humano, pero la gente sueltecilla como él lo considera simplemente una gracia y de paso resaltan tus tablas. No es el único presentador que lo hace, con el sonrojo o con los nervios de los concursantes.
EliminarYo en mis años jóvenes me sonrojaba con frecuencia. Con los años se te va pasando.
Besos.
A lo mejor es un excelente profesional CARENTE DE DELICADEZA, pero yo he visto cosas peores al filo de la timidez que ponerse colorado, verbigracia, que se te quede la mente en blanco o que te quedes mudo o casi titubeante en una conversación donde hay más de un interlocutor... Curiosamente, en estos casos nadie te dice nada.
ResponderEliminarBesitos, Macondo.
Besos, Sara.
EliminarHola, Macondo
ResponderEliminarSuelo sonrojarme al reír o en situaciones incómodas, en realidad no soy tímida; sé perfectamente a qué te refieres. Está mal que un presentador de TV, no piense que su comportamiento puede ser copiado por miles de tele-espectadores sin personalidad.
Cordiales saludos
Ponerte encarnada de reír mucho es otra cosa.
EliminarTampoco quería cargar todas las tintas sobre ese presentador, que tiene otros muchos detalles de persona respetuosa con la forma de ser de los demás.
Saludos.
Un amigo me comentó una vez que las personas que se ruborizan es que están vivas, me pareció una manera bonita de relajar a alguien que sabe que se ha ruborizado. Empatizar con el otro ni todo el mundo tiene interés ni siempre se sabe, a veces creyendo relajar a un tímido se lo acaba poniendo en el en peor trance de atraer aún más todas las miradas, después hay gente que disfruta con el agobio ajeno, pero malos bichos hay en todas partes. No creo que fuera el caso de Gálvez que parece un buen tipo, respetuoso y considerado, pero bueno a veces sin querer se mete la pata.
ResponderEliminarBesos
A mí también me parece Gálvez muy considerado, por eso me extraña que lo haga.
EliminarBesos.
Hasta yo que tengo más cara que espalda, me pongo de vez en cuando colorá; noto que mi cara en vez de cara es una estufa. Buen domingo!!!
ResponderEliminarNo siempre se pone uno colorado en los asuntos más violentos. Llega un momento que crees tenerlo superado y por una chorrada notas que te estás sonrojando.
EliminarNo te veía yo a ti colorada, fíjate.
Buen domingo también para ti.
BUENO, YO SOY NEGRO, POR LO TANTO NO SE ME NOTA. JEJEJEJEJE.
ResponderEliminarABRAZOS
Yo tengo una amiga negra y me dijo que cuando tomaba el sol se ponía azul.
EliminarUn abrazo.
Hay gente que confunde la sinceridad con la falta de educación.
ResponderEliminarSaludos.
Me parece fenomenal que rompas una lanza a favor, es verdad que sonrojarse es lo más natural del mundo :)
ResponderEliminarMe parece fenomenal que te parezca fenomenal.
EliminarGracias.
A todos nos ha pasado eso de sonrojarnos, y se pasa bastante mal. Yo de hecho aunque no lo parezca, soy hasta bastante tímido.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
La verdad es que no lo parece, Rafa. No te hacía yo tímido y sonrojado.
EliminarUn abrazo.
Es muy de ser humano señalar con el dedo. Tal vez lo haya hecho sin ánimos de ofender.
ResponderEliminarSaludos.
Eso seguro. Se le ve muy buena persona. Simplemente es un defecto que tienes muchos que no son tímidos, lo que ocurre es que unos lo hacen con malicia y otros sin ella.
EliminarSaludos.
A mí se me nota cada emoción. Soy muy de ruborizarme cuando algo me da vergüenza; antes me incomodaba, pero ya no. Me importan menos las cosas de la imagen.
ResponderEliminarEn lo que parece que no coincido con nadie entre los que estamos comentando, es en que a mí me aliviaba el señalamiento de otro. Como que si ya se ha dicho, pues ya está: es verdad: ya pasó. Ojo que con "el señalamiento" me refiero a decir: "estás roja" o algo similar, la burla aunque se disfrace de gracia, me molestaba y me molesta.
Sí que eres especial. Creo que lo habitual es que te incómode hasta el mero hecho de que te lo digan.
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