El otro día estuve en un funeral y en la homilía creí que me había confundido de difunto. Se ve que el sacerdote no lo había conocido, pero había sido aleccionado por un miembro de la familia que era muy religioso. El difunto no. El difunto solo era una de las mejores personas con las que he tenido la suerte de toparme en mi vida. Un señor de los pies a la cabeza. Marido y padre ejemplar, el mejor amigo de sus innumerables amigos, entrañable, modesto, generoso, campechano, responsable, trabajador, honesto a carta cabal, consecuente con sus ideas, respetuoso con las opiniones y creencias de los demás... pero no especialmente religioso. El familiar le hizo el favor de subsanar esa imprescindible condición para poder considerarlo bueno y el cura nos pintó a un señor que nos resultó algo ñoño y absolutamente desconocido.
Nunca entenderé a esas personas que necesitan redimir a los demás con sus convicciones para poder juzgarlos dignos de merecer el paraíso.
Nunca entenderé a esas personas que necesitan redimir a los demás con sus convicciones para poder juzgarlos dignos de merecer el paraíso.
Nunca entenderé ese afán de familiares y amigos de hablar bien del muerto cuando en vida no lo tragaban. Uno se vuelve santo después de muerto. Irreconocible para los que quedan vivos y lo conocieron.
ResponderEliminarEl día que uno muere deja de ser un hijo de suchi y se convierte en àngel de dios. Ni modo así es esto.
Lo bueno que tú sin dobleces dices lo que antes de morir pensabas de él, que realmente fue un buen ser humano:
¡Vientos por ti mi querido! Lástima que no estarás en mi funeral, te escogería para que dieras el último adiós ante los pocos presentes que voy a invitar a mi velorio.
Besote Chema.
Este familiar no es que no tragara al difunto. Precisamente porque lo quería le parecía que le hacía un favor inventando de él una imagen religiosa que consideraba imprescindible para que pudiera redondear su condición de buena persona.
EliminarHonor me harías escogiéndome para tu despedida, pero soy mal orador. Además creo que cuando lo necesites yo ya habré hecho ese viaje. Los hombres somos mucho más flojos que las mujeres, y más si son unas chamacas echadas p'alante.
Besos.
Entonces si lo quería sabría que sin su ayuda tenía ganado el cielo luego entonces no lo quería tanto jaja.
EliminarNo eres mal orador, eres tímido pero blah, eso sequita con un buen tequila, de ese que voy a dar -bueno yo no, mi familia- cuando entregue el equipo,
Tampoco creo que mueras antes que yo, intuyo que eres más joven que esta anciana de cuerpo y mente pero no de espíritú,
Así que olvídalo.
Otro beso apachurrador de mejillas.
Fe de erratas: quise decir Se quita, separadito. Este iPad no obedece las pausas.
EliminarPues no tengo tan claro que lo supiera, porque estas personas tan religiosas son muy cuadriculadas.
EliminarLa timidez acrecienta mis pocas condiciones de orador, pero no es el único motivo. Mejor pones una canción de mi paisano y tu admirado Enrique Bunbury.
No estés tan segura de que yo soy más joven que tú, que yo tengo 62 recién cumplidos. En cualquier caso, mucho no podemos llevarnos. Pero da lo mismo, porque tienes el espíritu revolucionario de una chavalica.
Otro beso para ti.
¿62? ¡Mátame camión! Tienes entonces el espíritu joven. ¡Vientos! Y ya me callo, no debo molestar a mis mayores :P
EliminarTen un buen domingo Chema
Tanto presumir de mayor y resulta que con motivo te llamo chamaca. De todas formas tampoco vayas a decirme ahora que soy la persona más mayor que conoces.
EliminarQue sea bueno el domingo también para ti.
Suele suceder.
ResponderEliminarA mí no es la primera vez que me ocurre.
EliminarSaludos.
Todo eso es un teatro al que ya hace tiempo que me niego a ir.
ResponderEliminarLástima que haya muerto una buena persona.
Saludos.
Eso es lo único que importa, que ha muerto una buena persona.
EliminarSaludos, Toro.
Se resume en hipocresía social... esa necesidad del credo y las etiquetas para como dices tener abiertas las puertas del paraiso
ResponderEliminarAbrazos
Toda la razón del mundo, Carlos: hipocresía social.
EliminarUn abrazo.
Parece que es imposible que alguien sea buena persona si no es fiel devoto religioso. Un besote.
ResponderEliminarEs como si no tuviera bien encauzada su bondad.
EliminarBesos.
Esas ceremonias tienen por principal efecto positivo alargar un poco el tiempo de la definitiva se paracion ...
ResponderEliminarSi no te sientes identificado con lo que dicen del difunto no sirven de gran ayuda, creo yo.
EliminarBesos, Manouche.
Hay gente que necesita un etiquetado simple, en el que religioso se asimila a bondad. El ser humano es demasiado complejo para que valgan etiquetas. Me ha encantado la descripción que haces de tu amigo.
ResponderEliminarUn beso
Hay mucha buena gente religiosa, pero también mucho mal nacido comulgando diariamente.
EliminarLa descripción apenas le hace justicia, porque se queda corta.
Besos.
es la visión del mundo que cada uno tiene. No somos capaces de "conocer" lo que no existe en nuestro cerebro. Es así de fácil. Así trataron a los pueblos originarios en el "descubrimiento" de américa y así tratamos a todo lo que no conocemos o a lo que se desvía de nuestro modo de vida occidental y cristiano. Es eso. Las cosas nos las explica nuestro cerebro. Una maldita porqueria, che
ResponderEliminarAsí es. Haciendo el favor a los demás de enseñarles el camino de la verdad, que casualmente es el nuestro.
EliminarUn abrazo, Fernando.
Supongo que es por puro egoísmo, pensar en uno mismo en lugar de en la otra persona, somos así de incoherentes.
ResponderEliminarUn beso desde el averno Chema y lamento la pérdida de tu amigo.
Egoísmo y prepotencia. Suerte que tienes de que estoy yo aquí para hacer creer a los demás que seguías mi camino, que es el correcto.
EliminarGracias, Nieves.
Besos.
hijo mio, no sé si hemos estado en el mismo funeral. al que fui yo, salí de los nervios. vamos...
ResponderEliminaruna semana completica.-
un besico!!
No creo, porque el mío fue fuera de Zaragoza. De todas formas la cosa se da con frecuencia, lo que pasa que cuando te toca de cerca te cabrea más.
EliminarBesos.
Si no era religioso y le quisieron clavar el muerto, menuda putada, por parte del cura y del familiar. Lo importante y así constará es que se murió un a buena persona. Lo demás es hacer el oso.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
Así es, Rafa.
EliminarUn abrazo.
Tal vez nadie tendría que hablar de nosotros, y si lo hicieran, debería ser una persona que en verdad nos haya conocido.
ResponderEliminarEn lo personal, creo estar muy lejos de que me llegue la hora (ojalá), pero ya dejé órdenes detalladas para que nadie haga ningún tipo de espectáculo.
Un abrazo.
HD
Disculpa, Humberto, que casi se me ha pasado tu comentario.
EliminarEl problema de esta persona (la informante, no el sacerdote) es que conocía perfectamente al difunto, pero le gustaba más cómo a ella quería que hubiese sido en vez de como era en realidad (mucho mejor).
Un abrazo.
Me ha llegado cierto tufillo conocido que despiden personajes que quieren ser más papistas que el papa. Si el muerto levantara la cabeza.
ResponderEliminarMe temo que el muerto se cabrearía pero no se sorprendería, porque conocía a sus clásicos.
EliminarUn abrazo, María Pilar.
Molesta esta pantomima de mentiras y engaños en que una vez llega la muerte se olvida todo lo que se ha dicho antes del muerto y lo que este ha hecho, no quiero decir con esto que se tenga que difamar o ensalzar ni con mentiras ni con verdades, simplemente se trata de dejar ser al muerto tal y como se ha sido.
ResponderEliminarSaludos
En la mayoría de las ocasiones mucho mejor de lo que se le quiere pintar con criterios mojigatos.
EliminarSaludos.