Ambos habían trabajado siempre de administrativos. Apuraron su periodo de subsidio por desempleo, tratando de encontrar algo de lo mismo. Cuando les quedaban pocos meses la oficina de empleo les planteó otra actividad que podían desarrollar perfectamente con su preparación. Se conocieron en la sala de espera y estuvieron hablando hasta que les llamaron para la entrevista. La de Emilio fue muy breve. Les dijo claramente que no estaba dispuesto a quemarse en una ocupación que no era la suya. La de Carlos duró más. Quería aprovechar la oportunidad de salir del paro, aunque no fuera de administrativo. Desde el trabajo siempre estaría a tiempo de encontrar otra cosa que le satisficiera más.
En los siguientes dos años Emilio pudo prolongar el fin de sus percepciones con una subvención que le permitió ir tirando mientras seguía esperando. Carlos fue poco a poco haciendo rentable su esfuerzo y cogiéndole gusto a su nueva profesión.
Unos meses después, mientras hincado de rodillas en la calle daba vueltas a algún sistema para conmover más eficazmente la atención de los transeúntes, Emilio se quedó pensando de qué le sonaba la cara de ese hijo de puta trajeado que no le había echado más que medio euro en la caja de limosnas.
Caramba! Qué ingenioso el dibujo. En cuanto al post, ni que decir tiene que de casos así la realidad debe de estar plagada. Cuantos debe de haber incapaces de aceptar un trabajo que consideran por debajo de sus posibilidades y en ello siguen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que hay muchos "carlos", pero también bastantes "emilios".
EliminarUn abrazo, Alfred.
Sí, no queda otra que adaptarse a la realidad porque la realidad difícilmente se adepta a lo que nos gustaría.
ResponderEliminarSaludos.
Así está la cosa, Toro.
EliminarSaludos.
Me temo que lo que cuentas, tan habilmente como siempre, es una realidad que cada vez está más extendida.
ResponderEliminarUn abrazo, Macondo.
Las circunstancias económicas obligan en ocasiones a bajar las expectativas, siempre dentro de un orden por supuesto.
EliminarOtro abrazo para ti, Carmela.
De estas situaciones en mayor o menor medida no nos hemos librado nadie, porque estos años que vivimos dan para momentos como los que nos has relatado y más... porque la realidad supera con creces a la ficción.
ResponderEliminarBesos y feliz día :)
Siguen los tiempos para pocas alegrías, por mucho que algunos políticos quieran hacernos creer lo contrario.
EliminarBesos.
Un micro como la misma realidad por desgracia tan extendida.
ResponderEliminarUn beso.
Es complicado reciclarse para cambiar de actividad, pero a veces no queda más remedio.
EliminarBesos.
Qué pena de mundo, pero es así. Aunque tú en tu relato lo enfocas desde el lado de quien acepta y es capaz de llegar a otra cosa, pero no siempre sucede así, la realidad es que muchos quedan atrapados de por vida en trabajos que detestan y en condiciones de explotación y esto yo lo veo terrible, puesto que el trabajo ocupa la mayor parte de nuestras vidas.
ResponderEliminarBesos
No existen trabajos explotadores, lo que existen son personas sin personalidad.
EliminarClaramente hay trabajos donde los empleados están en condiciones de explotación, y verse obligado a aceptarlos es una pena.
EliminarAl menos a este personaje le alcanzó para conservar el traje... Puede ser una mala decisión no aceptar "cualquier cosa", pero creo que en la mayoría de los casos no es chulería.
Está claro que muchos se aprovechan de la situación para pescar en el río revuelto y aprovecharse de las necesidades de los demás, pero yo más bien trataba de centrarme en quienes no están dispuestos a ceder un ápice en sus pretensiones y luego se quejan. Creo que la inmensa mayoría de los españoles con un trabajo digno, si no hubieran sido capaces de adaptarse a unas nuevas circunstancias, estarían en el paro.
EliminarBesos para las chicas y un abrazo para Chaly.
Muy buena reflexión y la imagen que la acompaña de 10.
ResponderEliminarBesos Chema
Gracias, María Pilar.
EliminarBesos.
Yo creo que ese "mejor que nada" es real como la vida misma pero peligroso. A fin de cuentas, es la consigna con la que los poderosos hacen que los que no lo son tanto acepten trabajos miserables por sueldos miserables. Y lo que es peor, han hecho de ello el signo de los tiempos.
ResponderEliminarBesitos.
Eso.
EliminarEvidentemente, no estoy exaltando la explotación.
EliminarBesos.
jejejeje Que vida tan puta... :)
ResponderEliminarSalud
¡Qué bien se ven los toros desde la barrera! XD
EliminarSalud, Genín.
Buen reflejo de la realidad!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Yo trabaje de todo, brincaba de trinchera en trinchera, hasta que encontré el trabajo que se acomodaba a mi manera de ser, tal como lo hizo Carlos. en tú relato.
ResponderEliminarAbrazos
No todos tienen esa habilidad y esa suerte.
EliminarUn abrazo, Chaly.
La originalidad de tu texto, no le quita un ápice de realidad.
ResponderEliminarGracias, Tracy.
EliminarCuento muy actual.
ResponderEliminarNo tan actual para quienes, queriendo trabajar, no encuentran un trabajo digno. Al fin y al cabo los que aparecen en el relato tienen opción.
EliminarLas dos caras de un dilema muy frecuente. Y muy mortificador.
ResponderEliminarPor otra parte, también dejas apuntada, de manera metafórica, claro, una interesante cuestión: que a veces se le acaba cogiendo el gusto y el interés a una ocupación que en principio no nos motivaba y que sólo hacíamos por obligación. ¿Será la moraleja que no hay que cerrarse a nada?
Tanto como no cerrarse a nada no sé yo si no es demasiado, pero es cierto que muchas veces encuentras la felicidad donde menos te lo esperas.
EliminarLa próxima vez no rechazaré aquella oferta de la barra...americana; y luego ya veremos si le cojo el gustillo o mejor "misérrimo" qué nada
Eliminar¿Es ésa la moraleja?
Pues que sepas que fue verdad, me lo ofrecieron un día...estando en el paro.
Por eso he dicho que no cerrarse a nada me parecía demasiado. Aunque también cerrarse a todo.
Eliminara como dice el dicho, más vale pájaro en mano que...
ResponderEliminarmuy bueno
un abrazo
Por aquí, que somos muy brutos, sustituimos el "ciento volando" por "patada en los cojones". Ya he dicho que somos muy brutos.
EliminarUn abrazo, Omar.
El texto no puede estar más vigente,por desgracia.
ResponderEliminarMucha gente se ha visto obligada a reinventarse y otros tantos a aceptar trabajos que no tenían nada que ver con ellos o en condiciones lamentables.
Besos.
Lo de tener que reinventarse es triste, pero lo de las condiciones lamentables inaceptable.
EliminarBesos, Carmen.
Muy simpática historia en la que se le podría aplicar el dicho " peor es nada"
ResponderEliminarUn abrazo!!
Muchas gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
Cuando uno tiene que comer se acepta lo que en ultimo caso la "dignidad" nos lo permita o el hambre.
ResponderEliminarUn beso Chema
Yo me estaba refiriendo más a casos no extremos y trabajos dignos, en muchas ocasiones descartados porque hay una subvención del Estado y después añorados cuando esta se termina.
EliminarOtro beso para ti, Flor de María.
Hay que saber adaptarse a las situaciones que se nos presentan.....y no siempre es fácil, como los lentes de contacto, ah???? jajajaja
ResponderEliminarBesos Chema =))))
Cuando las situaciones que se nos presentan (lentillas) son peores que las que se tienen (gafas) es una tontería cambiar.
EliminarBesos, Liliana.
Pero no buscaste la solución, te quedaste con lo que te dieron, había variedad para probar.....eso digo yo, a mi eso de llevar gafas me molesta por el calor, porque ahora no los necesito para ver de cerca, es de lejos y de noche....ahora hay hasta bifocales de contacto, en fin.
EliminarBesos, Chema =))))
Si quieres que te diga por qué se repiten los comentarios, me dices.....
EliminarBuenos Días para ti, buenas noches para mi =))))
Te lo digo.
EliminarTe mando correo....
EliminarMuchas gracias.
EliminarSi supieras lo caro que se ha puesto el Euro por acá...
ResponderEliminarAbrazos amigo.
En todas partes, creo yo.
EliminarAbrazos para ti, Carlos.
Me vi a través del espejo.
ResponderEliminarEres excelente, te mando un abrazo fuerte.
Gracias.
EliminarVoy a conocer tu blog.
Un abrazo.
Que tristeza, pero es que la realidad es esa y de esa forma se va llegando a esos excesos de explotación del hombre por el hombre, cuando se llega a vivir en la opulencia a costa de lo que sea, de pobre gente que acepta cualquier trabajo
ResponderEliminarpor una miseria de euros.
Besicos Chema.
Gracias por tu opinión.
EliminarBesos.
Una vez vi a un mendigo con un cartel que decía: 'A mí también me hicieron creer que la distancia que nos separaba era más grande.' y este post me ha recordado a eso. Claro que la moraleja es otra, ¿no? mejor trabajar que verlas venir, pero el caso es que me he acordado de eso.
ResponderEliminarEsa es también mi moraleja. No estoy hablando de aceptar cualquier cosa, pero hay trabajos dignos que la gente rechaza por el hecho de tener todavía prestaciones y cuando se le terminan se acuerda de ellos.
EliminarTan real como la vida misma... Otra cosa sería el mundo si nos pusieramos con mas frecuencia en la piel de los otros
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por tu opinión, Ildefonso.
EliminarUn abrazo.
Duro el tema y contradictorio, a veces se deja pasar algo porque nos merecemos más, porque no es lo nuestro o porque vamos tirando con lo que cobramos o porque para cobrar lo que pagan... y es legítimo pero también tiene riesgos, a veces uno se plantea si no es cuestión de hacer caso del refrán de que "más vale pájaro en mano" y como lo quieras acabar Macondo.
ResponderEliminarSaludos
Indudablemente la decisión de cambiar un trabajo por otro es complicada, aunque te paguen bastante más, porque el dinero no es lo más importante Lo que yo no entiendo es renunciar a un trabajo digno, e incluso interesante, por el hecho de que todavía tienes meses para vivir del paro.
EliminarSaludos, Conxita
Chema que realista estas en tus post ultimamente
ResponderEliminarBesos
Esto va por rachas, Marijose.
EliminarBesos.
Yo he intentado adaptarme como Messi, pero no le pego al balón ni con la uña. Tampoco soy fuerte, así que estoy absolutamente desamparado. Cualquier día aparezco devorado.
ResponderEliminarSaludos.
La realidad es una fina línea
ResponderEliminarsobre la que caminar
contemplando eso que llaman vida
Pero para todos lo es ...
Pero hay formas y formas de llevarla y vivirla
Un abrazo
Gracias por tu atinada intervención.
EliminarUn abrazo, Athenea.
https://anna-historias.blogspot.com.es.
ResponderEliminarQuedria enviarte mi blog para que lo mires haved que te parece gracias
Como te decía en mi visita a tu blog, mis limitadísimos conocimientos del catalán no me permiten apreciar tu poesía en esa lengua. Se me escapan los matices.
EliminarGracias por tu visita.
Ya lo dice el refrán: Es mejor tener pájaro en mano que ciento volando. Uno de ellos cogió lo que le daban y llego lejos el otro se quedó sin nada.
ResponderEliminarInteresante tema Chema.
Besos
Puri
Por lo menos lo intentó y le salió bien.
EliminarMuchas gracias, Puri.
Besos.
Tu genialidad nos deja a todos reflexionando. Abruma la realidad que tiene y tu talento para plasmarla.
ResponderEliminarSaludos.
No hago otra cosa que caricaturizar un poco (tampoco mucho) la realidad. Te agradezco que le encuentres mérito a eso.
EliminarSaludos.