Cita del día

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CITA DEL DÍA: «A los ídolos no hay que tocarlos: se queda el dorado en las manos» (Gustave Flaubert).

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viernes, 26 de febrero de 2016

Cuarenta comensales






Sabían de sus habilidades como cocinero, pero les sorprendió su capacidad de trabajo cuando le dijeron que tenía que preparar una comida para cuarenta comensales y les respondió que le sobraba con dos horas de tiempo. Todavía quedaron más impresionados cuando les comentó que pensaba ofrecerles tres alternativas por plato. Al presentarles el menú con las nueve opciones comprendieron que había malinterpretado la palabra comensales:
1. Sal ahumada.
2. Sal yodada.
3. Sal orgánica.
4. Sal hawaiana.
5. Sal negra.
6. Sal bambú.
7. Flor de sal.
8. Sal celta.
9. Sal del Himalaya.


domingo, 21 de febrero de 2016

La novia del ordenador






Después de tantos meses rodeado de machos, cuando Mariano había perdido la esperanza de relacionarse con una hembra, llegó Adoración a su vida como un soplo de aire fresco. Su esbelta torre de llamativos colores, conectada a una moderna pantalla, acompañada por un coqueto ratón y un teclado de diseño, encandiló a los reprimidos aparatos de la sala. Se sintió un privilegiado cuando vio que la colocaban en la mesa pegada a la suya y el ordenador más dichoso del mundo cuando ella, con su dulce voz, le confesó que enseguida se había dado cuenta de que él iba a ser su elegido. Se estremeció cuando sintió que dejaba caer su cable de conexión a la red encima del suyo y así, con ellos entrelazados, pasaron la noche. Entre susurros le dijo que podía llamarle Dora y que venía directamente de fábrica, por lo que aún no había conocido varón. A la mañana siguiente se consumó la vertiginosa relación, cuando la penetró con uno de sus cables y estuvo pasándole datos de su disco duro (durísimo) durante más de dos horas. Al otro día se le partió el procesador al observar que sin pudor alguno hacía lo mismo con Julián, luego con Benito y más tarde con Tomás. Fue el último en enterarse de que se había convertido en el hazmerreir de la oficina y de que a ella le llamaban la comPutaDora.


miércoles, 17 de febrero de 2016

El primo de Zumosol






Como hijo tardano de unos padres mayores que habían perdido la esperanza de tener descendencia, Juanillo creció entre algodones y bastante consentido. En nada le ayudó esa educación a superar su natural timidez. Sin embargo su primo Jesusín, por parte de madre, era todo lo contrario. Tenía una innata facilidad para meterse a la gente en el bolsillo y no había obstáculo que le hiciera reblar. Por defender lo que consideraba justo era capaz de plantar cara al lucero del alba, hasta el punto de poner frecuentemente en peligro su integridad física. Se tomó como cosa personal sacar adelante a Juanillo, por lo que en no pocas ocasiones era llamado el primo de Zumosol. Trató de integrarlo en su pandilla y de que se borrara de la memoria de la gente el apelativo de Autista con que era conocido. Por tal motivo lo hizo baptizador, llegando a confiarle su propio bautismo. Consiguió su objetivo solo a medias, porque en vez de como el Bautizador ha pasado a la historia con el nombre de Juan el BAutista.


sábado, 13 de febrero de 2016

La reencarnación de las ladillas






Murieron en una desinsectación, subieron al cielo y San Pedro puso el grito en el mismo. No podía consentir que por buscar acomodo a unas ladillas tuviera que mortificar los bajos a un santo de los de toda la vida. Como por otro lado comprendía que ellas habían hecho méritos suficientes para estar allí, les dijo que les garantizaba la entrada si regresaban a la tierra, se reencarnaban en otra cosa y volvían a morir en paz con Dios.

Antes de una semana estaban de vuelta:
—Ábrenos, San Pedro. Venimos de ser víctimas de los golosos niños asistentes a un bautizo.
—¿Quiénes sois?
—Las peladillas.


martes, 9 de febrero de 2016

Verbos, adjetivos, hombres y niños






Le presentaron a un hombre muy rico. Se lo comió y dijo que no había sido para tanto. Le explicaron que ella había interpretado lo de rico con el verbo estar y habían querido decírselo con el verbo ser. Prometió tener más cuidado en adelante. Cuando le hablaron de un hombre bueno, pidió la aclaración y le confirmaron que era con el verbo ser. Como pensaba que la bondad es importante de cara a una posible relación quiso conocerlo, pero se trataba de un misionero. Esperó a que le presentaran a uno bueno con el verbo estar. Cuando lo hicieron se lo comió y volvió a parecerle que le habían exagerado. Fue entonces cuando le aclararon que los hombres no se comen y que los mismos adjetivos calificativos pueden tener distintos significados. Les recriminó que no se lo hubieran dicho antes y se comprometió a tenerlo en cuenta de cara al futuro. Cuando le hablaron de alguien que era y estaba muy rico al mismo tiempo, pero que no tenía dinero, ni podía comérselo aunque no fuera hombre, ni aspirar a tener una relación con él precisamente por ese motivo... ni siquiera quiso saber que todo eso era así porque se trataba de un niño. Se limitó a decirles que la dejaran en paz, que a partir de ese momento comería lo que le apeteciera y se relacionaría con quien le diera la gana.


viernes, 5 de febrero de 2016

El ascenso a cabo






Como tantos otros jóvenes de su época, fue a hacer el servicio militar a regañadientes. Justo en el momento en que sus fuerzas eran ya las de un hombre, le quitaban un año de trabajar en casa para perder el tiempo en no se sabía qué. Cuando acudieron sus padres a la jura de bandera ya le encontraron de otra manera. Alguien le había dicho que eso podía convertirse en una profesión, con un sueldo garantizado todos los meses. Una vez destinado al regimiento, su buena relación con un sargento terminó de convencerle. No pegó ojo en toda la noche del día en que le dijo que fuera preparándose para hacer un curso que le permitiría ascender a cabo. Quién iba a decírselo a él, hijo de un modesto labrador, con apenas conocimiento de las cuatro reglas y que le venía justo para leer y escribir... que iba a convertirse en unas semanas, sin dejar de ser hombre, en toda una señora lengua de tierra con el apasionante objetivo de penetrar en el mar.


lunes, 1 de febrero de 2016

La preñez de la hámster






Cuando Miguelito acudió orgulloso al dormitorio de sus padres para presumir de los cuidados que estaba dándole a su hámster, utilizando la gordura del animal como argumento irrefutable, sus progenitores pensaron que les estaba pintando calva la ocasión para ponerle al día sobre determinados misterios de la naturaleza. Con un poco de habilidad podían aprovechar la preñez del bicho para, jugando con los símiles, comunicarle que iban a darle un hermanito. Sin embargo enseguida cayeron en la cuenta de que ni ellos mismos iban a ser capaces de explicar cómo la mascota podía encontrarse en ese estado, considerando que no había tenido relación con roedor alguno en los ocho meses que llevaba en la familia. No tardaron muchos días en despejar la incógnita, cuando vieron que las crías nacían con una luz roja en el vientre y al ratón del ordenador tuvieron que cambiarle precipitadamente las pilas.