Homografías

 

Ya sé que la gracia está muy explotada, pero tengo que decirles que soy uno más de los que se cansó de estudiar Derecho y tuvo que sentarse. No obstante, aunque he de reconocer que solo chupo con una, domino varias lenguas. Gracias a esos conocimientos me salió trabajo de botones en un chaleco. Todos los días voy a currar en el metro. Cincuenta centímetros a la ida y otros cincuenta a la vuelta. Me consideran diestro atendiendo a los clientes, porque me dan con frecuencia las dos orejas de propina. Sin embargo soy el empleado que menos sueldo cobra.  Me  argumentó mi jefe que era precisamente por ser tan poco reptil. Seguramente  por mi condición de mamífero mi mujer me llama llama. Un día me dijo que se había enamorado de mí porque tengo muy buen pico. Entre el pico y la fuerza, la verdad es que no hay quien compita conmigo cavando zanjas. Me costó tanto que quisiera ser mi novia que, cuando por fin accedió a salir conmigo, en agradecimiento le puse una vela a Santa Rita. El primer día que hizo viento, la santa se hizo a la mar.