Era el único gallo de la granja, pero no hacía falta otro porque todos estaban encantados con él. El granjero, porque de los huevos que fecundaba solo salían pollas (con perdón). Las gallinas, porque eran montadas por el galán más apuesto y machote de la comarca. El resto de los animales, porque se despertaban puntualmente con el canto más afinado que jamás habían escuchado. A pesar de que para su especie los cinco años que había cumplido suponían una edad bastante avanzada, nunca había dejado gallina sin follar, polla sin engendrar y amanecer sin cantar. Pero el traicionero frío de aquel crudo invierno le pilló desprevenido, se le metió entre las plumas y le mermó la salud. El primer síntoma de su decaimiento se atisbó en sus cuerdas vocales el día en que por primera vez en su vida desafinó, soltando un colega en su quiquiriquí mañanero. Trató de disimularlo, pero el nuevo gallo se le escapó de entre los espolones y fue adquiriendo las fuerzas que a él le iban faltando. Para no dejar por mentiroso al sabio refranero, las promiscuas gallinas empezaron a hacerle ojitos al reciente inquilino, piropeándole el colorido de su plumaje y la erección de su cresta. El siguiente y definitivo paso fue caer rendidas a su juventud, arrinconando al abuelo como si nunca hubiera existido. Y es que la ley del tiempo también pasa factura en los gallineros.
Cita del día
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CITA DEL DÍA: «A veces pienso que Dios, al crear al hombre, sobrestimó un poco su habilidad» (Oscar Wilde).
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martes, 7 de marzo de 2017
El gallo del gallo
Era el único gallo de la granja, pero no hacía falta otro porque todos estaban encantados con él. El granjero, porque de los huevos que fecundaba solo salían pollas (con perdón). Las gallinas, porque eran montadas por el galán más apuesto y machote de la comarca. El resto de los animales, porque se despertaban puntualmente con el canto más afinado que jamás habían escuchado. A pesar de que para su especie los cinco años que había cumplido suponían una edad bastante avanzada, nunca había dejado gallina sin follar, polla sin engendrar y amanecer sin cantar. Pero el traicionero frío de aquel crudo invierno le pilló desprevenido, se le metió entre las plumas y le mermó la salud. El primer síntoma de su decaimiento se atisbó en sus cuerdas vocales el día en que por primera vez en su vida desafinó, soltando un colega en su quiquiriquí mañanero. Trató de disimularlo, pero el nuevo gallo se le escapó de entre los espolones y fue adquiriendo las fuerzas que a él le iban faltando. Para no dejar por mentiroso al sabio refranero, las promiscuas gallinas empezaron a hacerle ojitos al reciente inquilino, piropeándole el colorido de su plumaje y la erección de su cresta. El siguiente y definitivo paso fue caer rendidas a su juventud, arrinconando al abuelo como si nunca hubiera existido. Y es que la ley del tiempo también pasa factura en los gallineros.
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La edad deja entrever la pluma que por muy delicada o recia sea, finalmente, soplo de pérdida de fuerzas y, a veces, aceite...
ResponderEliminarUn buen *capón (en la cresta o el cuello) a tiempo y llegado el momento hacen mejor caldo que pensión desafinada...
Le llega el retiro que no siempre es un parque.
(*en ambos sentidos)
[No puedo escribirle más que de forma anónima, como siempre, ya que me suelo encontrar unas veces aquí y otras allá y por ello agradezco que tenga usted esa casilla abierta para estos casos. Pues me muevo por diferentes ordenadores que suelo revisar y como me gusta leerlo, es por ello que la empleo.
Por eso y más, reciba mi deferente y grato saludo; no sólo a su ingenio si no, también, a usted como persona]
Puede usted entrar como estime oportuno, incluso tutearme para que pueda hacerlo yo también.
EliminarGracias.
Saludos.
No te puedes fiar de las gallinas.
ResponderEliminarSon muy enamoradizas.
Gallo tras gallo el tiempo va pasando sin compasión.
Al gallo nuevo también le llegará su hora.
Gallus fugit!!!
Jajjaja
Saludos.
Saludos.
Los dichos populares son mucho más agresivos que tú en la calificación de las gallinas.
EliminarEstá bien eso de "gallus fugit".
Saludos.
Jajajaja, reitero lo de la columna, no se puede tener más ingenio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Marigem. Tú que me lees con buenos ojos.
EliminarUn abrazo.
Jajajajaja, una cresta erecta debe de poner mucho...
ResponderEliminarMuy bueno, Chema.
Besos.
Me resulta complicado ponerme en modo gallina, pero supongo que sí debe poner.
EliminarGracias, maja.
Besos.
Para la continuacion de la vida "hay que matar al padre" !
ResponderEliminarPobres padres.
EliminarTodo tiene su declive...
ResponderEliminarUn abrazo!
ASí es, Alfred.
EliminarUn abrazo.
A todo gallito le llega ese día tristón
ResponderEliminar;)
Besitos
Más que tristón, Nieves.
EliminarBesos.
Una analogía de lo más pintada.
ResponderEliminarGenial, Macondo.
Gracias, Tecla.
EliminarMuy conseguido el mensaje
ResponderEliminarAqui no se salva nadie, al rey muerto, rey puesto
Duro la grandeza su tiempo, pero caducó, y en su lugar otro
La vida y tal
besos
Ley de vida. Ni más, ni menos.
EliminarBesos.
Seria genial que de esa manera nos pudieramos perpetuar eternamente, tal y comop el lo hizo trayendo un gallo a la vida, a lo mejor nosotros lo podríamos hacer tirándonos un buen cuesco para que nos sucediera y nos reencarnaramos en el...jajajaja
ResponderEliminarSalud y abrazo
Hubo quien lo planteó retrocediendo desde la vejez hasta el orgasmo de la concepción. La del cuesco es otra opción, desde luego.
EliminarSalud y abrazo, Genín.
Ya lo dice el refrán "ser un gallo de pelea" pero por desgracia hasta el gallo más "salao" tiene que colgar las alpargatas, y los hay que son muy gallitos, y acaban como las gallinas, o como el Gallo de Morón sin plumas y cacareando.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
Sin plumas y a lo loco. Ah no, que eso era otra cosa.
EliminarUn abrazo, Rafa.
Quien le hace ascos a un joven pollo ante la decrepitud de un gallo, ellas siempre atentas para perpetuar la especie.Las gallinas con muy puñeteras....
ResponderEliminarGenial como siempre Chema.
Besos
Puri
No creo que lo hicieran por la perpetuación de la especie, porque el abuelo parece que todavía servía para eso. Creo que fue simplemente un problema de estética.
EliminarBesos, Puri.
Y qué gallina le iba a hacer ascos a un gallo joven, hermoso y con la cresta erecta. Las gallinas por muy ponedoras que sean no son tontorronas.
ResponderEliminarBesos y gracias por las risas
De listas no llevan fama, pero sí de calentorras.
EliminarBesos y gracias a ti por esas risas.
A todo cantor siempre se le escapa un gallo y así lo entendieron las gallinas
ResponderEliminarAbrazos
De hecho le hicieron aprecio al gallo, para que no se sintiera desplazado.
EliminarUn abraro, Chaly.
Es que ante esa cresta erecta normal que las gallinas promiscuas pusieran ojitos promiscuos. ¡Malaje eres!
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Malajes las gallinas. Yo soy un simple notario.
EliminarAbrazo utópico también para ti, Irma.
triste final para el pobre y viejo gallo
ResponderEliminaraños de cumplir su labor, sin fallar un día
pero los años le pasaron la cuenta
no difiere de mucho del mundo de los humanos...
Ley de vida, Carlos.
EliminarA veces más vale un madurito interesante... Pero claro, desafinar es bastante inaceptable en un cantante de pro. Estaba a todas luces perdiendo facultades y, si pierde el arte del bel canto, a saber qué otras habilidades estaban mermando.
ResponderEliminarBesotes!!!
A lo mejor el gallo del gallo era solo la punta del iceberg, puede que tengas razón.
EliminarBesos.
Demasiado vivió el galán, montando todo el día durante cinco años, eso no hay quien lo mejore.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cinco años completos no creo, que de pollo no creo que chingara.
EliminarUn abrazo, Matías.
El anhelo de juventud llega hasta el gallinero, eso que la gallina vieja es la que mejor caldo hace. Gallo y gallina viejos se van equiparando en el tiempo de cocción.
ResponderEliminarUn beso.
En tiempos de cocciones no me meto, que no es mi fuerte la cocina.
EliminarBesos.
Pobre...llegó el Gallito sin canas en la cresta y el do de pecho en la garganta...
ResponderEliminarBesos.
No se me había ocurrido pensar en una cresta con canas, la verdad.
EliminarBesos, Carmen.
Como dice la canción colombiana :
ResponderEliminarQuien tuviera la dicha carrataplan que tiene el gallo.
Un gran abrazo
Supongo que la canción no se referirá a la dicha de cantar.
EliminarUn fuerte abrazo también para ti, Ricardo.
Es que esas gallinas son muy poco agradecidas y una cresta erecta les puede, ya les llegará su caldo.
ResponderEliminarBesos, Macondo.
No seas tan dura con las pobres gallinas, que también tienen derecho a catar al gallo joven.
EliminarBesos, Carmela.
Toda una metáfora de la vida con la gracia que solo tú sabes contarlo.
ResponderEliminarBesos, Chema
Muchas gracias, María Pilar. Eres una amiga de verdad.
EliminarBesos.
Si es que no hay mayor desgracia para un gallo que soltar un gallo. Y suerte tuvo de que no fuera durante la misa del gallo, ojo :D
ResponderEliminarYo creo que en la misa de gallo solo cantan los curas y las beatas. Los gallos de bien solo lo hacen al amanecer.
EliminarPobre gallo, las gallinas "cougar" lo cambiaron!!!!
ResponderEliminarBesos =)))
(Cougar es una expresión del argot inglés para definir a las mujeres que buscan una pareja más joven.) :P
Gracias por la aclaración, porque no tenía ni idea de semejante palabro.
EliminarBesos.
Jajajaja me lo imaginé!!! jajajajajaja
Eliminar;)
Me viene justo para manejar el español, como para meterme con el inglés.
Eliminar;)
La fidelidad asesinada por la juventud, jajajaja
ResponderEliminarAsesinada quizá sea muy fuerte, pero sí puesta en evidencia.
EliminarEso de que con el paso del tiempo mejoramos como el vino es una ingenuidad, salvo que estemos refiriéndonos a la experiencia.
ResponderEliminarSaludos.
Todos nos traicionamos a nosotros mismos cuando nos llega la edad...
ResponderEliminarBuenísimo, Macondo.
Besos.
Gracias, Sara.
EliminarBesos.
Pero su gallardo rival salió de sí mismo. No habría perdido del todo sus facultades engendradoras.
ResponderEliminarEs una bonita forma de verlo. Seguro que le sirve de consuelo a su orgullo herido de macho.
EliminarEsa cresta erecta ha estado de lo más graciosa Macondo, que le quiten lo cantado al gallo.
ResponderEliminarSaludos
Supongo que su problema será pasar de cantarlo todo a tener que quedarse callado. Quizá hubiera sido más justo que la cosa hubiera sido más progresiva.
EliminarSaludos, Conxita.
Jajaja, un gallo que vivió a tope...
ResponderEliminarPero efectivamente, el paso del tiempo hace estragos hasta en los gallineros.
Muy bueno.
El paso del tiempo no hace distingos, ni concesiones.
EliminarGracias, Maripaz.
Sintiéndome gallina... no sólo a nosotras se nos caen "las cosas"; que el gallo, por machito que se crea y sienta, también se le pasa el arroz... y a todos, ellos y ellas, nos gusta la carne joven y pecaminosa si puede ser. Lo que pasa es que las gallinas somos más calladas y pudorosas. Digo yo que será eso.
ResponderEliminarUn abrazo, o un beso, a elegir.
Está bien eso de "carne pecaminosa". Supongo que te referirás a la que alborota la lujuria. :)
EliminarBeso y abrazo, si puede ser.
Lo que pasa es que el gallo mayor llevaba ventaja de cómo tratar al resto (gallinas, granjero y resto de animales). Al otro, por mucho vigor que demostrara, le quedaba una larga carrera.
ResponderEliminarLey de vida!
La veteranía es un grado, desde luego.
EliminarComo me ha gustado. Hace un par de años vivía en una finca y tenía como treinta gallinas y un gallo, el señor Napoleón. También tenía otro sin nombre que duró bien poco porque les arrancaba la piel a tiras a las personas que se atrevían a cruzarse en su camino. Se lo comieron. Napoleón fue el gallo más feliz del mundo.
ResponderEliminarUn saludo
Buen nombre para un gallo.
EliminarSaludos.
Así es la vida, ¿qué se le va a hacer? :D
ResponderEliminarNada. Dejarla como está.
EliminarAy, cuanto se podría contar de las gallinas y su tremenda vida erotica...
ResponderEliminarJa,ja,ja
¿Tienes hecho algún reportaje?
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