Todos tenían situaciones familiares parecidas y un sueldo similar, pero él llevaba el mismo ritmo de vida al principio y al final del mes. Cuando llegaba el último día sus compañeros de trabajo se pasaban la mañana consultando si les habían ingresado la nómina. Más de una vez le preguntaron por qué él no se preocupaba. Siempre les respondía que su situación económica no era tan agobiante como para que le supusiera un trastorno que le pagaran al día siguiente. Cuando le surgían imprevistos no necesitaba tirar de la tarjeta de crédito, porque disponía de un pequeño colchón en su cuenta. No entendían cómo lo hacía, porque además no era de los rácanos que remolonean a la hora de pagar una ronda. Llegaron a la equivocada conclusión de que tenía ingresos por alguna otra vía. Empezaron a mirarle con cara de odio y a llamarle rico y chulo. Todavía más cuando se enteraron de que mensualmente hacía una aportación a un plan de ahorro para complementar su futura pensión.
Nadie se acordaba de que el año en que les quitaron la paga extraordinaria él no se había ido a ningún sitio de vacaciones, para poder regularizar su economía. Tampoco querían darse cuenta de que se cambiaba el coche unos cuantos años más tarde que los demás, no utilizando la mala excusa de que se veía obligado a hacerlo porque le estaba gastando mucha gasolina. Nunca les había sorprendido comprándose un último modelo de nada y siempre llevaba un móvil que todo el mundo consideraba anticuado.
Cuando el Hada Madrina les dobló el sueldo todos pensaron que iban a vivir mucho más holgadamente. Estaban equivocados. Enseguida se crearon nuevas necesidades que apenas mejoraron su nivel de vida, pero que les obligaron a seguir tirando de la tarjeta de crédito para pagar los empastes y a dedicar el último día del mes a mirar si les habían ingresado la nómina.
No conozco a un tipo como ese, ¡qué maravilla!
ResponderEliminarEstamos alienados por la sociedad de consumo, Silvia.
EliminarBesos.
Así funciona el mundo.
ResponderEliminarLa gente no tiene cabeza.
Les crean necesidades totalmente prescindibles y pican todos el anzuelo.
A veces pienso que estamos desevolucionando.
Que hacen con la gente lo que les da la gana utilizando la televisión, la publicidad u otras vías para esclavizarlos.
Yo intento no picar el anzuelo.
No es fácil porque la gente te mira como un bicho raro si no haces lo que hace todo el mundo... y yo miro lo que hace todo el mundo y sinceramente... la mayoría me parecen idiotas... eso me ayuda a seguir haciendo lo que yo pienso.
Intento, y consigo, no deberle nada a nadie, huir de donde va la muchedumbre y por supuesto no hacer lo que hace la mayoría de la gente. A todos los niveles. Si sale un producto financiero, tipo preferentes, que tiene mucho éxito a mí no me pillan. Sé que tarde o temprano allí pegarán el hachazo.
Y así en todo.
Saludos.
Yo también creo que los bichos raros deberían ser los demás.
EliminarGracias por tu opinión.
Saludos.
Es así, Chema, una locura auténtica. Hace unos años, ahorré para pasar un mes en Nueva Zelanda, era un sueño. Yo no cambié el coche en diez años y me quité el dinero de otras cosas para cumplir ese sueño. No pedí créditos ni tiré de tarjeta. Pues bien, personas muy allegadas a mí me pusieron a caldo. Y eso que ellos llevaban cochazos que no se podían permitir , tenían hipotecas monstruosas, yo vivía de alquiler y vivo porque paso de endeudarme el resto de mis días, etc.
ResponderEliminarEl viaje me salió relativamente barato porque pillé vuelos con mucha antelación y alquilamos caravana, con lo cual comprábamos en el súper ,excepto alguna vez que salimos a cenar. O sea, casi el mismo gasto que tendrías en casa excepto por la caravana y el vuelo. Pues me lo echaron a la cara durante años...
Besos
Mal pecado el de la envidia, Celia.
EliminarBesos.
Ayyyyy ojalá hubiese más tipos así por el mundo. Nos crean o creamos demasiadas necesidades, y no tener el último móvil o el último modelito es una tragedia.
ResponderEliminarMuy feliz semana!!!!!!!!!
Haberlos haylos, lo que pasa es que los otros meten mucho más ruido.
EliminarFeliz semana también para ti, Marigem.
Un.tipo rxcepcional.
ResponderEliminarIntento y cuesta trabajo no picsr el anzuelo, pero ahí sigocon lo que no gasto lo pasó muy bien en vacaciones con mi gente los coches, los casoplones y los grandes viajes sonpata los que sólo pueden presumir de eso y sólo en eso encuentran la felicidad.
Triste es que parezca excepcional.
EliminarHay gente que parece hacer viajes recopilatorios solo para contarlos.
Besos.
Es difícil esquivar el rito que la sociedad te impone, a nivel familiar hay una serie de actuaciones que a veces son ineludibles por mucho que intentes mantenerte al margen, pero te doy la razón totalmente en que es fácil enredar a cierto tipo de gente.
ResponderEliminarA título anecdótico, deciros que tengo un coche con 21 años que va estupendamente y pienso utilizar este verano para moverme por ahí :)
Un abrazo!
Mi coche anterior también lo tuve 22 o 23 años. A mitad de ese tiempo estuve a punto de cambiarlo, pero no pude hacerlo por unos problemas económicos. Total que aguantó todos esos años de más sin crearme ningún problema.
EliminarUn abrazo, Alfred.
La sabiduría financiera o el sentido común de la abuela es algo muy escaso hoy día...
ResponderEliminarUn saludillo ;)
Es cierto. Nos hemos cargado en dos generaciones la sensatez de nuestras abuelas.
EliminarUn saludo.
Vivimos en una sociedad en la que el consumismo es habitual.
ResponderEliminarConozco mucha gente endeudada hasta las cejas por haber comprado un cochazo o una casa o incluso haber celebrado un banquete de boda que no estaba a su alcance.
Y todo por aparentar.
Es un circo ridículo.
Besos.
Aún no han terminado de pagar la boda y ya se han separado los chicos. XD
EliminarBesos, Carmen.
He visto gente más jodida que yo -con el perdón- con celulares de última generación. Yo me pregunto ¿cómo le hacen? Es una duda que no podré resolver. Igual es algo que no me interesa. Es un estilo de vida que no comparto quizás porque no puedo jaja. Si tuviera dinero o más agallas podría aparentar lo que no soy.
ResponderEliminarBesos
Para qué te vas a conformar aparentando menos pudiendo ser la que eres y como eres.
EliminarBesos, chamaca.
Las cigarras siempre criticando a la hormiga. Y seguramente estos tipos de tu relato no tardarán mucho en pedirle un préstamo al "rico".
ResponderEliminarPD: no puedo resistirme a referir dos novelitas de William Thackeray que tienen mucho que ver con tu reflexión: La historia de Samuel Titmarsh y Una cena en casa de los Timmins.
No solo pueden terminar pidiéndole un préstamo, sino que además no tendrán que agradecérselo porque al fin y al cabo él no sabe gastarse el dinero.
EliminarHabrá que conocer esas novelas.
¿Qué barbaridad! ya no hay confianza en nadie. ¿Quien te ha contado de mi vida?
ResponderEliminarSe dice el pecado pero no el pecador, Chaly. :)
EliminarUn abrazo.
Tan real como la vida misma... Pero yo creo que en el término medio está la virtud: Ni convertirse en un abanderado del despilfarro y del consumismo sin límite, ni dejar que la austeridad se convierta en austericidio (empleo la palabra de moda, como ves). La opción es, creo yo, gozar del dinero en su justa medida; cuidando, como tú bien dices, de no irse creando necesidades superfluas.
ResponderEliminarBesitos.
Ni austericidio, ni consumicidio: moderación y sensatez.
EliminarBesos, Sara.
Que tio sympatico, es soltero? donde se encuentra?
ResponderEliminarSimpático no lo sé, pero sensato sí. Supongo que los hay solteros, casados y mediopensionistas. No tiene que ver con el estado civil
EliminarNo hay muchos como él, pero de que los hay lo hay.....y siempre el raro es el que no hace lo que todos hacen!
ResponderEliminarAlgo Lilianastotelado, no??? jajajajaja
Besos =))))
En vez de raro se le puede decir original y así se cambia el sentido negativo por positivo.
Eliminar¿"Lilianatotelesado" quieres decir?
Besos.
Eso, eso , esoooooooooooo! :P
EliminarBesos
Eso solo eres tú.
EliminarBesos.
Hombre, saber que uno no es el único es agradable...jajaja :)
ResponderEliminarSalud y abrazo
Ya ves cómo te van saliendo imitadores, Genín. :)
EliminarSalud y abrazo también para ti.
Me ha encantado el texto Macondo. Y es tan cierto como la vida misma. Yo también sería para ellos un bicho raro, pues me conformo con lo que puedo disfrutar sin endeudarme ni hacer todas esas salidas a sitios de moda ni aparatitos de ultima generació, aunque si que miro de vez en cuando la nómina debido a la marabunta de familia que tengo en edad de tirarlos por la ventana, pero no, no lo hago jajajaja. Yo soy feliz con mi furgona de 15 añitos, una chavalita vamos, ahora sí, mis bocatas y carretera con la cámara cuando puedo.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Pues de eso se trata, de ser feliz con lo que a ti te gusta y no con lo que te crees que le va a dar envidia a los demás.
EliminarUn abrazo, Carmela.
Si todos fueramos ese bicho raro, este país iría de otra manera...
ResponderEliminarBesitos!
Yo también lo creo, Ali.
EliminarBesos.
Un bicho prudente y sensato.
ResponderEliminarQue buena y aleccionante historia.
Un abrazo!!
Gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno y muy real... :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias.
EliminarUn abrazo.
un texto muy realista Chema, solo falta añadir que cuando les subieron el sueldo compraron una segunda vivienda con una hipoteca de 40 años, por eso de que alguien la pagaría, y para ello además de la subida del sueldo, aprovechando la burbuja inmobiliaria, ampliaron la hipoteca de la vivienda habitual
ResponderEliminarbesos
Y ya que estaban en faena, aprovecharon para cambiar el coche.
EliminarBesos, Marijose.
Tristemente.
ResponderEliminarSaludos, Julio David.
Muy buen texto Chema, real como la vida misma, y es que acomodamos rápidamente nuestros gastos en función de nuestros ingresos, y cuánto más recibes más gastas... "semos ansín"
ResponderEliminarBesines
Así funcionamos, Cova.
EliminarBesicos.
Muy bueno, ese protagonista se convierte en un héroe siendo sensato. Vivimos una vida llena de cosas que creemos necesitar y siempre viviendo de prestado para dar satisfacción a un consumo al que decimos odiar, lo cierto es que tu protagonista tendría que dar unas cuantas lecciones a muchos que corren de exitosos por el mundo y a otros muchos que los envidian y se hipotecan hasta las cejas buscando algo que es absurdo.
ResponderEliminarBuen relato que hace reflexionar.
Es triste que se convierta en héroe un tío por el hecho de ser lo que se supone que debería ser normal.
EliminarGracias por tu visita, Conxita.
Pues eso es, así deberíamos ser todos. Yo lo intento y más o menos lo consigo: nunca me he gastado más de lo que gano y no me preocupo por cobrar puntualmente. creí que era habitual :S
ResponderEliminarCrees mal. Hay bastantes personas que están esperando la nómina como agua de mayo para poder empezar a gastar de nuevo, porque tienen la cuenta seca.
EliminarUn protagonista sensato, yo me apunto a su sensatez, y es cierto que a los que somos así nos miran un poco raro.
ResponderEliminarNi por exceso ni por defecto, lo justo, algunos no gastan y luego son los más ricos del cementerio y otros derrochan y son los más pobres a mediados de mes.
Un tema muy de actualidad, el gastar por tener lo último en todo es una enfermedad que muchos sufren y no tiene cura.Estamos en una sociedad de consumo y si te apeas de ella eres expulsado de la manada.
Besos Chema.
Puri
Me encanta una frase de Facundo Cabral que muy bien podría haber encabezado el texto: “Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para agradar a gente que no vale la pena".
EliminarBesos, Puri.
Raro, raro, raro entre la gente que nos encontramos hoy día; pero a mí me recuerda mucho la educación familiar recibida: nunca gastar el dinero que se va a ganar sino el que se tiene y con medida.
ResponderEliminarSensata y razonable actitud ante la vida que hoy no se lleva. Así nos va.
¡Feliz semana Chema!
Así nos va, como tú dices.
EliminarMe alegra verte por aquí, María Pilar.
Feliz semana también para ti.
Un abrazo.
Más tenés, más gastás. Uno siempre vive endeudado, no hay caso.
ResponderEliminarSaludos.
Luego viene el estrés.
EliminarGracias por tantas intervenciones para ponerte al día.
Saludos.