Cita del día

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CITA DEL DÍA: «A los ídolos no hay que tocarlos: se queda el dorado en las manos» (Gustave Flaubert).

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martes, 25 de septiembre de 2018

La maldición del dinero

REEDICIÓN (edición: 11/03/2012)






"La riqueza de un hombre no se mide por las cosas que
posee, sino por aquellas de no cambiaría por dinero" (Anónimo).

 

Todo sucedió muy rápidamente. Llevaba unas cuantas copas. Seguramente se quedó dormido. Cuando quiso darse cuenta, el accidente era inevitable. Le ocurrió como siempre había oído que pasa en estas situaciones, en las que corre peligro la vida. Antes de que llegara lo que tuviera que venir, sobrevinieron con absoluta nitidez a su mente los momentos más importantes de su existencia. De una existencia que podría escribirse en tres capítulos. El primero hasta que conoció a Carmen, la mujer de su vida. El segundo su noviazgo, su matrimonio, la llegada del hijo… hasta que aconteció aquello, gozoso en principio. El tercero, los últimos cuatro años.
Se conocieron cuando tenían quince y desde el primer momento se hicieron inseparables. Mucho más madura que él, Carmen resultó ser un perfecto complemento a su cabeza un tanto alocada. Tras unos años de noviazgo, en cuanto vieron que estaba seguro en el trabajo, buscaron un piso y se casaron. Pronto llegó el niño, para poner la guinda a su felicidad. Cuatro lustros después podía seguir diciendo que se consideraba un ser privilegiado, a pesar de las estrecheces económicas propias de una familia humilde. Estaba compartiendo su vida con la mujer que quería y tenían un hijo modélico que, en la sensatez, había salido a su madre. Decididos a hacer el esfuerzo de apoyarle en el estudio de una carrera, el chaval estaba respondiendo. Sacaba sin problemas las asignaturas y daba clases particulares para pagarse sus gastos.

Siempre que le había dado por soñar despierto, veía a los niños de San Ildefonso cantando el número de una de sus participaciones navideñas. Un buen pellizco para pegarle un meneo a la hipoteca, asegurarse los estudios del hijo, hacer por fin los cuatro arreglos que necesitaba la casa y darle la merecida jubilación al coche. La realidad resultó algo más sosa, pero mucho más contundente. Alguien le comentó el rumor de que el bote de la lotería primitiva había caído en el barrio, pero que todavía no se había identificado al supuesto afortunado. Como llevaba el resguardo en el bolsillo, se acercó a la administración. Cuando vio la cara de la empleada, no necesitó la confirmación de que nunca más iba a tener que preocuparse por el dinero.




El primero de sus seres más queridos con quien tuvo problemas fue Antonio, su mejor amigo de siempre. Con apuros económicos, su cuenta corriente había sido el primer destino de una buena cantidad de euros. “Mientras yo tenga dinero tú no vas a tener dificultades de este tipo”, le había dicho antes de que se fundieran en un emotivo abrazo. El caso es que se lo tomó al pie de la letra y en menos de un año, sin haber hecho aparentes esfuerzos para resolver su situación, le había requerido  tres veces más para lo mismo. En la última de ellas le llamó la atención, se sintió ofendido y terminaron riñendo seriamente.
La primera discusión fuerte que tuvo con Carmen fue cuando le planteó al hijo que dejara los estudios, para ayudarle a administrar el dinero. La madurez del chico no llegó a tanto como para escuchar a su madre. Al poco tiempo se le ocurrió a él solo que, pudiendo pagar a un profesional que lo llevara, no tenían necesidad de preocuparse ellos por eso. Lo de las drogas vino un poco más adelante.

Antes del enfrentamiento por el futuro del hijo, ya había tenido otros de menos importancia con su mujer. Lo que más le enfadaba, tenía que reconocerlo, era que el tiempo siempre terminaba por darle la razón a ella. ¿Para qué iban a irse tres meses al Caribe, si antes de las dos semanas estarían añorando su casa? ¿Para qué quería gastar 100.000 euros en un coche, si nunca le había gustado conducir? En lo de la casa sí que se había puesto tozuda y acabó saliéndose con la suya. ¿A santo de qué iban a comprar un chalé en una urbanización de lujo, para vivir con gente que no tenía nada que ver con ellos? No escatimaron en las obras para remozar su casa, pero siguieron viviendo en su barrio de toda la vida.




Nunca pensó que lo de Vanesa fuera a pasar de una simple aventura con una chavala espectacular, pero que podía ser su hija. Además de la juventud que había perdido Carmen, encontró en ella la comprensión que últimamente no conseguía de su mujer. Jamás discutían. A pesar de la diferencia de edad, parecían hechos el uno para el otro. Su fallo fue que no supo ser discreto y recibió el correspondiente ultimátum de su consorte. Antes de dos meses estaba viviendo con la joven en la urbanización a la que tiempo atrás le había echado el ojo.
Resultaba evidente que era un nuevo rico, pero en el barrio no se lo habían llamado nunca. Lo de cornudo tampoco. Claro que antes hubiera puesto la mano en el fuego porque no lo era, pero con su flamante mujer actual no se hubiese atrevido a apostar tan fuerte. Más de una vez se había hecho el loco ante lo que para una persona objetiva hubieran resultado pruebas irrefutables. Lo que ni siquiera él podía negar era que Vanesa, desde que había logrado su objetivo, no se parecía en nada a la chica que había conocido.

Todos sus problemas pasaron a un segundo plano cuando le llamaron del hospital. Su hijo había sido ingresado por una sobredosis. Casi no había dormido aquella noche y llevaba unas cuantas copas, pero no se le pasó otra cosa por la cabeza que coger el coche para ir a informarse in situ de la gravedad en que se encontraba. De esa forma llegó el accidente. Fue entonces cuando sobrevinieron con absoluta nitidez a su mente los momentos más importantes de su existencia. Aún pudo tener un pensamiento de solicitud de perdón a Carmen y al hijo, antes de que 100.000 euros de chatarra terminaran con su vida.

 

59 comentarios:

  1. Dicen que el dinero no da la felicidad, en este caso el dicho se va más lejos, el dinero puede acabar con la felicidad, es ficción, pero me da que no mucho, que habrá más de un caso parecido.

    Nada, que vi el enlace y a mí también me apeteció leerlo, de todas maneras te subestimas constantemente que lo sepas, abrazos.

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    1. Muchas gracias por venir. Tu comentario es el primero en casi un año. El blog tenía entonces mes y medio de vida y todavía no tenía tan buenos amigos como ahora.
      Con respecto a tu comentario, estoy de acuerdo. Creo que ha habido bastantes casos de personas que no han sabido asimilar con normalidad un buen pellizco de dinero y, lejos de ser más felices, han destrozado su vida.
      Un abrazo.

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  2. No tengo duda de que el dinero puede cambiar a las personas y si esas personas no tienen firmes convicciones pueden acabar destruidas.
    Sin duda.

    Saludos.

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    1. Me gustaría que hubiera una estadística de la gente a la que ha tocado grandes cantidades de dinero, sobre si han sido más felices o más infelices desde entonces. Creo que nos llevaríamos sorpresas. Quizá sea que el que no se consuela es porque no quiere, pero la mayoría de los casos que recuerdo así lo certifican.
      Saludos.

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  3. Tengo que confesarte que yo cuando juego a la primitiva o similar siempre pido que me toque un pellizquito peor me asustan las cantidades enormes porque tanto dinero da miedo, acaba rompiendo familias, a veces hay hasta secuestros(hay gente incapaz de ser discreta y alardea sin pensar) y al final uno es más feliz comiendo una tortilla de patata con los suyos qu ela mejor mariscada con gente snob.
    Un abrazo.

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  4. El dinero de golpe y en gran cuantía hace cambiar a las personas, y con ello a las vidas. Bien es sabido que ser rico no impide poder llorar, como se titulaba una serie de hace décadas, pero ayuda mucho. Tal vez llegara a maldecir, en ese último instante, el momento en el que compró la lotería ganadora.

    Bien llevado, un relato con moraleja, y es que somos idiotas. Porque sólo un idiota se lía con una jiventcita por un calentón :-). Un abrazo

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    1. Todo depende de lo que lleve uno en la cabeza. El protagonista no parece muy listo. Sin embargo la mujer hubiera sido más feliz con el dinero si el marido hubiese seguido dejándose aconsejar. El hijo, más joven, es menos responsable de su cambio de actitud.
      Un abrazo.

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    1. Como dice la frase que encabeza el relato: "La riqueza de un hombre no se mide por las cosas que posee, sino por aquellas de no cambiaría por dinero".

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  6. Lo que no viene con esfuerzo con failidad se va. Es díficil para cualquiera asumir un cambio drástico de situación social. Pobre hombre, sólo su mujer supo tener la cabeza sobre los hombros con cordura.
    Un abrazo.

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    1. El dinero ni les dio ni les quitó inteligencia. Por a él le sobrepasó el dinero y a ella no.
      Un abrazo.

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  7. Todos hemos pensado que si nos tocara la lotería o el Euromillón, haríamos muchísimas cosas. Si a mí me cayeran millones. Sin duda haría algo bueno. Donar una buena cantidad a unos proyectos con los que estamos trabajando unos amigos y yo. El resto, sería para que mis padres tenga mejor calidad de vida. Y para mí, lo justo para vivi el día a día.
    Un abrazo!

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  8. El dinero puede dar la felicidad, y puede ser un veneno mortal, como le ocurre a tu personaje. Pero yo creo que para eso está el conocimiento de cada uno, para saber mesurarse y no perder los papeles por el jodido dinero. El dinero no da la felicidad, pero si se sabe controlar la situación, tampoco eres un infeliz ni mucho menos por tener dinero. Hasta para morirse uno si tiene dinero, no lo hacen padecer tanto.

    Abrazo Macondo.

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    1. El que falla no es el dinero, sino la cabeza de quien lo recibe. Algunos se emborrachan con él.
      Un abrazo, Rafa.

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  9. Buen relato.
    Aunque todos nos digamos que no, que nosotros no cambiaremos, creo que una cantidad desorbitante de dinero sí que hace cambiar a mucha gente...

    Un abrazo.

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    1. Yo creo que el dinero holgado está muy bien, pero el dinero a raudales te quita la ilusión de luchar por las cosas que deseas y la alegría de conseguirlas.
      Un abrazo.

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  10. Bueno, está claro que el dinero no tiene la culpa de nada, somos los humanos los que lo estropeamos todo, el dinero ni siente ni padece, pero en fin, yo no tengo problemas en ese sentido...jajaja
    Salud y abrazo

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    1. Entonces cuento contigo para cuando me toque más de la cuenta. :)
      Salud y abrazo.

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  11. Deja una lección tu relato, salpicado del buen humor que te caracteriza. Manejar una fortuna, que llega de la noche a la mañana cuando uno ha sido un calzoncillo roto, puede llevar a que otros, s aprovechen del dinero, por la poca experiencia para manejar el dinero. La verdad que pensé que la fortuna se le iba a ir al personaje, piernas arriba de su nueva mujer. Un abrazo. Carlos

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  12. Un relato muy autentico, sabemos que situaciones similares ocurren con frecuencia.
    Yo he comentado varias veces que el dinero en abundancia trae mas problemas que alegrías, incluso después de muertos, por las disputas familiares.
    Un abrazo.

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  13. El dinero puede volver loco al más sensato.
    Sinceramente es mejor vivir honradamente con lo que se tiene y rodeados de las personas que nos quieren por quién somos, que tener un gran coche y terminar el día solo o todavía peor, como en tu relato.
    Muy bueno, Macondo.
    Un abrazo.

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    1. Vuelve a recordarme tu comentario a la frase que encabeza el relato.
      Un abrazo, Irene.

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  14. El dinero que fácil llega fácil se va. Llueven los "amigos" se crean necesidades que nos convierte en seres ridículos. Se pierde muchas veces a la gente que se quiere porque difieren de nuestros nuevos criterios, la cantidad desorbitada de dinero hace a la gente mezquina y la verdad me resulta patético ser la más rica del cementerio.

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    1. Ya ves en qué termina muchas veces la ilusión de tanta gente.

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  15. Hola Macondo , la verdad es que como se suele decir " No se puede tener todo en esta vida" y aquí el que más salio perdiendo fue , él..... Supongo que si estaba jubilado a la pobre viuda le quedara una buena paga, muy buen relato te deseo una feliz noche besos de flor.

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    1. El hijo también salió perdiendo mucho, porque cuando componían una familia humilde era estudioso y responsable, mientras que desde que les tocó la primitiva pasó a ser un vago y un drogadicto.
      Besos.

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  16. Junto con el dinero, estos premios de la lotería deberían incluir un manual de instrucciones.

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    1. Lo malo es que a veces el dinero no deja tiempo ni para leer.

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  17. Hola, El dinero es tan deseable como temido. Las peronas pueden cambiar y mucho con él.

    Buena entrada, enhorabuena.

    Saludos.

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  18. Un relato sobrecogedor. Más de uno habrá acabado así por culpa de no haber sabido digerir la riqueza inesperada. Hay gente a quien el dinero le cambia, no solo el estilo de vida sino el carácter. Mi suegra decía que el dinero trae la infelicidad, en forma de vicios y otras miserias. Yo siempre le replicaba que estaba dispuesto a hacer una apuesta: que me dieran muchos millones de euros y que si cambiaba de forma de ser, me obligaran a devolver hasta el último céntimo, jeje.
    Un abrazo.

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    1. No seré yo quien lo quite la razón a tu suegra.
      Un abrazo.

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  19. Ahh, lo que haría si me llegase un montón de dinero, compraría tierras y maquinaria agrícola y pondría a mis hijos a trabajar, me buscaría una jovachona que le guste bailar y me iría a conocer Barcelona

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    1. Con lo de la jovachona, ya tienes un aire al protagonista del relato. Peligro.
      Un abrazo.

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  20. Sobrecogedor Chema, porque por desgracia parece ser bastante habitual que un pellizco así en lugar de arreglar la vida la acaba estropeando.
    Besos

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    1. Aunque pueda parecer consuelo de pobre, no creo que la gente a la que le toca mucho dinero termine siendo más feliz. Me gustaría que hubiera una estadística.
      Besos.

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  21. Que buen titulo le has puesto a este relato alarmante.
    De nuevo con vosotros y contigo Macondo,después de mi largo descanso, un placer siempre venir a leerte.
    Un gran abrazo

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    1. Bienvenida a casa. Será también un placer para mí volver a leerte.
      Un fuerte abrazo, Carmen.

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  22. Hola Chema el dinero que llega así de golpe es difícil de administrar, hay que tener mucho sentido, cosa que no hizo tu protagonista y así le fueron las cosas.
    El dinero es un arma mortal en estos casos, puede cambiarte la vida por completo tanto para bien como para mal.
    Besos
    Puri

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    1. A veces los golpes de fortuna son traicioneros si no saben administrarse, como tú dices.
      Besos.

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  23. A mí si me tocase la lotería creo que seguiría buscando la utopía, sin 100.000€ de chatarra y sin grandes pretensiones, la verdad es que creo que los pobres somos más felices que los ricos, porque los ricos cada vez quieren más y más y nosotros en cambio nos sabemos conformar con lo que tenemos, creo que nunca podría ser rica de dinero, no me gusta ni comparto nada con esa gente.

    Besines utópicos, Irma.-

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    1. Yo también creo que los pobres que tenemos para comer y cuatro cosas somos más felices.
      Besos.

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  24. Yo pienso que no es más feliz el que mas dinero y cosas tiene, el valor esta en el cariño y amor que uno da y recibe y eso no se puede comprar con dinero

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  25. MUY ACERTADO TODO LO QUE ESCRIBES SOBRE TEMA TAN FRECUENTE HOY DÍA POR DESGRACIA, VAMOS A CUIDAR A NUESTRO HIJOS Y NIETOS, NADIE ESTÁ LIBRA DE METERSE EN ESA ESPIRAL QUE NO TIENE SALIDA.
    GRACIAS POR TU AYUDA CON LO QUE ESCRIBES, UN ABRAZO

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    1. Gracias por darle tanta importancia a mi humilde relato.
      Un abrazo.

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  26. Los golpes de la Diosa Fortuna, muy acertado.
    Lo que no se puede comprar es lo único por lo que vale la pena pelear, para todo lo demás existe una tarjeta de crédito

    Abrazo!

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  27. Yo, como soy mas clasico que un traje de pana, prefiero (si es que uno puede elegir) la felicidad, pero con dinero, por supuesto...

    Ja,ja,ja...

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  28. Yo conozco a una pareja que cuando no existía el euro les tocaron 300 y pico millones de pesetas, antes de eso tenían solo su trabajo, al cabo de 2 años no tenían nada. No ingresaron nunca por sobredosis pero si que tontearon con las drogas, un chalet que no podían mantener, coches, fiestas, juego... Se separaron..
    Y otro señor que nadie sabía lo que le tocó porque tenía un bar y decían que jugó mucho, al cabo de 4 años no pudo sacar su flamante coche del taller porque no pagaba la factura.
    Quizás haya gente que lo administre mejor y no diga que le ha tocado.
    A mí personalmente no me importaría que la suerte llamara a mi puerts, pero siempre digo que sea una cantidad que no me cambie, de hecho juego poco
    Saludos

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