Mi hermana la mayor no sé si cree en Dios, pero a San Antonio que no se lo toquen.
En mi familia el 13 de junio era fiesta. Mi bisabuelo ya se llamaba Antonio. Le siguieron mi abuelo, mi padre, mi hermano y mi sobrino. Además, mi abuela era devota de San Antonio. Una imagen de madera que tenía en casa, de más tamaño que calidad artística, era la prueba más fidedigna. En sus brazos portaba al Niño Dios y a sus espaldas llevaba colgada una tabla cargada de indulgencias. El santo pagaba con ella que un cura de alto standing hubiera satisfecho su gula y recibido posada en la casa que entonces custodiaba la talla.
Sobre todo por su tamaño, desmesurado para cualquier vivienda normal en estos tiempos, el destino natural de la imagen al faltar mi abuela hubiera debido ser un rincón de cualquier iglesia que hubiese tenido a bien adoptarla. Pero hete aquí que mi hermana, a la par de que como nieta mayor siempre se ha sentido depositaria de las tradiciones familiares, se había hecho también partidaria del santo por coincidir con mi abuela en que no hay objeto perdido que se le resista. El caso es que San Antonio terminó pasando a formar parte del ajuar doméstico de su domicilio de casada, con la aquiescencia de otro santo como mi cuñado.
Según mi hermana rayan en lo milagroso las virguerías que es capaz de hacer nuestro héroe con las cosas que se le pierden. Resulta normal que se le caiga un anillo al Pisuerga y aparezca debajo del sofá del cuarto de estar de su casa. El único inconveniente es que para que las correspondientes oraciones surtan efecto han de ir acompañadas de dinero. Se ve que la eficiencia no va precisamente acompañada por el desinterés.
Cada vez que mi hermana recorre los aproximadamente 400 kilómetros que separan Valladolid de Zaragoza, supuestamente para venir a ver a la familia, es obligada la visita a la Iglesia de los Padres Capuchinos para pagar unas cuantas deudas pendientes. Supongo que en Pucela tendrá también alguna sucursal abierta San Antonio, pero por alguna razón que se me escapa deben tener pactado que las liquidaciones se hagan aquí. Lo que no entiendo es la capacidad de perder cosas que tiene la pobre. Para mí que el jodío del santo se las esconde, para encontráselas más tarde y hacer caja.
Quien haya leído estas torpes líneas quizá haya llegado a la conclusión de que mi hermanica es una beata meapilas, santurrona y preconciliar de Trento, pero estará equivocado. Podría decirse que su amistad con San Antonio es una respetuosa concesión a la galería del pasado, pero en todo lo demás ha evolucionado con sobresaliente de su educación en colegio de monjas. Se trata de una mujer absolutamente actual, liberal, tolerante y con la mente muy abierta.
Rozamos a San Antonio cada vez que se pierden las llaves del coche !
ResponderEliminarYa veo que la fama del santo no tiene barreras geográficas.
EliminarAcuérdate de adjuntar algún euro con la oración.
Dile a tu hermana a ver si puede pedirle a San Antonio que aparezca el fútbol fascinante del Barça... pago lo que haga falta.
ResponderEliminarSaludos.
Si es capaz de hacer volver a Xavi con diez años menos, tenemos una buena parte del problema solucionado.
EliminarSaludos.
Dice Joaquín Sabína en una de sus colosales canciones: "como te digo una co, te digo la o..." Un saludo y ¡Viva San Antonio y su Caja de Ahorros y Monte de Piedad!
ResponderEliminarCada uno es muy libre de elegir sus creencias, siempre que no pretenda imponérselas a los demás.
EliminarUn saludo.
Por muy racionales que seamos, a veces hacemos cosas irracionales por mantener viva una tradición. Besotes!!
ResponderEliminarDebe ser como tú dices. Nunca termina uno de soltar todos los lastres del pasado.
EliminarBesos.
Me has hecho recordar a mi abuela. Ella, que yo sepa, no era devota de nadie pero tenía un fraile en la cocina. Estaba encima de un mueble y era capaz de indicar todas las mañanas el tiempo que iba a hacer. Mi abuela consideraba que su fraile, que nunca se equivocaba, era imprescindible para la programación de las tareas domésticas. Por desgracia yo era pequeña cuando ella murió, me quede sin su sabiduría, y tampoco sé dónde fue a parar el fraile.
ResponderEliminarBesos
Ya he oído hablar de ese famoso monge o fraile. Al parecer llevaba incorporado un higrómetro que, según el grado de humedad captado, le hacía llevar la varita indicadora al tiempo que iba a hacer.
EliminarBesos.
Chema, de verdad que como entiendo a tu hermana, San Antonio es milagroso para encontrar algo, pero di a tu hermana que yo encuentro lo que pierdo sin dar dinero, cuando ruego a él porque no encuentro algo, le digo por favor San Antonio te prometo que rectificaré eso que hice mal, porque eso si, San Antonio es muy justo, siempre exige algo por algo, pero a mi dinero no.
ResponderEliminarDecían que era el Santo al que se le pedía novio, yo por si, nunca se me ha ocurrido pedírselo :)
Besos y buen domingo
Mi hermana dice que es pesetero y que si no hay dinero de por medio no actúa con la misma eficacia. Al fin y al cabo se supone que es dinero para necesitados.
EliminarEn mi casa la versión del novio, aunque también la conocía, no creo que se haya puesto en práctica. Afortunadamente, ahora las mujeres son autosufucientes y no necesitan marido para nada.
Besos y buen domingo también para ti.
Muy bueno ese San Antonio que ayuda a los desmemoriados y a los que pierden cosas. Me ha hecho recordar a mi suegra que siempre lo hacía la pobrecita y parece que le funcionaba. Lo cierto es que a veces no se sabe por qué quedan esas reminiscencias que aunque sepas se siguen haciendo y no pasa nada. Lo que ya me sorprende un poco es ese ansía recaudatorio del santo pero es lo que tiene la iglesia, que siempre barre para lo suyo.
ResponderEliminarUn beso
Se supone que el fin del dinero es para ayudar a los necesitados. Si los curas cumplen con la voluntad del santo ya es harina de otro costal.
EliminarBesos.
Yo soy devota de San Justo porque es el patrón de la Justicia española. San Antonio no me interesa mucho.
ResponderEliminarBesos de Reina
La Reina Letizia no necesita a San Antonio para nada, si ha sabido conquistar al príncipe de España por sus propios medios.
EliminarBesos de vasallo.
Era tal la fe que existía en mi pueblo a San Antonio que el cura, muy bruto él, decía a la beatas que San Antonio sin Dios era una mierda. Años cincuenta.
ResponderEliminarUn beso.
Le daría miedo que le comiera el terreno San Antonio a Dios y él dejara de tener importancia como ministro del Señor.
EliminarBeso.
Beata, no, solo un tanto supersticiosa. Pero ¿quién puede vivir sin supersticiones? Incluso Dios parece a veces una de ellas.
ResponderEliminarBesitos, Macondo, feliz semana.
Tanta supertición puede haber en la fe en Dios como en la de San Antonio, desde luego.
EliminarBesos y feliz domingo.
"de más tamaño que calidad artística" :D
ResponderEliminarParece que tu hermana es la prueba viviente de aquello de "lo cortés no quita lo valiente", que es prueba a su vez de la complejidad de la condición humana, en la que se aúnan mente y corazón, razón y emoción con toda naturalidad. O así debería ser.
Otro día, si quieres, te contaré un chiste del que me he acordado mientras leía.
Los caminos de San Antonio son inescrutables.
EliminarPuedes contarme el chiste cuando quieras. Yo encantado.
Pues es un tipo muy presumido que está arreglándose para ir a ver a su hermana monja, que está en un convento. Se mira al espejo, se peina, y dice:
Eliminar-Je, sin pelo que está el menda.
Se pone la chaqueta y dice:
-Je, sin percha que está el menda.
Y así todo.
Llega al convento y hablando con la hermana le pregunta si no piensa buscar novio y casarse.
-Pero es que yo ya estoy casada.
-¿Cómo que estás casada?
-Claro, hombre, estoy casada con Dios.
-Y dice el tipo:
-Je, sin cuñao que está el menda.
No hace falta que te rías :D
El chiste me parece gracioso. Lo que quizá no haga falta es que te diga que no lo sabía. XD
EliminarAy, Macondo, que yo también le rezo a S. Antonio cada vez que se me pierde las cosas y nunca me falla. Hasta que no le rezo no lo encuentro, y si a pesar de todo no encuentro algo ya puedo darlo por desaparecido.
ResponderEliminarA mi no me pide dinero el bueno de S. Antonio. Le rezo mi oración secreta y ya está.
Y por si era poco, me considero atea.
Un abrazo.
A ver si esas veces que no encuentras algo a pesar de rezarle lo que te falta es ofrecerle unos euros.
EliminarAtea, pero a San Antonio que no te lo toquen.
Un abrazo, Tecla.
Jajajajaja, realmente es así, Macondo.
EliminarSomos contradictorios pero me gusto así. Si no soy contradictoria conmigo misma, con quién y con más confianza lo voy a ser.
Un abrazo.
Así es, Tecla.
EliminarUn abrazo.
Una señora que conozco de toda mi vida, tiene una oración para San Antonio, para encontrar cosas, en la que le amenaza con mantenerlo creo que amarrado si no aparece lo perdido. Algo interesante hay en la elección de lo que cada persona (o cada comunidad) elige para dar a cambio del favor :)
ResponderEliminarYo creo que esa señora ha trasladado a San Antonio la oración de San Ramón Nonato (o en otros lugares San Cucufato) que nos cuenta Celia más abajo, pero si le da resultado la daremos por bien empleada. Al atarle parte tan sensible, el santo se considera más que pagado con que se le desate.
Eliminar¡No, no! No recuerdo la oración, pero recuerdo bien que no menciona parte tan sensible XD :D
EliminarO tal vez había una versión para "delante de los niños" :D
EliminarSerá la versión para niños que dices. XD
EliminarMe he quedado sin palabras, yo de estas cosas no se nada
ResponderEliminarAbrazos
Al infierno irás, Chaly.
EliminarUn abrazo.
Jaja, bueno, siendo una mujer tan sobresaliente se le puede conceder alguna frikada, no? jajajaja.
ResponderEliminarMi madre para encontrar las cosas perdidas le ata los cojones a San Ramón Nonato, o sea, coge un pañuelo y le va atando las puntas mientras dice: San Ramón Nonato, los cojones te ato, encuentro lo que he perdido o no te los desato", y tira el pañuelo en un rincón de la casa hasta que aparece la cosa en cuestión. A veces tarda un año, jajaja. Pero aparecer aparece porque si no la casa estaría llena de pañuelos.
Apañaos estamos, jajajaja.
Besos y feliz domingo.
Lo de tu madre yo lo había escuchado con San Cucufato, pero da lo mismo si aparece la cosa. Como si le quieres rezar a Santa Celia Seguí, encuentra lo que perdí.
EliminarFeliz domingo también para ti.
Besos.
Muy bueno Chema, qué bien que nos traes los recuerdos de ayer hasta hoy.
ResponderEliminarY con gracia!
Son recuerdos recientes, porque San Antonio sigue encontrando cosas y poniendo el cazo.
EliminarJajaja, siendo la amistad con el santo de hace tiempo, no conviene dejarlo plantado. Ha hecho muy bien tu querida hermana con custodiarle en su casa.
ResponderEliminarConviene tener amigos en cualquier parte.
Si además, ella es una mujer de bandera, no hay nada que temer...
Muy divertido, Macondo.
Saludos.
Me alegra que te haya gustado, Maripaz.
EliminarSaludos.
Por lo que parece tu hermana tiene mucha fe en San Antonio, conozco a gente que también, yo de ninguno, pero respeto a quiénes sí lo tiene, porque cada uno es libre de tener devoción a quién quiera.
ResponderEliminarUn beso.
Está claro que todas las creencias son respetables, mientras no te empeñes en metérselas con calzador a los demás.
EliminarBesos.
¿Cuanto me cobraría por encontrar un cristal de las gafas que saltó cuando se me cayeron esta mañana en la habitación y que no tengo bemoles de encontrar?
ResponderEliminar¿Se puede pagar con Visa? :)
Salud y abrazo
No hará falta la Visa. Yo no le daría mucho. Si está en la habitación se lo pones a huevo.
EliminarSalud y abrazo, Genín.
Vaya con San Antonio...y yo sin enterarme...
ResponderEliminarAhora es cuando la monja me diría "si es que estás siempre en las nubes".
Besos.
Cuando lo que te cuentan no te interesa las nubes es un lugar muy socorrido para refugiarse.
EliminarBesos, Carmen.
Mi madre también le rezaba una oración cuando se perdía algo,pero que yo recuerde no le era de mucha ayuda,eramos nosotros sus hijos lo encargados de buscar lo perdido.
ResponderEliminarEn Vigo en tiempos había en la pared de un aliso una capilla con San Antonio y según cuentan acudían las chicas solteras para pedir un novio, ahora ya no hay asilo ni Santo, y las chicas se buscan al novio en los botellones jeje ....
Mucho cambió el mundo que diría mi abuela.
Besos Chema-
Puri
Lo de buscar el novio para las chicas casaderas era otra de sus actividades, pero me temo que ha tenido que cerrar ese garito por falta de clientela.
EliminarBesos, Puri.
Jajajaja, a mi madre también le pasaba igual y decía: San Antonio si me encuentras... te doy una limosna para tus pobres. Eso de "tus" pobres no lo entendía mucho, pero en fin...
ResponderEliminarLos pobres serían los necesitados que acudían a la parroquia a pedir limosna.
EliminarJajajaja, en mi familia también se hacía. Yo pierdo muchas cosas que no recupero, tendré que plantearme volver a lo antiguo y pagar a San Antonio que además lo tengo muy cerquita.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre estás a tiempo de recuperar la tradición, pero que no te vea muy confiada porque entonces se confitará con el dinero y te perderá él las cosas.
EliminarUn abrazo, Marigem.
San Antonio ha de poner a su niño a que busque lo perdido digo yo, son un equipo. A él le toca cobrar.
ResponderEliminarBesos Chema
¿No te das cuenta que eso es una explotación de menores, con el agravante de que además estás poniendo a currar al Hijo de Dios nada menos? Deberías confesarte por ese mal pensamiento.
EliminarBesos, Flor de María.
En Pucela mi amigo San Antonio tiene sucursales por todos los lugares que vayas, hasta en tascas luce junto a San Pancracio, jajajaja. Todo el dia soy recadera de mi madre "LLeva a San Antonio, le debo..." Buena sonrisa me has puesto para comenzar la semana.
ResponderEliminarYa suponía yo que Pucela no podía estar dejada de la mano de San Antonio.
EliminarMe alegro de la sonrisa.
Algo había escuchado yo sobre eso de rezar para encontrar las cosas perdidas, pero no me ha tocado verlo en mi familia.....mi madre de quien era devota era del Sagrado Corazón, pero no tenía algo especial mas que rezarle.
ResponderEliminarBesos =)))
Mi abuela también era devota del Sagrando Corazón de Jesús (en Vos confío). Y de Santa Rita, abogada de los imposibles.
EliminarBesos.
Así es... En la vida, cuando estamos perdidos, necesitamos "algo"... Y eso es asi desde la noche de los tiempos...
ResponderEliminarAsí es, Ildefonso. Si no tenemos amparo nos lo inventamos.
EliminarBueno, yo creo que hay gente como los gallegos, que te dicen qeu no creen en las meigas pero haberlas haylas...
ResponderEliminarBesos.
Es lo que tú dices, tienes razón.
EliminarBesos.
El último párrafo me ha tranquilizado bastante. ;)
ResponderEliminarUn abrazo!
Ya puedes estar tranquilo. Mi hermana es una persona absolutamente normal.
EliminarUn abrazo.
Amo y soy devoto de San Antonio de Lisboa( Padua ). Abrazos!!!!
ResponderEliminarTiene muchos seguidores.
EliminarUn abrazo, Ricardo.
Bueno. Hay que creer en algo. Eso està bien.
ResponderEliminarBesos.
Pues claro que sí.
EliminarBesos.
Durante años llevé una estampita de San Cristóbal en el autobús que conducía. No la puse yo, pero me daba penita quitarla. Lo de tu hermana en realidad es mucho más tierno :)
ResponderEliminarMi hermana podía haber mirado para otro lado, pero apechugó con el santo.
EliminarYo aunque aveces me muestre guasón con esto de las religiones, santos y demás; respeto a todo el mundo, y creo que cada cual disfruta creyendo en algo. Es más, todos deberíamos de creer, en lo que sea, siempre y cuando no se le haga daño a los demás. En España somos muy dados a tener una u otra preferencia por los santos. A mí me gusta San Pascual Bailón, no sé quien era, pero me parece que debía ser un menda con mucha guasa.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
Yo del que soy devoto es del Arcangel San Rafael (Hernández).
EliminarUn abrazo.