CUENTO CLÁSICO REINVENTADO
Pulgarcito era un muchacho tan listo como diminuto, hijo de unos campesinos con pocos escrúpulos. Pronto aprendió de ellos el oficio de la delincuencia, en el que llegó a convertirse en un consumado especialista. Se compinchó con su padre para ser vendido y en cuanto cobraron la pasta engañó a los compradores y se escapó. A continuación se enroló en una banda de ladrones para ir a robar a casa de un cura. Una vez allí les dio esquinazo para quedarse con el botín (el del robo, no el del Banco de Santander), mancilló la honra de la criada (este apartado está censurado en el cuento, por ser infantil) y provocó la muerte de una pobre vaca que no hacía otra cosa que cumplir con su obligación de dar leche. Aprovechando que faltaban muchos años para que naciera don Félix Rodríguez de la Fuente, condujo a un lobo a su casa para que sus progenitores se recrearan matándolo sádicamente con un hacha y una hoz. De resultas se creó la Sociedad Protectora de Animales, pero los delitos ya habían prescrito.
Hola. un cuento clásico que siempre gusta y más actualizado como el que nos muestras... Muy bueno!... seguimos en contacto
ResponderEliminarEl cuento en realidad es el mismo, pero visto desde otro punto de vista.
EliminarGracias, Marta.
Esta bonito
EliminarGracias.
Eliminar¿Y qué le hizo al grillo? Porque menuda patada en la boca tenía el grillo...
ResponderEliminarBesotes!!!
Ahora me pillas. No me acuerdo yo del grillo.
EliminarBesos.
Ah, no. El del grillo era Pinocho. Menudo cacao tengo... Jajajaja.
EliminarMenos mal. Me habías dejado preocupado.
Eliminarohh entrañable episodio de Felix Rodriguez de la Fuente y el lobo ibérico ...
ResponderEliminarBesines
Era su animal favorito. La verdad es que ese hombre tuvo el mérito de civilizar a los españoles en su relación con los animales.
EliminarBesos.
Pulgarcito, la verdad no recuerdo este cuento.
ResponderEliminarBesos
Por aquí era uno de los clásicos, al menos cuando yo era niño.
EliminarSaludos.
Yo tampoco lo recuerdo, tendré que ir a buscarlo. En esta versión tuya, sí que es un tipo de cuidado :)
EliminarEn la versión oficial es un niño espabilado que sabe enfrentarse a la vida.
EliminarAy! que recuerdos de la diccion tan especial de Rodriguez de la Fuente !
ResponderEliminarFuente inagotable de imitación.
EliminarPulgarcito era un ser perverso en esta tu versión quizá la más oscura que te he leído.
ResponderEliminarBesos Chema
Yo creo que es una de las versiones más fieles al cuento real, lo que pasa que aplicándole otro punto de vista. Realmente invento poco.
EliminarBesos, Flor de María.
Pulgarcito en esta época pertenecería a algún Cartel de mi país.
EliminarUn abrazo Chema
En todas partes cuecen habas, no creas.
EliminarUn abrazo, chamaca.
Después se metió en política y fue senador muchos años....
ResponderEliminarCreía que esa faceta no había trascendido, por eso no había dicho nada.
EliminarSaludos.
Pulgarcitos en política hay muchos. La pena es que estos han llegado a crecer y a mandar; que lástima que de pequeños, no se los comió un burro.
ResponderEliminarAbrazo Macondo.
Sí pero masticando y digiriendo como Dios manda, no pudiéndole abrir la tripa al burro y saliendo vivitos y coleando.
EliminarOtra abrazo para ti, Rafa.
Jajaja como "cuentista" eres genial.
EliminarLo que más me gusta son las morcillas que insertas referidas a la actualidad.
Felicitaciones por recrear a un personaje con tantos visos de realidad.
Besos
Como ha cambiado el cuento!!!, te ha quedado muy bien, yo aún estoy pensando en la pobre vaca
ResponderEliminarsaludos
La pobre vaca no hizo otra cosa que comer la paja que le habían puesto, lo que pasó es que el patoso de Pulgarcito se había dormido en ella. Una víctima el pobre animal.
EliminarSaludos.
En esa familia de Pulgarcito la bondad ha pasado de largo, por decirlo de una manera suave.
ResponderEliminarLo de la prescripción de los delitos de sangre es indignante. Hay acciones espantosas que no pueden prescribir (el crimen de Marta del Castillo por ejemplo). Un cachondeo como está montado el sistema, y estoy bastante cansada de que nuestras leyes sean tan laxas. Con los mangantes oficiales también. A veces pienso que hay una parte importante de individuos que debían ser pasados por las armas, sin el menor remordimiento. Sé que no es políticamente correcto hablar así, pero es lo que pienso.
Un cuento muy terapéutico. Me he quedado descansada.
Un fuerte abrazo, Chema.
Lo de que las leyes son laxas lo opina casi todo el mundo, menos quienes legislan. Eso sí, cuando alguien comete un delito que conmueve a la sociedad se conciencian y quieren endurecer lo que hace referencia a esa cuestión, hasta que ocurre un nuevo delito que vuelve a conmover y se plantean revisar la punibilidad del mismo al alza.
EliminarNunca se me hubiera ocurrido que resultara terapéutico, pero me alegro.
Un fuerte abrazo, Karima.
Bueno, terapéutico porque he soltado en el comentario la repulsión que siento ante ciertas fechorías y, al hacerlo, me he sentido aliviada.
EliminarQuizá me haya excedido en las formas.
Oye que yo encantado, aunque solo haya servido de detonador.
EliminarTengo que confesar que no recordaba el cuento de Pulgarcito, al menos así no y tuve que leerlo para saber lo que habías cambiado....o de plano nunca me lo contaron y/o leyeron o nunca lo capté!!! jajaja
ResponderEliminarserá el sereno, ya es muy tarde!!!
=)))
Tú que has leído el auténtico podrás ver que lo único que he cambiado ha sido el punto de vista. Observarás que no he dicho ninguna mentira, salvo en todo caso lo de la criada, que está por ver.
EliminarBesos.
Sí ya vi que casi es idéntico! Por eso digo que nunca me lo leyeron porque no tenía idea que era así....pensaba que Pulgarcito era bueno!!!
Eliminar=)
Creías como el narrador clásico, porque le reía las gracias. Para él era muy listo, porque siendo un niño era capaz de engañar a los compradores, sin embargo yo digo que no por eso deja de ser un ladrón. Para él quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón, sin embargo yo digo que no deja de ser otro ladrón. Determinados animales (especialmente el lobo) son considerados malos porque se comen a otros animales, sin embargo yo veo lo que tienen de víctimas de los hombres que se consideran buenos.
EliminarYo nunca leí el cuento pero viendo tu versión me doy por contenta, el mocoso era de cuidado, hacía de todo pero nada bueno, no respetaba a nadie ni a nada.
ResponderEliminarA mi me da pena la pobre vaca y el lobo, animalitos, se mueren sin motivo aparente.
Por cierto Pulgarcito no era ese que echaba piedrecitas por el camino para no perderse? Yo de niña leía cuentos de princesas y príncipes ( se veía venir mi afán de cazar a uno, pero me quedé con las ganas).
Besos Chema.
Puri
No hagas mucho caso de mi versión. En la original es un ídolo para los niños.
EliminarYo también mezclo un poco los cuentos. Me liaba entre "Pulgarcito", "Garbancito" y "Hansel y Gretel" o "La casita de chocolate". En este último, que por cierto publicaré el sábado, aparece lo de las piedras para no perderse.
Las dulcineas mejor que con los príncipes tienen que ir con los quijotes, que son mucho más cachondos.
Besos, Puri.
Veo que no se está salvando ningún cuento clásico. Muy original esta versión.
ResponderEliminarsaludos
Gracias, Karin.
EliminarSaludos.
Dicen que Pulgarcito, cuando creció, se metió a la política...
ResponderEliminarUn abrazo
No me extraña, porque prometía mucho.
EliminarUn abrazo.
Qué chulo, raro que no lo hubiera leído, pero recuerdo que estuve inactiva como seis meses. Un encanto leerte.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Pues me alegro con más motivo de haberle dado otra oportunidad.
EliminarUn fuerte abrazo.
Con lo que me gustan los políticos animales y no recuerdo haber leído esta versión tuya, de uno de los cuentos clásicos de nuestra infancia, totalmente endulzados por la censura. Por suerte has recuperado la versión original para las generaciones posteriores. Muchas gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como ahora está volviendo la censura, espero que no me lo denuncie la ADE (Asociación de Delincuentes Españoles).
EliminarUn abrazo, Alfred.
Tras dejar el Senado entró en el consejo de administración de una compañía eléctrica... o sea, sigue sin dar un palo al agua.
ResponderEliminarSaludos.
Estos que han estado en política son como los de Gran Hermano, que aspiran a vivir del cuentos por los restos. Lo malo es que con frecuencia se salen con la suya.
EliminarSaludos.
Debo decirte que hoy me has dado más trabajo del habitual, pues no recordaba de qué iba este cuento y he tenido que ir a buscarlo en Google, ja,ja,ja.
ResponderEliminarEl caso es que lo único que tienen el común ambas versiones es la astucia de ese niñato, al que has convertido en un maleante de cuidado, ja,ja,
Un abrazo.
Tengo que reconocer que a mí me sucedió un poco como a ti. Sabía que el cuento era de los clásicos, pero no me acordaba mucho de él.
EliminarUn abrazo.
Hola Macondo , vaya con el niño ... Este es como el famoso "Dioni" que robo el banco pero en pequeño , como me gustan estos cuentos , estoy por recopilarlos y contárselos a los hijos pequeños de mi vecina , jajajajaj te deseo una feliz mañana besos de flor.
ResponderEliminarNo me hago responsable de las consecuencias de tus lecturas a los hijos de tu vecina.
EliminarBuen fin de semana, Flor.
Besos.
Madre del amor hermoso... Pequeño pero matón.
ResponderEliminarMe he reído a gusto. Pero si hasta ha salido Félix Rodríguez de la Fuente!
Y ya con el comentario de Dj Flor con los hijos de la vecina, pues eso 😂
Un placer leerte, Macondo. Gracias por estos buenos ratitos.
Abrazos, y feliz finde! 😘
La verdad es que Félix Rodriguez de la Fuente fue un mito en la televisión. Ya solo le falto morir joven y en acto de servicio para adquirir la categoría de leyenda.
EliminarCelebreo que te haya gustado, Ginebra.
Buen finde.
Un abrazo.
Los cuentos son tan cambiantes tal como somos las personas. Y la verdad es aquí lo bordas, Chema.
ResponderEliminarEste genio debería estar en el Congreso y así por lo menos nos reíamos bastante más que con los cabreos que se ven a diario.
Un abrazo y buen finde, amigo.
Ya que te roban por lo menos que lo hagan con gracia, ¿no?
EliminarBuen finde también para ti.
Un abrazo.
Me has hecho volver a leerlo, pues con los años, lo tenía olvidado y ¿sabes qué?: me gusta mucho más esta versión tuya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te confesaré que yo también he tenido que volver a leerlo para recordar.
EliminarGracias, Juan.
Un abrazo.
Wuuuuaaauuuu! Me he reído y he visto la capacidad de creación que tienes, niño, esta versión es muy superior a la que conocía, anda que no...
ResponderEliminarUn abrazo.
Tu que me lees con buenos ojos, Mari Carmen.
EliminarUn abrazo.
No exagero si afirmo que de "Pulgarcitos" están llenos los parlamentos y senados, aunque en España se multiplican por mil.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso es lo triste, que no exageras.
EliminarUn abrazo, Estrella.
Desde luego me quedo con tu versión!
ResponderEliminarUn beso!
Pues muchas gracias, generosa.
EliminarUn beso.
Me gusta que le des una vuelta de tuerca a los cuentos clásicos. Así que me quedo con tu versión.
ResponderEliminarUn abrazo y buen finde.
Muchas gracias.
EliminarBuen finde.
Un abrazo.
No recuerdo mucho el cuento, debe de ser una reedición acertada, bueno... distinta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acertada no sé, pero distinta seguro.
EliminarUn abrazo, Matías.
Jajaja, pues me gusta mucho más tu versión. En la versión que yo leía de pequeña el ogro se comía a sus propias hijas y a mí me traumatizaba, jejeje. La tuya es pelín gore con el lobo, pero bueno...
ResponderEliminarMuy feliz finde y gracias por tus palabras en el post del jueves. No he contestado pero te agradezco todo y para mí no es ninguna molestia ayudar con la reedición, la pena es que no he sabido solucionarlo.
En este caso lo del lobo no es inventado.
EliminarMás o menos he solucionado el asunto poniendo ese aviso de entrada que, al ser nueva, sí aparece en la lista de nuevas publicaciones.
No tienes nada que agradecerme. Ya pensaba yo que algo gordo tenía que haber pasado. Lo siento de verdad.
Un abrazo.
No deja indiferente.
ResponderEliminarBesos.
Ya es mucho eso, Amapola.
EliminarBesos.
Jjajaja vaya con Pulgarcito, sí que era listo, más bien un superdotado jajaja parece mentira tan pequeño y tan matón jajaaj de profesión especialista delincuente y además la robó la honra a la criada jajaja, lo que me he reido yo con ésto y de que está censurada esa parte por ser infantil jajajaja.
ResponderEliminar¡¡¡Rechapó!!!!!! otro cuento 10.
Besos enormes.
No seas tan generosa con las notas, que cuando leas algo realmente bueno de verdad tendrás que irte al veinte.
EliminarMuchas gracias, María.
Y muchos besos.
Me encanta tu sencillez, no te gusta nada sobresalir, por eso eres genial.
EliminarMe puedes dejar tu email? Es que quiero comentarte algo.
Un beso enorme.
Gracias, María.
EliminarTe dejo mi email: quijano53@hotmail.com
Un beso.
Me ha dicho el Juez Calatayud que como coja al Pulgarcito se va a enterar de lo que es bueno.
ResponderEliminarAbrazos.
Es muy práctico el juez Calatatud en en sus veredictos. Seguro que lo reconduce sin llevarlo a un reformatorio.
EliminarUn abrazo.
Pues creo que ahora tendría una magnífica oportunidad para hacerse rico vendiendo mascarillas recicladas jajaja, en los negocios es bueno ver la oportunidad.
ResponderEliminarYa hay gente que se está forrando con el puto virus, no creas.
EliminarUn aprendiz.
ResponderEliminarAbrazos.
Chema
ResponderEliminarPor más que quiero recordar el cuento de pulgarcito no lo recuerdo y voy a tener que ir a leer... pero te digo que reír leyendo tu versión rato largo y tendido.
Besitos y buen finde.
Yo también tuve que hacer lo mismo cuando escribí esto. Lo recordaba por encima, pero me faltaban detalles.
EliminarBesos.
Yo tampoco recuerdo el cuento, qué cosa más rara, no poseerá este relalto tuyo los poderes de reestablecer nuevas tramas? Je, je. Muy bueno, aunque algo sádico, ya lo dicen, pequeñito pero matón. Y con lo de Botín aún estoy riéndome XD.
ResponderEliminarUn abrazo, Chema.
Veo que el pobre Pulgarcito estaba arrinconado en nuestras memorias. Así nos hemos obligado a releerlo y, en mi caso, a lavarle un poco la cara.
EliminarUn abrazo.
Hola Chema pues de este cuento no tengo mucha memoria como he visto que les ha pasado a otros comentaristas, y he tenido que ir a buscarlo y al leer lo de las migas de pan ya he recordado jajaja.
ResponderEliminarTu versión muy adaptada a los tiempos y a los que tenemos, mejor reír.
Besos
Mejor reír, porque si nos ponemos a llorar no paramos. :)
EliminarBesos.
Y qué curioso que los que prescriben siempre son de los mismos.
ResponderEliminarUn abrazo!
De los que tienen padrino.
EliminarUn abrazo.
Ja, ja, ja... Salvo la criada y la vaca, para el resto de personajes podríamos aplicar aquello de que quien roba a un ladrón cien años de perdón. Una revisión canalla y torrentinesca del clásico, aunque este en concreto siempre lo confundo con otros cuentos. Un abrazo!
ResponderEliminarCreo que nos pasa un poco a todos. Lo de confundirlo un poco con otros, quiero decir.
EliminarUn abrazo, David.
Hola, es la primera vez que entro en tu blog. Me ha sorprendido mucho la versión de Pulgarcito. Esta no se la puedo leer a mi nieto porque ya es un poco canalla de por sí como para darle ideas. Me ha parecido muy divertido. Si quieres pasarte por mi blog me gustaría aunque a lo mejor lo encuentras muy almibarado al lado del tuyo.
ResponderEliminarhttp://labuelaatomica.blogspot.com
Gracias por tu visita, Conchita.
EliminarNo son cuentos para tu nieto, desde luego. Si encima es un poco canalla, mejor no darle ideas.
He visitado tu blog y de almibarado nada. Es encantador.
Contigo no habrá cuento infantil que se salve!
ResponderEliminarLo del lobo me ha hecho recordar algo que sucedió aquí en Italia pero esa es otra historia...
Un beso.
Está claro que a todos se les puede sacar punta.
EliminarUn beso.
Menuda pieza Pulgarcito y lo malo es que hay muchos de esos en la actualidad, como diría mi madre joer como cambia el cuanto ijijiij
ResponderEliminarSaludos
Necesitaba una revisión, porque se había quedado anticuado.
EliminarSaludos.
Este microcuento tiene su peso en oro, pulgarcito convertido en alibabá, babeando robando, mancillando y libre por prescripciones médicas jajaja, que me mueroooo. Ya, ya que me voy a hacerme unas sardinitas a la plancha, y de pronto me viene un entierro a la cabeza...Uf, que mala onda. Gracias que rato más agusto con tus microcortantescuentos.
ResponderEliminarMe alegra que te haya divertido, Emerencia.
EliminarGracias por pasar.
Este llega a presidente de los Estados Unidos...
ResponderEliminarDemasiado listo lo veo.
Eliminar