Mi padre disfrutaba hasta llorar de la risa con los chascarrillos e historietas populares, particularmente si procedían de su entrañable tierra oscense. Uno de los que más gracia le hacía era el del dependiente de un tal Ovidio. El suceso, que como chiste no resultaría de una especial ocurrencia, se me antoja divertido por ser verídico.
Ovidio era un señor de Huesca que tenía una tienda. Compartía la atención al público con un discreto y socarrón dependiente, en el que tenía depositada toda la confianza para dejarlo al frente del negocio cuando tenía que salir a hacer gestiones. Incluso cuando el jefe estaba en el despacho de la trastienda, el fiel trabajador trataba de cubrirle las espaldas liberándole de aquellas visitas que consideraba inoportunas. Una de las más habituales era la de un jubilado, que había tomado la costumbre de entretener su aburrimiento dándose una vuelta por el local. Como el susodicho era de esas personas que confunden con frecuencia el nombre a quienes lo tienen un poco raro, el empleado se aprovechó de ello para conseguir darle puerta por algún tiempo:
—Buenos días. ¿Está Oviedo?
—No señor, que está en Asturias.
—¿Por cuánto tiempo?
—No sabría decirle.
El buen hombre dejó transcurrir una semana antes de volver a intentarlo:
—Buenos días. ¿Está Oviedo?
—No señor, que sigue en Asturias.
—¿Y qué se le ha perdido por allí?
—No sabría decirle.
El asunto duró hasta que un día Ovidio y el jubilado se encontraron por la calle:
—Me alegro de verte, Oviedo. ¿Qué tal por Asturias?
—¿Por Asturias? En mi puñetera vida he estado yo en Asturias.
jajajaja la verdad es que el nombrecito se las traía y el dependiente fue realmente hábil.
ResponderEliminarGracias por estas risas de buenos días, Macondo.
Un beso
A mí me parece mucho más chulo Ovidio que Jonathan, qué quieres que te diga.
EliminarGracias a ti por a ver lo que se cuece por aquí, Carmela.
Besos.
:D
ResponderEliminarQue lo pilló bien pillado. jajajaja
Muy bueno Macondo !!!
Besitos
Se le estuvo bien, que igual de sencillo es decir Ovidio que Oviedo.
EliminarGracias, Nieves.
Besos.
Jajajajajaja, qué bueno!!!
ResponderEliminarPara tu información te diré que unos transportistas españoles piensan que lo que está en Asturias on es Oviedo sino Viena. Hace unos años en vez de mandarme unos quesos a Viena, Austria, los mandaron a Viena, Asturias :P
Besos.
Pues si te llegaron hay que darle el Premio Príncipe de Asturias al Servicio de Correos o quien corresponda.
EliminarBesos.
jajajaja, muy bueno!!
ResponderEliminarBesos y buen martes
Es muy pronto para beber, Marijose, que estamos a jueves.
EliminarMuchas gracias.
Besos.
yo decía le próximo martes, por eso de que es martes y trece , jajajaja
EliminarPues que sea bueno también para ti.
EliminarHabría que haber visto la cara del pobre jubilado. El empleado sería muy fiel pero vaya dosis de guasa que se gastaba. Gracias por la sonrisa Macondo
ResponderEliminarBesos
Como lo cortés no quita lo valiente, la guasa no quita la fidelidad.
EliminarGracias a ti por entrar a leer, Ambar.
Besos.
Está bien simpática la historia... ¿Nos echamos unos cachopos y unas sidrinas? Saludos.
ResponderEliminarAcepto la propuesta. No sé lo que son los cachopos, pero seguro que están buenos.
EliminarSaludos.
Muy despierto el dependiente, de buenos enredos salvó a su jefe. Espero que se lo haya agradecido en la nómina.
ResponderEliminarSeguro que sí. Tiene pinta de que se llevaban bien.
Eliminar¿Te digo una cosa? Mi abuelo se llamaba Ovidio y adivina como le llamaban sus compañeros de trabajo.¡¡¡Bingo!!!!
ResponderEliminarHoy me he puesto pelín nostálgica.
Un abrazo.
Lo que pasa que con tu abuelo —si residía como tú en Asturias— no se podría hacer la gracia que comento, porque el hecho de decir que estaba allí sería una obviedad.
EliminarSiento haberte puesto nostálgica. Estamos entrando en unos días chungos para eso.
Un abrazo, Marigem.
Que pesados esos viejecitos !
ResponderEliminarConforme vamos cumpliendo años todos nos hacemos un poco pesados, aunque haya algunos que lo son ya de jóvenes. A esos normalmente en la vejez no hay quien los aguante.
EliminarVaya con el Sr. Ovidio, de excursión por Asturias sin enterarse, suerte del viejo que se lo comunicó Jajaja!!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo malo que al día siguiente lo tendría en la tienda y en vez de por Ovidio preguntaría por el jefe.
EliminarUn abrazo, Alfred.
Jajajaja, es que hay que saber geografía antes de preguntar, jajajaja.
ResponderEliminarMuchos besos, Macondo.
El saber no ocupa lugar.
EliminarMuchos besos también para ti, Sara.
Qué bueno, qué ocurrente el empleado. Me ha encantado la anécdota.
ResponderEliminarMi padre cuenta que tenía un compañero de trabajo al que tampoco se le daban bien las palabras poco comunes, y a un señor que se llamaba Navascués el compañero de mi padre lo llamaba Naranjuez :D
Son ganas de liar las cosas, porque no creo que Oviedo y Naranjuez se pronuncien más fácilmente que Ovidio y Navascués. Hay gente pa to.
EliminarJajaja imagino la cara del jubilado!
ResponderEliminarMuy bueno Chema =)))
Besos🎅
Celebro que lo hayas entendido, porque una mexicana no tiene la obligación de saber que en España Oviedo es la capital de Asturias.
EliminarGracias, Liliana.
Besos.
Bueno....es que el título ayuda, no?😉
Eliminar🎅
Es cierto. De hecho lo cambié a última hora por ese motivo. Luego hasta me gustó más.
EliminarQue bueno recordar cosas bonitas
ResponderEliminarun abrazo
Y personas. Contando esto he recordado a mi padre y lo que disfrutaba con estas cosas.
EliminarUn abrazo.
Juegas con el disturbio de las palabras el lenguaje y su connotación extraordinariamente bien; se hace muy fluida y agradable tu lectura. Felicidades!
ResponderEliminarp.d: ¡gracias por esbozar una sonrisa y carcajada!
En este caso el juego me lo han dado hecho, pero muchas gracias de todas formas.
EliminarEl dependiente se las traía eh?, menuda retranca.
ResponderEliminarUn beso
Era un cachondo mental.
EliminarBesos.
:D :D Muy listo, el dependiente.
ResponderEliminarY gracioso.
EliminarBesos.
Anda que el jubilado jajajjajjaa....
ResponderEliminarSaludos.
Contra el vicio de dar la paliza la virtud de quitarse el coñazo de encima.
EliminarSaludos.
A cierta edad vetusta se trabucan los nombres, bien por olvido o por mal de oído...
ResponderEliminarComo cuando por Xinzo de Limia aquellos lejías romanos, dicen, no recordaban ni nombres ni grados. Hasta que socarrón llegó su pretor o cónsul o qué sé yo y nombrolos uno a uno sin errar en ninguno; incluso pronunció todos. Todo lo contrario a este vetusto anciano que más bien venía de pasar un jubileo asturiano por tanta ausencia.
Me ha encantado, en todas sus acepciones; por decir algo...meé reído un huevo :)))´
Un gran saludo
Celebro que le hayas sacado tanto partido.
EliminarOtro saludo para ti.
Jjajajajaja qué bueno! por plasta!
ResponderEliminarBesos.
En ver de pararse a controlar las obras de la ciudad, como buen jubilado, debía irse a la tienda de Ovidio.
EliminarBesos.
Jjajaja vaya con el jubilado.
ResponderEliminarUn beso.
Un plasta, como dice Carmen.
EliminarBesos.
Jajajaj qué bueno.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado.
EliminarPobre viejo, el empleado de Óvido es un "cabronazo".
ResponderEliminarSaludos.
El jubilado, que igual no era tan viejo, lo que sí debía ser seguro es un coñazo.
EliminarYa veo que tú también la cambias el nombre al pobre Ovidio. :)
Saludos.
Era un nombre trampa, pero eso, sus padres, de Oviedo, seguro que lo sabían. :-)
ResponderEliminarUn abrazo
No me había dado por pensarlo así. Le daré vueltas al asunto.
EliminarUn abrazo.
El empleado no mentía, :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Oviedo está en Asturias, desde luego.
EliminarUn abrazo.
Pobre jubilado, le bailaban las letras y el dependiente era un pelota..
ResponderEliminarBesos Chema.
Puri
Más que un pelota yo creo que era un cachondo.
EliminarBesos, Puri.
jajajajajajajajajaja
ResponderEliminar;-)
EliminarPues bien por el empleado que seguro que estaba muy hartito del jubilado ocioso, que hay gente que es un rato plasta y con toooooooodo el tiempo del mundo.
ResponderEliminarMuy graciosa la anécdota.
Saludos
No hay nada peor en un local de atención al público que la visita de alguien que no tiene nada que hacer.
EliminarSaludos, Conxita.
Si es lo que siempre digo, hay que vocalizar bien!!!!
ResponderEliminarNo sé yo si es un problema de vocalización en este caso.
EliminarLerda en ocasiones tardo un tanto en entender los chistes locales.
ResponderEliminar:P
Un abrazo Chema
Normal que así suceda. Me hablas a mí de geografía mexicana y también me pillas descolocado.
EliminarUn abrazo, Flor de María.
Conozco yo un Ovidio, fíjate. Y no sé si andará por Oviedo en estos momentos.
ResponderEliminarHabrá que buscarlo en facebook.
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