Con mi agradecimiento a mi admirada Eva, por haberme inspirado esta entrada
con la suya.
Su mujer volvió a mostrarle su decepción.
Había ido a la peluquería y, como siempre, no
se había dado cuenta. La verdad es que se había percatado de que no
estaba especialmente guapa, pero lo había atribuido a que todos tenemos un mal
día. Evidentemente no iba a decírselo.
De todas formas, en vista del mosqueo, hizo
propósito de la enmienda. A
partir de ese momento trataría de ser más observador. La vez siguiente le
resultó muy fácil, porque se cortó el pelo y cambió de
peinado. Con toda la ilusión del
mundo le comentó lo guapa que estaba con su nuevo look,
pero ella se puso igualmente de morros. Justo iba a fijarse el día en que se lo
habían dejado peor. ¿Cómo podía tener la
poca sensibilidad de encontrarla bien con el desastre que le habían hecho? Él
se excusó diciendo que a lo mejor la había visto tan atractiva por lo bien que le sentaba el vestido nuevo. ¿Nuevo?
¿Siendo la tercera vez que se lo había puesto en menos de dos años, no era
capaz de recordar habérselo visto antes? Él trató de disculpar su grave error
aduciendo que al decir "nuevo" se refería a que lo había llevado
poco. A ella le molestó el comentario y le preguntó si lo que quería decirle
era que no le sacaba partido a su vestuario. Que si le estaba llamando
despilfarradora. Que supiera que si no se lo ponía con más frecuencia era
porque no resultaba fácilmente combinable y no había querido gastar más dinero
en complementos con que poder conjuntarlo. Él
le respondió que no. Que su intención no había sido acusarla de nada.
Que lo único que había pretendido era comentarle que le gustaba con ese traje y
que... Ella se había callado un rato porque desde pequeña le habían dicho que
para mantener un diálogo lo correcto y coherente es dejar meter baza de vez en
cuando al interlocutor, pero lo que ya no recordaba a estas alturas de sus
irritaciones era que además había que escuchar sus argumentos y tratar de
tenerlos en cuenta para el subsiguiente desarrollo de la conversación. Para qué
seguir escuchando. Ya sabía por qué le había llamado la atención con ese
vestido. Porque le hacía gorda. Le dijo que si quería llamarle gorda no diera
tantas vueltas. Que supiera que había tenido pretendientes mucho mejores y que
todavía se volvían los hombres por la calle
al verla pasar. Hombres mucho más refinados que él, que no hacía más que
fijarse en todas las pelanduscas
entradas en kilos con las que se cruzaba.
Él la mandó a la mierda y ella se fue a
llorar a su cuarto sintiéndose la mujer más incomprendida sobre la faz de la Tierra.
Jajajaja la comunicación es básica, lastima que en el matrimonio se da de diferentes formas jaja.
ResponderEliminarBesos
Lo que pasa muchas veces es consecuencia de que dos monólogos no hacen un diálogo.
EliminarBesos.
jajjajjajajja de dar risa. Así pasa cuando de repente se habla mejor ssssssssss y pase lo que pase, buenos días, la felicidad pasa caminando, ¿La has observado? saludos.
ResponderEliminar¿Si he observado a la felicidad? Continuamente. Habitualmente nos llevamos bastante bien.
EliminarSaludos.
jajaja esque si tienes un mal dia, y el mosqueo viene de lejos, todo molesta, hasta un piropo suena a excusa, es un sii ahora arreglalo... xD
ResponderEliminarMuy bueno, un saludo ;)
Hay veces en las que si dices algo sobra y si te quedas callado falta. No hay una situación intermedia de la que puedas salir medianamente airoso.
EliminarSaludos.
Qué se le va hacer, no siempre se tienen los mejores argumentos para dialogar, y luego pasa lo que pasa... :-)
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo
Hay ocasiones en las que da igual la carga que le pongas al mulo (valga la comparación), porque le estorban hasta los aparejos.
EliminarUn abrazo, Víctor.
Somos torpes y al final despertamos sentimientos disparatados, que nada tienen que ver con lo que queríamos inspirar.
ResponderEliminarMientras estos dos siguen atrincherados, cada uno a un lado de la cama, les sugiero que maten el tiempo con la lectura del libro “los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus” de John Gray.
Un fuerte abrazo, Chema.
Desconozco el contenido del libro, pero el título es sugerente y muy esclarecedor. Efectivamente cada sexo tiene sus rarezas, pero raricos somos los del uno y los del otro.
EliminarUn fuerte abrazo, Karima.
En estos se nota que había diálogo y buen rolllito, aunque para mí que la pájara era un poco carpanta. Igual él tardó demasiado en mandarla a la mierda. Hay gente que no le cuadra nada, y hasta se ofende si le dices bonito aunque sea cierto, porque piensa que le estás tomando el pelo. Y gente que varía más que una veleta, ya que según como se levanta, tiene el día. La imagen es buenísima, jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo Macondo.
La verdad es que a la tía no hay quien le aguante, pero había que defenderse un poco de la caña que nos había dado Eva. ;-)
EliminarUn abrazo, Rafa.
ResponderEliminarJe, je, ¿Qué bien nos conoces? Está muy bien inspirado y reconoczco que somos insoportables, que nos contradecimos continuamente, que nos gusta teneros siempre pendientes de nosotras, que sepais reconocer cuando tenemos el guapo subido.....ufff, ¡tantas faltas! menos mal que ahí estais vosotros para hacernos comprender mejor la convivencia.
Muy bueno, Chema.
Apretaos.
Perdón, no pregunto, afirmo...¡qué bien nos conoces!
EliminarNo creo que os conozca tan bien. Ahora mismo, por ejemplo, tendría que ver tu cara para saber si te estabas quedando conmigo con el comentario. Demasiado ponerte de nuestro lado me parece a mí. XD
EliminarApretaos también para ti, guapa.
EliminarRepito.....¡qué bien nos conoces!...jeje.
P.D. Me vuelvo a reafirmar....por las caras nos conoces.
jajajajaja Absolutamente real como la vida misma. Puede parecer una parodia, pero te puedo asegurar que de estas he escuchado más de una y he protagonizado alguna que otra :P
ResponderEliminarBesazo
Pues no te veo yo a ti interpretando papeles de ese tipo.
EliminarTe advierto que me está mosqueando que me deis la razón las mujeres. XD
Besos.
Ahora me explico lo de tu soltería, conoces de sobra la servidumbre del matrimonio, debes de ser de los pocos que escarmientan en ojo ajeno :D
ResponderEliminarAbrazos.
Tampoco es eso, hombre. En mi supuesto matrimonio la víctima sería la pobre que me aguantase, no yo.
EliminarUn abrazo.
Jeje, cuando nos emperramos en tergiversar y retorcer somos únicas. Otra que te va a dar la razón, y que reconoce que a veces se comporta así. Diálogo en mi casa: - Hoy estás guapa - ¿Eso que significa? ¿que normalmente no? - La culpa del coriano, por no decirme que estoy guapa todos los días, el día que me lo dice me mosqueo, claro.
ResponderEliminarBesos, Chema
Y si te dijera que estabas guapa todos los días, terminaría por convertirse en rutina y no lo valorarías. Y, además, pobre de él si algún día se le olvidara.
EliminarBesos, maja.
Exactamente. Demasiado sabes tú
EliminarDemasiado no. Lo que voy aprendiendo de mis maestras a las que leo todos los días.
EliminarBesos.
pobre hombre dijera lo que dijera no acertaba, me reiiiii porque me estaba imaginando la historia besos
ResponderEliminarA veces nos lo ponéis difícil. :-)
EliminarBesos.
perdon te digo llegar a mi blog, si quieres.
ResponderEliminarhttp://mjralonso.blogspot.com
Ya he estado dando una vuelta por él y me he hecho seguidor. Volveré.
EliminarAlgunos podrán pensar que es una parodia o una exageración, pero conozco un caso real que se asemeja mucho al de la entrada.
ResponderEliminarEs divertido, mientras no nos suceda.
Un fuerte abrazo.
HD
Es cierto que en ocasiones la realidad resulta más caricaturesca que la propia caricatura.
EliminarUn fuerte abrazo, Humberto.
Jajaja, qué bueno!!! La verdad que él hizo más que bien en mandarla a la mierda. ¡Qué pesada! Esta sí que se pasa tres pueblos (no era el tipo de mujer en el que yo estaba pensando, que conste. Yo pensé en mí para serte honesta, pero yo me río cuando vuelvo de la peluquería (que suelo ir muy muy poco, por eso más se me nota cuando voy) y mi marido no se dio cuenta).
ResponderEliminarHay cosas mucho más importantes que tu pareja note si fuiste o no a la peluquería la verdad, pero sí que es cierto que os cuesta notarlo. En fin... Pero como la protagonista de tu relato nunca, i promise, jajaja.
Beso mi admirado Chema, y buena semana.
Ya suponía que estabas pensando en ti, pero una chica normal no me valía como protagonista. Tenía que deformar un poco la realidad femenina para salir en defensa del vilipendiado despiste masculino.
EliminarBesos y buena semana también para ti.